Capítulo I

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El vuelo llegó sin retrasos a la ciudad de Miami y desembarcamos sin ningún percance. Agarramos nuestras pequeñas maletas de mano. Que era lo único que llevábamos, ya que por el apuro que teníamos, la cabeza no nos dio para empacar algo más, y nos dirigimos a un taxi.

El vuelo fue algo incómodo, los sentimientos estaban a flor de piel entre Diego y yo, ya que se podía sentir el mal presentimiento que compartimos, pero pareció que habíamos tomado una decisión juntos sin decirnos nada, ya que en el taxi por fin decidimos soltar nuestras preocupaciones.

- ¿Cómo vas a saber cuál es su apartamento?- me soltó Diego al cerrar la puerta del taxi detrás de él.

- De verdad no tengo ni la más remota idea de que vamos a hacer, pero tenemos que conseguirla. No puede estar muy lejos del campus- Le respondí mientras jugueteaba con mis manos en desesperación. No estaba seguro de nada, teníamos 4 meses sin saber absolutamente nada de Sofía y eso no era muy propio de ella.

- y si no quiere vernos? ¿Te acuerdas lo mal que estaba en el velorio?, qué hacemos si no la conseguimos? - Diego me bombardeó con preguntas sacándome de mis pensamientos.

- Diego siento que algo está mal, y si no nos quiere ver, pues... - Hice una pausa para volver a aclarar mis ideas. Conozco muy bien a Sofía, siempre ha sido muy sociable, adora compartir su vida cada segundo de cada día, en los 6 años que llevo conociéndola nunca a pasado más de tres días sin llamarnos por lo menos una vez, más que todo a Diego que siempre ha sido su mano derecha para todo. Y ahora que lo pienso es aún más extraño que Antonella lleve la misma cantidad de tiempo que nosotros sin saber absolutamente nada de ella.

- Franco, dime algo!! - Exclamó Diego esperando unas palabras tranquilizantes de mi parte. Lamentablemente no tengo manera de calmarlo, ni a él, ni a mí.

- Diego, ¿tú has llamado a Antonella?- le pregunté ignorando la respuesta que él esperaba conseguir de mí.

- Está igual que nosotros, no sabe nada, pero algo nos oculta porque se lo siento en la voz - me respondió y volteo la cabeza mientras veía por la ventana del auto.

La vida de Sofía para nosotros nunca ha sido un secreto, desde que entró a la universidad hace tres años hemos estado a su lado en llamadas diarias, mensajes y nos hemos visto en casi todas las festividades. Siempre hemos sabido que Sofía tiene una vida muy social aquí en Miami, rodeada de distintos amigos, pero jamás como nosotros cuatro, nos conocemos desde que estábamos pequeños y nunca nos hemos soltado, mucho menos Sofía y Antonella que tienen 9 años de amistad y se conocen hasta los secretos más oscuros desde que eran unas bebés. Si Anto no sabe nada, o dice no saber nada, es porque algo muy grave está pasando.

- Es aquí - espetó el conductor del taxi con un acento característico, Colombiano, mientras se estacionaba enfrente de la universidad de Sofía - Serían 25 $ - me dijo mientras me miraba desde el retrovisor.

Entre Diego y yo pagamos, bajamos las dos maletas y nos pusimos nuestros bolsos al hombro mientras caminábamos hacia los adentros de la universidad.

- Bueno Franco ya estamos aquí, y ahora qué hacemos?, empezamos a tocar todos los timbres de los edificios? - me preguntó Diego en tono burlón.

- Cállate y sígueme - le respondí con hostilidad.

Caminamos hasta los salones, tenía un breve recuerdo de una vez que Sofía me hizo una videollamada mientras completaba un trabajo de laboratorio y podría jurar que era ese.

- Laboratorio 117 de rescate y liberación- Dije en voz alta - es aquí.

Diego volvió a verme con cara de confusión y no respondió.

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⏰ Última actualización: May 05 ⏰

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