El regalo

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#relatocorto #Hannigram #Hannibal #WillGraham

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#relatocorto #Hannigram #Hannibal #WillGraham

Hoy hace justo un mes que el pequeño Will Graham vive con la familia Lecter. Hannibal, que tan reacio se mostró al enterarse de que iba a venir, empieza a sentir curiosidad por él.
Esa curiosidad evoluciona a algo más que no logra descifrar en palabras, pero que le hace desear pasar más tiempo al lado de un pequeño que le observa constantemente con sus hermosos ojos.
Will pasa más tiempo con Hannibal que con cualquier otra persona. Con él se siente agusto, protegido. Sonrió enormemente cuando le dijeron que iba a compartir habitación con él, adoraba la presencia del chico mayor.

- Hanni... - Will tira de la manga del pijama de Hannibal, que está de pie sosteniendo un libro.

El pequeño aprieta contra su cuerpo el peluche de un Wendigo.

- ¿Puedo quedármelo?

- Te lo regalo, Will. Así te protegerá cuando duermas.

Will sonríe y abraza a Hannibal. Éste le hace cosquillas en el pelo, acariciando con sus dedos los rizos que se forman.

- Tú me proteges, Hanni. Tú...

- ¿Qué ibas a decir?

- Tú me quieres.

Hannibal se aparta del pequeño, dubitativo. ¿Es un mes tiempo suficiente para querer a otra persona? A veces lo es un solo día. Por supuesto que le quiere. Adora la inocencia de Will, el deseo constante de protegerle de todo mal. Si a Will le pasara algo.... Hannibal no quiere pensarlo. Sería capaz de cualquier cosa.

- Hanni... - Will está sentado en su cama, frente a la de Hannibal.

- Dime Will.

- ¿Puedo... dormir contigo?

Hannibal abre los brazos en respuesta. Sabe que Will tiene pesadillas, lo escucha cada noche desde que llegó. Nada le ha dicho a su padre, pues Will tampoco lo ha hecho.
El pequeño, con el peluche en sus brazos, se acurruca sobre su pecho y le abraza.

- Se llama Hanni, como tú... - dice bostezando.

- Hanni no es nombre para él - Hannibal sonríe, con una cálida sensación en su pecho.

- Sí que lo es. Lo guardaré siempre, y cuando seas mi novio vendrá con nosotros. Tendré dos Hannis. Tú y él.

A Hannibal se le cae una lágrima que Will no llega a ver. No hay agradecimiento suficiente que demuestre a su padre el cambio tan grande que ha sido que Will entre en su vida. Will está hecho para él, y él para el pequeño.

- Will, ¿con qué sueñas por las noches? Tienes pesadillas.

- Con mamá.

- ¿Dónde está?

- Papá me dijo que en el cielo.

Muerta. El padre de Hannibal nada les contó a él y a Mischa, salvo que el hijo de un amigo suyo necesitaba estabilidad con una buena familia. El Sr. Lecter se ofreció sin pensarlo.

- Tu mamá debe ser muy buena, para estar allí - Hannibal no cree en esas cosas, pero todo sea por calmar a Will. Al cielo sólo van las personas muy muy buenas. Las mejores.

- No conocí a mi mamá. Papá me hablaba de ella. Dice que ella me regaló sus ojos.

¿Qué le regaló su madre a él? Sus ojos no, el color ámbar eran de su padre. Cuando Hannibal imaginaba a su madre era con su mismo color de pelo, y sus mismos dientes algo torcidos. La imaginaba leyendo como él, pintando como él, sedienta de curiosidad como él.

Hannibal no sabe qué responder a Will. Entiende ese sentimiento, él tampoco tiene madre. Al menos, piensa, todavía está su padre, también Mischa. Apoya su mejilla en la cabeza de Will, que empieza a temblar al quedarse dormido.

- Hanni... te quiero Hanni. Siempre estaremos juntos.

- Yo también te quiero, Will. Como nunca he querido a nadie.

Hannibal no miente. Los dos se quedan dormidos, abrazados, y así los encuentra el Sr. Lecter cuando hace ronda nocturna habitación por habitación, antes de acostarse.

Mischa siempre ha sido una niña sociable, ruidosa, habladora y con un espíritu valiente. Todos la querían casi al instante.
Su pequeño Hannibal es diferente. Más callado, independiente, maduro para su edad. No tenía amigos y parecía que tampoco los necesitaba.
Will era un regalo para todos. Pero sobretodo lo era para Hannibal.

Decide dejar a Will en la cama de su hijo. Los tapa mejor con la manta y sonríe al ver que el pequeño abraza fuertemente a Hannibal. Aparta el pelo de la cara de su hijo y sale de la habitación, feliz por él, feliz por el pequeño Will.

Hannigram infancia y adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora