Capítulo 4

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Me levanté con los ojos muy hinchados, así que lo primero que hice después de levantarme fue ir a pegarme una ducha para ver si se me bajaba la inflamación.

Después de ducharme bajé a desayunar y me senté en la mesa donde estos últimos días me había estado sentando.

Me puse a desayunar mientras miraba el móvil, hasta que llegó Pedri y me saludó.

Era un chaval muy majo y habíamos estado hablando por insta un rato la noche anterior y me cayó súper bien.

—Buenos días.—le devolví el saludo.

—¿Que tal te encuentras hoy?.—preguntó.

—Mejor que aye...—empecé a hablar pero una notificación de mi móvil me interrumpió.—Su puta madre.—dije dejando el móvil con fuerza en la mesa.—Acaban de mandarme un mail diciéndome que os cancelan el puto partido y que no me van a poder devolverme el dinero.—resoplé.

—¿No lo sabías aún?.—preguntó.—Joder lo siento, te lo tendría que haber dicho yo antes.—se rascó la nuca con una mano.

—No, ya da igual.—le resté importancia, aunque los 360 euros que me gasté en las entradas no me los va a devolver nadie.

—Puedo cambiarte las entradas para los siguientes partidos a unas entradas vips, no sé si te sirve.—propuso alzando los hombros.

—No, no hace falta, enserio.—dije inmediatamente al escuchar esa barbaridad, eso era mucho.

—Mañana te las paso todas.—ignoró mis comentarios.

—Joder Pedri, muchas gracias, enserio.—agradecí.

—No es nada.—sonrió.—Hablamos.

Se despidió y se fue con sus compañeros de equipo.

Al acabar de desayunar subí a la habitación a ponerme el bañador y coger las mismas cosas que el otro día y bajé al spa.

Estuve bastante rato ahí sola, fumando y pensando en como había cambiado mi vida radicalmente en tan solo dos dias. Había dejado a Alejandro y ahora era amiga de un futbolista.

—Hola.—una voz interrumpió mis pensamientos.

Era una chica rubia muy guapa que parecía estar embarazada.

Guardé mi vaper ya que la chica estaba embarazada y por si acaso mejor que no inhale ningún humo.

Me sonaba su cara de haberla visto en algún sitio, pero supuse que se parecería a alguien.

—Hola.—dije amablemente.

—¿Como te llamas?.—preguntó la chica.

—Me llamo Noemí, pero me suelen llamar Noe o Emi.—me presenté.—¿tú?.

Ella me miró con cara sorprendida pero luego me contestó con una gran sonrisa en su cara.

—Me llamo Mikky, soy la novia de Frenkie.—se presentó.

Ya sabía de que me sonaba tanto.

Nos pusimos a hablar un rato ya que no teníamos nada más que hacer.

La chica era muy maja y me encantaba como combinaba el inglés y el español ya que no le salían algunas palabras.

Sin darnos cuenta, nos quedamos hablando unas tres horas y ya se nos hizo la hora de comer.

—¿Quieres venir a comer con alguna novias del Barça?.—preguntó amablemente la holandesa.

—No quiero molestar...—hablé.

En Los Angeles.-Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora