Nobuyuki, Kiki y el tercero

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Sanemi no lo pensó dos veces cuando vio a su hermana recibír un golpe de su marido, su mente solamente pensó en una cosa.

"Esta familia viene conmigo y mandaré ese hombre a la mierda"

Y claramente la cumplió.

Ayudó a su hermana a empacar lo necesario, como ropa y algunas joyas, también se llevó unas pequeñas muñecas que guardaban los niños.

Al menos estaba feliz de que tuvieran dinero para juguetes, o que Genya pudiera comprarlos, él cuando era niño veía eso cómo algo imposible.

No era necesario llevarse dinero, él tenía mucho, demasiado, ese dinero apenas era algo en comparación con su pagá como pilar.

Al final dejo que su hermana se llevará un poco, para comprar comida en el camino, ella y los niños lo iban a necesitar, pero sobre todo ella, esta embarazada por favor.

Sabía que irían a su hogar a paso de tortuga, iba con dos niños menores de cinco años y una embarazada, tomarían varios descansos, estaba pensando en si agarrar algún carrito y llevarlos él mismo, pero Genya se negó, preocupada por su salud.

Pero no le importaba, quería llegar lo mas rápido a la finca del viento, así que simplemente buscó en el pueblo y se lo compró al dueño.
Una carreta de dos ruedas que se usa junto a los bueyes, hecha de madera, aguantaría el peso de dos niños y su hermana, tenía dos mangos no muy lejos, por lo tanto sería fácil agarrar.
No tenía bueyes y no sabía cómo controlarlos, así que el empujaría esa carreta.
Es muy parecida a la que uso de niño para cargar cosas, pero mas grande.

Su hermana no lo miro mal al ver la carreta, solamente insistió en que la devolviera, que no era necesario, él se negó y ella no pudo hacer más nada.

Ayudó a su familia a subir las cosas a la carreta, no era mucho, solo llevaron lo necesario, se ve que Genya les enseñó bien que es mejor sacrificar algunos bienes por su bienestar y el de otras personas.

Los dos niños ya eran su familia, nada más verlos supo que serían importantes para él, y lo son, son muy importantes, porque su hermana los creó con todo su amor y esfuerzo.

Nobuyuki es un niño encantador, aún conserva inocencia, se nota que Genya lo protegía mucho de su esposo o buscaba maneras para que no viera el abuso.

Kiki es una niña que aún esta aprendiendo, se parece mucho a Genya en aspectos, pero tiene algunas similitudes con su padre.

Genya había cambiado bastante, ya no era una niña a la que le gustaba llevar ropa de chico, ya no se afeitaba los lados del cabello, ahora incluso se maquilla. Sus gustos cambiaron, mucho, pero cree que aún no han cambiado del todo.

Vio como un lado de la cabeza de Nobuyuki estaba afeitado, seguramente ella quería dejar algo de ella en uno de sus hijos.

"... No es malo que te arrepientas Sanemi, puedes dejarnos si quieres... Solo no quiero que cargues conmigo y mis hijos, estaremos bien con Ichijō..." Trató de decir Genya para hacer saber a su hermano que no se molestaría si no quiere que ellos estén con él.

"... Dejá de decir estupideces..." Dijo Sanemi irritado por las palabras de su hermana. "Voy a ayudarte a subir al carrito, y quiero que sepas que ahora tu apellido y él de tus hijos no es él de ese imbécil... Ahora tu apellido vuelve a ser Shinazugawa, y no lo cambiarás hasta que te cases con un hombre mejor que ese inútil." Dijo y ayudó a su hermana a subir al carrito.

"¡Tío Nemi! ¡Subir! ¡Subir!" Pidió la niña y Sanemi formó una pequeña sonrisa en su cara.

Sanemi no podía verlo, pero Genya tenía una pequeña sonrisa por las palabras de su hermano.

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Los niños son muy curiosos y ruidosos, pero a Sanemi no le molesta, su ruido se puede soportar.

Kiki no dejaba de decir 'que bonito' a cualquier bicho o animal que veía, y Nobuyuki ocasionalmente le hacía preguntas juntó a su hermana. Genya solo los regañaba por molestar al tío Sanemi, pero el no estaba molesto por eso, es más, disfrutaba sus preguntas.

Genya también recibía preguntas, y el también le prestaba como se encuentra, como se encuentra el bebé, ella solamente decía que estaba bien y gracias por la preocupación.

Cuando madre e hijos calleron dormidos no pudo evitar pensar en lo que ocurrió en estos años.

La muerte del patrón era algo que se predijo, pero de lo que no estaba preparado, le habría gustado presentarle a su hermana y sobrinos.

Ellos se merecían poder conocer a ese gran hombre.

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Tuvieron que parar, su hermanita tenía náuseas, es algo natural del embarazo, pero estaba preocupando al verla así, parecía más cansada.

"Solo necesito una siesta y mis medicinas, estaré bien." Dijo ella con total tranquilidad.

"... ¿Medicinas? Lo que necesitas es comer, no solo medicinas. No creas que soy tonto Genya, te cuide y incluso cambie tus pañales." Dijo Sanemi con un tono serio, la mujer solamente lo vio confundida, pero ya sabía a lo que se refería. "Ayer en la comida no comiste nada, solo te tomaste un miserable té juntó a esas medicinas. ¿Me puedes explicar la razón?" Sanemi pidió una explicación ante eso.

Pudo notar como Genya se ponía algo tensa por aquello, se nota que tenía esperanzas en que el no se diera cuenta, pero para su desgracia lo hizo.

"... El médico me dijo que no es bueno que comiera grandes cantidades de comida, dijo que comía por gorda y ambiciosa, así que me dió estás medicinas con nutrientes para él bebé..." Dijo Genya mirando a otro lado avergonzada, no se atrevía a ver a su hermano a los ojos.

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Habían parado en un restaurante, era de noche e iban a cerrar, pero Sanemi sacó de su bolsillo una gran cantidad de dinero y miró al dueño del local.

"Queremos cenar, te pagaré todo este dinero. Más vale que la comida este bien hecha" Dijo Sanemi con una voz fría y exigente.

"... Si querido cliente." Acepto el dueño. "Podéis sentaros donde queráis."

Sanemi sin perder el tiempo llevó a su hermana y sobrinos a una mesa, con asientos bastante cómodos, se aseguró de que estuviera limpia la mesa.

Él dueño y cocinero del lugar se acercó a su mesa y antes de preguntar Sanemi habló.

"Todo lo que tengas en el menú, que sea saludable para una mujer embarazada, un niño de cuatro años y una niña de dos... Para mi ohaguis." Ordenó Sanemi sin siquiera mirar al hombre y éste simplemente se fue.

"... El tío Nemi gusta ohaguis?" Preguntó Kiki con un tono curioso, ella estaba sentada al lado de su madre y acariciaba la pancita de la mujer.

"... Si, me encantan." Admitió Sanemi ya un poco más tranquilo.

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-A Kiki le gusta acariciar la barriga de embarazada de su madre y hablar, ya que así su hermanito la reconocerá.

-Kiki quiere que él bebé se llame mariposa, Genya claramente no va a llamar mariposa al bebé.

-Nobuyuki tiene curiosidad del porque Sanemi lleva una espada con él.

-Sanemi dejó a cargó la caza del demonio a otro cazador, con suerte se come a Ichijō.

Ayudarla para curarla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora