Mejor de lo que nunca seré

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#relatocorto #hannigram #Hannibal #WillGraham

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#relatocorto #hannigram #Hannibal #WillGraham

🔥 Mejor de lo que nunca seré 🔥

Que Hannibal es la sombra de Will, lo sabe todo el Instituto. El joven Will lleva con la familia Lecter años, aunque a simple vista se ve perfectamente que Will no pertenece a la familia.

Ahí donde Mischa y Hannibal visten impecablemente, Will lo hace a su manera, con lo primero que cogía de la silla que era su vestidor. Había más ropa acumulada encima de esa silla que dentro del armario.

Pero a Will no le importa, la ropa era algo que se usa simplemente para no ir desnudo.
Él es feliz si Hannibal está a su lado, su sola presencia anima al joven a ser menos retraído. Sólo necesita a Hannibal y sabe que el sentimiento es recíproco.

- Will - Hannibal apoya la mano en su hombro - no les escuches, no son más que polvo. Para mí eres perfecto.

A veces Will llora, encerrado en el baño entre clase y clase. Y Hannibal, no sabe cómo lo sabe, espera fuera, paciente, sin decir nada. Hannibal tiene tal control sobre el mundo de Will que cada gesto de su rostro, cada respiración desacompasada, cada mirada, sabe perfectamente a qué es debido.

- Ya, Hanni... ojalá... me dejasen en paz.

- Puedo hacer que lo hagan. Puedo... hacerles daño, Will. Por desgracia hay personas que no comprenden más vocabulario que ese.

- No... da igual. Ya me dejarán tranquilo - Will sonríe y a Hannibal se le parte el corazón.

Es demasiado bueno. Hannibal no habría consentido más que la primera carcajada, insulto o golpe. Y Will lleva así mucho tiempo, con Hannibal conteniéndose.

- Sabes que eres importante para mí. Sólo somos tú y yo, Will, el resto del mundo sobra. No los necesitamos. Así que - toma la barbilla de Will para perderse en esos ojos azules - sólo di que sí, y olvidarán hasta su propio nombre.

Si el mundo interior de Will está lleno de matices, el de Hannibal no se queda atrás. Solo que en su caso esos trazos son más oscuros, un instinto que empuja a Hannibal a hacer daño a quienes considera no aportan nada en el mundo, sino que lo empeoran.

- Gracias, Hanni. Te quiero.

Will abraza al chico que le saca un par de años, y que se ha convertido en su otra mitad. Tan ensimismados están los dos, que omiten que un chico de la clase de Will entra al baño. Se lava las manos mientras descaradamente les mira. Hannibal le mira a él a través del reflejo, el odio llenando su corazón lentamente.

- ¿Qué estás mirando? - dice, sin soltarse del abrazo de Will.

- Aquí no queremos maricones. Voy a decírselo a todo el mundo. Ya verás, Graham, tu vida va a ser un infierno en cuanto se sepa.

Hannibal baja lentamente los brazos de Will, deshaciéndose muy a su pesar del abrazo. Y empuja al joven contra la puerta de uno de los baños.

- ¿Quieres que te quite esta bonita nariz tuya, Tom? - tiene una navaja en la mano, sobre la nariz del chico. No te oigo. ¿La corto?

- No.... No, por favor...

- Estoy pensando en echársela a los perros. O, mira - pasa la punta de la navaja por la mejilla - mejor la cocino y me la como yo. ¿Qué te parece?

- Por favor... Lecter... - Tom se ha meado encima.

- Quiero dejar una cosa clara. Y no lo diré más veces, tú lo harás por mi. Estoy cansado de contenerme, si por mi fuera todos vosotros seriais pasto de los cuervos. Estoy... harto, ¿sabes Tom? - la navaja de Hannibal, apoyada ahora sobre el corazón.

- Hanni.... - Will tiene los ojos brillantes, las mejillas sonrojadas, respira agitado.

- Un solo movimiento y caerías aquí, muerto. ¿Quieres morir, Tom? ¿No? Ya me parecía.

Hannibal empuja al joven y se aparta, navaja en mano.

- Vuelve a decirle algo a Will. Vuelve a mirarle. Vuelve a susurrar sobre él, a pensar en él, a soñar que le haces algún tipo de daño, y lo sabré. Te prometo que lo sabré. Y habrán consecuencias - sonríe, más animal que humano. Corre, Tom, corre antes de que cambie de opinión y haga una brocheta con tu nariz.

El chico, con sus pantalones mojados de pis, sale dispadaro del baño.

- Hanni... - Will mira a Hannibal, una mezcla de sorpresa, de amor, de posesión, de poder. Yo.... no era necesario.

- Lo era, Will. Yo... no debería haber esperado tanto. Eres una buena persona, Will Graham. Mejor de lo que yo nunca seré.

Hannibal se guarda la navaja de viaje en el bolsillo. Si padre se entera de que la tiene, lo castigará.
Alarga su mano, que enseguida está acompañada por la de Will, y vuelven a fundirse en un abrazo.
Y Will, con todo el amor del que es capaz de mostrar, no sólo por lo de hoy sino por todo lo acumulado a lo largo de los años, besa el cuello de Hannibal. No es un roce, un suspiro. Apoya sus labios y en la quietud de Hannibal, que ni respira, se oye el sonido del beso.

Apunto está de devolverselo en los labios.
Pero Will merece algo mucho mejor que un primer beso en los baños de un Instituto.
Will merece flores, el sonido del agua mientras cae, los pájaros a lo lejos.

Will Graham es buena persona y Hannibal le ama demasiado.

- Ven, volvamos a la aburrida vida adolescente.

- Nada contigo es aburrido, Hanni - le sonríe.

Y el mundo de Hannibal, que nunca será tan buena persona como Will, se inunda de ese amor que entre ellos existe.
Hannibal es Will y Will es Hannibal.
El resto del mundo son peones. Aire. Nada.

Hannigram infancia y adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora