Zarión Bennett
Camino lentamente mientras una chica corre por delante de mí. Sonrío sintiendo toda esa energía recorrerme por completo. Voy silbando tranquilamente, sujeto la hermosa daga que llevo en mis manos y suelto una carcajada al ver que por más que se esfuerce, ella no podrá escapar; su brazo sangra y por más que lo intenta se hace más débil, no podrá escapar.
Cae débilmente mareada por toda la sangre que a perdido y se arrincona débilmente en un árbol
—Eso es todo?—le pregunto haciendo un mohín con la cara y a la misma vez soltando una carcajada.
—Aléjate maldito bastardo—grita mientras intenta alejarse arrastrándose.
—Dime linda, le tienes miedo a la muerte—hablo mientras paso un dedo por mi daga.
Comienza a lloriquear, odio cuando hacen eso.
-CONTESTA!!!!-Alzó mi voz haciendo que ella llore más fuerte
-S-Si-hablo en medio de lloriqueos-por favor no me hagas daño.
-Por favor que?-hablo mientras me acerco a ella.
—Por favor no me mates—me suplica mientras lloraba.
—Dame una sola razón para no hacerlo.—Hablo mientras me inclino hacia ella.
—Por favor—levanta su cabeza.
—Uy no, eso no es una razón suficiente—me pongo de rodillas y le adentro la daga en su pecho haciendo que ella suelte un grito de dolor.
Música para mis oídos.
El hermoso sonido que hace al atravesar su pecho me hace sentir pura excitación, el cuerpo cae hacia atrás y sus ojos quedan en blanco. Pongo mi pie en su pecho y tomo la daga sacándola de su pecho, el agujero que queda me permite ver a través de ella. La sangre se esparce por el suelo creando una macabra y hermosa escena, saco una foto instantánea y dando la diversión por terminada, doy media vuelta y comienzo a caminar por las solitarias calles con rumbo a las afueras de la ciudad. Miro mis manos ensangrentadas y sonrío, no hay nada que me guste más que sentir la textura tan exquisita de este líquido.
Cuando llego a las afueras justo antes de dirigirme hacia el bosque miro hacia la cima de una colina donde se sitúa el internado para señoritas. Sonrío y me pregunto cuándo podré poner una mano encima a una de esas hermosas chiquillas, debe ser verdaderamente exquisito escuchar sus gritos, eso si seria excitante.
Me adentro al bosque solo pienso en la paz que me da este y me vuelvo uno solo con la oscuridad y el silencio.
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Blair Brown
Despierto al sentir saltos en mi cama, abro los ojos despacio la última vez que los abrí rápido casi quedo ciega por la luz del ventanal.
Volviendo a mi vida; miro a River enojada.
—¡Arriba Blair!—dice sonriendo con malicia.—Aún hay muchas cosas por hacer. —Tras decir eso desaparece detrás de la puerta del baño y me reclino en la cama estirando todo mi cuerpo. Hoy es viernes, hoy es esa estúpida excursión.
2:36 p.m
Ya a pasado el medio día el internado entero queda vacío; todas las alumnas se han ido a sus casas con excepción de un par de profesores, los guardias y nosotras cuatro.
—Mantas para acampar?
—¡Listo!
—Comida?
—¡Listo!
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Si decides quedarte
RomansaElla; particularmente demente. Él; particularmente, necesitaba un poco de locura en su vida