Primer beso

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#relatocorto #Hannigram #Hannibal #WillGraham

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#relatocorto #Hannigram #Hannibal #WillGraham

🔥 Primer beso 🔥

La adolescencia es una etapa complicada en la vida. Si eres Will Graham lo es todavía más. Todo lo que Hannibal ganaba en confianza en sí mismo y Mischa en simpatía, Will lo ganaba en rareza.

Sólo a Hannibal parecía encantarle la personalidad de Will. Su extraña fijación por pasar desapercibido, por apartarse del mundo. Hacer reír a Will era muy fácil... entristecerlo, también. Era el regalo de su increíble Don, y también su maldición.
No es que Will necesitase ciertamente a los demás, a golpes e insultos había aprendido que no. Sólo deseaba que le dejaran tranquilo.

Tal y como estaba ahora, con Hannibal tumbado sobre él leyendole pasajes de La Ilíada de Homero, uno de sus libros favoritos. Hannibal siempre le decía a Will que ellos dos eran como Aquiles y Patroclo, los grandes héroes de Troya, aunque Will dudaba mucho que él fuese así.

"¡Héctor! Cuando despojabas el cadáver de Patroclo, sin duda te creíste salvado y no me temiste a mí porque me hallaba ausente. ¡Necio! Quedaba yo como vengador, mucho más fuerte que él, en las cóncavas naves, y te he quebrado las rodillas. A ti los perros y las aves te despedazarán ignominiosamente, y a Patroclo los aqueos le harán honras fúnebres."
Con lánguida voz respondióle Héctor, el de tremolante casco:
"Te lo ruego por tu alma, por tus rodillas y por tus padres: ¡No permitas que los perros me despedacen y devoren junto a las naves aqueas! Acepta el bronce y el oro que en abundancia te darán mi padre y mi veneranda madre, y entrega a los míos el cadáver para que lo lleven a mi casa, y los troyanos y sus esposas lo pongan en la pira."

Hannibal cambia su tono de voz dependiendo de qué persona hablara. Amaba este pasaje, vengando Aquiles la muerte de su amado Patroclo en batalla a manos de Héctor.

- No sé por qué dices que soy como Patroclo, Hanni - le dice Will mientras apoya su barbilla en la cabeza de Hannibal. Yo no soy tan fuerte como él.

Hannibal cierra el libro y mira hacia arriba. Sonríe dulcemente.

- Homero define a Patroclo como un hombre empático, como tú, Will. Temiendo la muerte de más de sus hombres ante la negativa de Aquiles de presentarse en batalla, Patroclo acude con los ropajes de su amado haciéndose pasar por él, y que así sus compañeros de armas no desfallezcan. Tú habrías hecho lo mismo.

- Me sobrevaloras, Hanni.

- ¿No será que tú te infravaloras? Ojalá te vieras con mis ojos, Will. Nunca más dirías nada parecido.

Will agacha la cabeza y besa la punta de la nariz de Hannibal. A sus 15 y 13 años ya no son unos niños. Una sonrisa compartida se cruza entre ellos brillante como el sol.

- ¿Has pensado lo que te dije, Will?

El baile del Instituto. Hannibal quiere ir con Will como pareja. Entre ellos no ha habido nada físico propiamente dicho, ni siquiera un beso. Saben lo que sienten, lo demuestran de otras formas, y el mundo a su alrededor es consciente.

- No sé, Hanni. Quiero ir contigo, pero...

- No hay peros. Estando conmigo estarás a salvo. No dejaré que nadie te mire siquiera.

- Ya sabes que no me gustan las multitudes...

Will se desubicaba con mucha gente alrededor. Se paralizaba.

- En el baile sólo estaremos tú y yo, te lo prometo. Haré que el resto desaparezca de tu mente. Confía en mí. Además - añade - tengo curiosidad por verte en traje. Estarás tan guapo que todos me tendrán envidia.

Hannibal siempre sabe sacarle a Will una sonrisa, es una especie de don. Mucho se habla de la empatía de Will, poco de la que Hannibal siempre tiene con él.

- Vuelves a sobrevalorarme, Hanni..

- Eres el chico más maravilloso de este lugar. De este país. De todo el mundo. Si existe vida en otras galaxias, apostaría que también lo eres entre todas ellas.

Hannibal se levanta del regazo de Will. Éste mira hacia abajo, hacia sus manos, sonrojándose por sus palabras. Hannibal levanta su barbilla y lo mira seriamente, tal y como siempre hace cuando está concentrado pensando lo que va a decir.

- Mírame. Deberías sentirte orgulloso de quién eres. No hay nadie como tú, eres único. Especial. Eres alguien increíble que no tiene ni idea de lo increíble que es, y que además de eso, piensa que es menos.

- Hanni..... Bésame...

La palabra flota entre ellos como una pequeña llama. Hannibal se inclina rozando la nariz de Will y le besa lo más dulce que puede. Will responde a ese beso abriendo la boca a la vez que le tumba sobre la hierba.
Ya no son unos niños, y sus cuerpos reaccionan.
Un beso dulce se convierte bajo las caricias de Hannibal en la espalda de Will, en uno un tanto más salvaje.
Cuando el más joven se separa, está rojo, acalorado. Su compañero sigue tumbado y le mira con más amor del que Will puede soportar.
No se lo merece.

- Te amo, Will. Desde que te vi por primera vez cuando padre te trajo a casa. Eras sólo un niño... Y yo... Yo estaba muy solo. Cambiaste mi mundo y me prometí que siempre cuidaria de ti, que siempre te amaría - Hannibal se sincera con palabras, al fin.

Will no puede dejar de mirar al chico que también ama por encima de sí mismo. Sus labios, esos que ahora mismo acaba de besar. Los labios de Hannibal están hechos para ser besados.

- Yo nunca te haré daño. Jamás. Antes... antes me haría daño a mí mismo, Will.

Coge la mano del joven entre las suyas. Hannibal busca la comprensión de Will. La aceptación.
Y eso es justamente lo que encuentra.

- Iré contigo al baile, Hanni... Como pareja. Me pondré un traje y lucharé por estar tranquilo ese día. Te lo prometo.

- Las promesas se sellan con un beso, ¿sabes Will?

- ¿Eso quién lo dice?

- Lo digo yo.

Coge del cuello a Will y lo tumba de nuevo encima de él, disfrutando de su segundo beso en lo que va de día.
No será el último.
Tras él vienen muchos más.

La adolescencia es complicada. Intensa. La de Hannibal y Will no será perfecta, pero están juntos y para ellos es suficiente.

No necesitan nada más.

Hannigram infancia y adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora