Monstruo, no me toques.

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Hoy fue un día malo para Genya Shinazugawa.

Se despertó y lo primero que hizo fue gritar y rascar su piel, Nobuyuki empezó a llorar juntó a ella.

Sanemi y los kakushis fueron llamados por los gritos, los kakushis se encargaron del bebé y Sanemi juntó a ellos trataron de ver que era lo que estaba mal con la joven señorita Shinazugawa.

Pero ella no les dejó acercarse, no dejó que la tocaran.

"¡NO ME TOQUÉIS! ¡NO ME TOQUÉIS!" Gritaba la mujer constantemente, ella como advertencia le dio una patada muy fuerte en el abdomen a un kakushi.

Fue atendido, no era nada grave, solo le quedaría un pequeño morado del duró golpe.

Lo único que pudieron hacer los kakushis fue llevarse a Nobuyuki fuera de la habitación a petición de Sanemi, él hermano mayor trataría de cuidar a su hermanita en ese estado.

Logró calmarla, pero aún así hubieron daños.

Cortés en Genya hechas por sus mismas uñas en las piernas y otros igual de graves en sus brazos.
Ella también se apretó fuertemente las mejillas también, y hasta se trató de sacar los ojos para no poder ver más.

No quería ver la alucinación que estaba proyectando sobre su hermano.

No quería ver a su primer violador en sus días de la calle.

No quería ver a ninguno de esos asquerosos hombres proyectados en el cuerpo de su hermano mayor.

Por suerte Sanemi apartó su mano a tiempo, pero los dos cayeron al suelo y Genya se dio un golpe en la cabeza, salió sangre, pero no fue tan grave.

Lo que a Sanemi le preocupaba era que no podría ver bien esas heridas hasta mañana, Genya hoy no quiere ningún contacto físico con ningún hombre ni mujer.

Nobuyuki lo tolerará, pero el bebé no sabe curar heridas y ahora es un peligro dejarlo solo con su madre, por eso hoy sería un día ellos dos solos, sin el pequeño niño que los dos aman.

Ahora que Sanemi lo piensa, muy pocas veces los dos estuvieron REALMENTE solos, siempre esta Nobuyuki con ellos.

Y cree que ahora él también necesita al niño tanto como su hermana, porque los dos solos apenas se mantienen calmados.

Aunque Genya no está tranquila, ella está muy nerviosa, apretando la piel de su brazo para calmarse.
Eso es mejor que otra cosa, así que dejará pasar esa autolesión, es lo único que parece mantenerla cuerda ahora mismo.

No sabía que hacer, Sanemi no sabía que hacer.

Ocurrió algo similar antes, pero no sabe que hacer, nunca se sabe que hacer, no hay una forma correcta de solucionar esto.

No hay instrucciones, no hay guías, no hay soluciones, no hay remedios.

No hay forma de que todo vuelva a ser como antes, no hay forma que Genya vuelva a ser la misma niña sonriente e inocente de antes...

Sonará cruel, pero no le gusta esta Genya.

Él quiere a la anterior, la Genya de once años que no sufrió un infierno, la cuál no fue tocada por ningún hombre a excepción de un golpe por su padre.

Su padre era un monstruo, pero no 'ese' monstruo que se atrevería a tocar a una niña inocente, no era tan horrible.

Él hombre solamente era un estorbo, pero no te apuñalaba y dejaban marcas de por vida cómo esos monstruos que se aprovecharon de su pequeña hermana inocente.

Es su culpa que su pequeña niña ahora este así, no puede ser egoísta.

No se merece ser egoísta después de que ésto lo ocasionará él, no puede serlo.

No puede desear a su hermana del pasado, no es posible, y no tiene derecho a hacerlo.

Tiene que centrarse en está Genya, la Genya que fue tocada, la Genya que se le arrebató el control de su propio cuerpo, la Genya que esta llena de heridas.

Su hermana que es un propio peligro para ella misma y para la propia salud mental de su hermano mayor.

Él se está volviendo loco buscando alguna solución para ayudar a Genya.

"Sanemi... ¿Por qué no puedo simplemente morir?" Hablo la mujer que se ocultaba en un rincón de la habitación con las sabas y mantas de su futón. "¿Por qué sigo aquí si sólo soy algo inútil?..."

"... No eres algo inútil Genya... Es más, no eres un puto objeto, eres mi hermanita... Y yo te necesito viva, te necesito conmigo, Nobuyuki te necesita." Dijo Sanemi viendo a su hermana, la cuál no lo miraba y solo se centraba en la sangre que salia de las herida que se estaba haciendo en el brazo con sus uñas.

"Mientes, mi hermano es alguien muy fuerte, mi muerte insignificante no significaría nada en tu vida como pilar, y Nobuyuki podría fácilmente encontrar a una madre mucho mejor que yo... Una madre que no tiene pesadillas, una madre que no la tocó nadie a parte de su marido, una madre sin cicatrices feas, una madre que pueda darle un futuro que pueda disfrutar... Y tu podrías cuidarlo incluso mejor sin mi... Si ahora mismo me quitara la vida, no sería mas un estor-"

"¡Ni se te ocurra decir mas estupideces Genya Shinazugawa!" Gritó Sanemi, interrumpiendo así a su hermana. "¡SI MURIERAS ME SUICIDARÍA! ¡NO PODRÍA PERMANECER EN ESTE MUNDO SIN QUE TU RESPIRAS EN ÉL!... ¡NO PODRÍA CUIDAR A NOBUYUKI SIN TÍ! ¡NOBUYUKI NO PODRÍA ESTAR SIN TÍ!... ¡Es tu bebé! ¡Si su madre muriera el claramente lo sentiría! ¡Lloraría y lloraría hasta ahogarse! ¡Ninguna madre puede reemplazar a la madre de otro niño!... Nadie puede reemplazar o sustituir a mi hermanita, no podría... No podría vivir sin ti Genya... Así que por favor... No pienses en acabar con tu vida y dejarnos aquí solos..." Sanemi suplicó cansado, triste, enojado, sintiendo cada emoción.

Él no podría vivir en un mundo sin su hermana menor, no sería capaz.

Es egoísta, pero no quiere que Genya muera, incluso si ahora esta completamente rota no quiere que descanse en paz.

No quiere que su hermanita muera y lo deje solo, es egoísta y lo sabe.

"... Ya te dije que no te dejaría solo Aniki..." Susurró Genya, ahora más cerca de su hermano mayor, pero sin tocarlo. "... Pero no puedo evitar tener esos pensamientos día tras día... Yo también quiero curarme... No solo tu quieres que me cure, yo también quiero hacerlo... Pero se que nunca podré hacerlo... ¿Me quieres como tu hermana a pesar de eso?"

"... Si Genya... Yo siempre te querré a pensar de todo"

Ayudarla para curarla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora