Capítulo 8༄

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Hermione estaba en el andén 9¾ acunando a Crookshanks. Por primera vez no iba cargada de baúles, bolsas y demás parafernalia escolar. Se le permitía la magia, así que todo se había encogido y guardado en su siempre útil bolsita de cuentas.

Estaba agradecida. Había dormido poco, la intranquilidad por su estancia en Hogwarts le carcomía los pensamientos. Viviría con el director. La idea era escandalosa y mortificante. Tampoco le cabía duda de que Ron lo haría diez veces peor.

Había salido de Grimmauld Place a primera hora de la mañana y se había detenido en el callejón Diagon. Tenía que recoger un regalo. La mención de los anillos la había empujado, y necesitando salir de casa y lejos, muy lejos de un tal Ronald Bilius Weasley, la tarde anterior había aparecido en el cúmulo de tiendas en busca de una joyería.

El premio de su Orden de Merlín le había venido muy bien para agilizar su trabajo. Ahora tenía un anillo guardado en el bolso. Dudaba que Snape se lo pusiera, pero era un símbolo de la promesa que había hecho en el despacho de Kingsley. Y eso era lo único que le importaba.

"¡Hermione!"

El grito la sacó de sus pensamientos y levantó la vista para ver a Neville y Luna. Se dibujó una sonrisa en la boca, luchando contra el cansancio. La gente empujaba a su alrededor, el vapor del Expreso envolvía y oscurecía a medida que sus amigos se acercaban.

"Pareces cansada, Hermione". Luna le hizo cosquillas a Crookshanks detrás de la oreja y el ronroneo de ametralladora del medio kneazle vibró contra el brazo de Hermione. Su amiga ladeó la cabeza, con los ojos pálidos concentrados. "La nueva ley. Neville dijo..."

Hermione le dedicó una rápida sonrisa. "¿Podemos embarcar? Prefiero no hablar aquí".

Neville frunció el ceño, buscando en el abarrotado andén, su ventaja de altura le daba una buena vista. "¿Ron y Harry?"

"Todavía no han llegado."

Neville abrió una puerta y se amontonaron en un compartimento vacío. Hermione colocó a su gato en el asiento acolchado y él se acurrucó feliz, enroscándose la cola de cepillo de botella bajo la barbilla. Ella lanzó un muffiliato y dejó escapar un largo suspiro. "Neville, lo siento, no tenía ni idea de que fuera a pasar nada ayer. ¿Recibiste una carta del Ministerio?".

"Recibí dos." Su sonrisa era irónica y Hermione seguía sorprendida por los cambios en su amigo. Imposiblemente alto y de repente tan seguro de sí mismo que resultaba sorprendente. Pero entonces era el Cazador de Serpientes. "Algo sobre que eres compatible conmigo para el matrimonio". Sus mejillas se sonrojaron. "Lo admito, me entró el pánico". Miró a Luna y era evidente que ahora eran mucho más que amigos. Hermione casi sintió envidia de la segura conexión que compartían. "No pienso en ti..." Dejó escapar un largo y lento suspiro. "De todos modos, unas horas más tarde, recibí una carta de condolencias y que estabas 'fuera del mercado'".

Hermione hizo una mueca de dolor. "¿Usaron esa frase?".

"Me temo que sí."

"¿Llegaron a un acuerdo con alguien entonces?". Luna rascó detrás de las orejas a Crookshanks y éste volvió a mostrar su agradecimiento. La chica Ravenclaw miró hacia la mano izquierda de Hermione. "¿O no?"

Ron causaría problemas. Prácticamente podía saborearlo. Necesitaba amigos que no estallaran ante sus noticias. Bueno, tal vez Neville lo haría. Él y Snape nunca habían estado de acuerdo. Y también habían sufrido el año anterior con Snape como director. Quería convencer a Luna y a Neville para contrarrestar los rumores, sin duda viles, que Ron propagaría. Si no lo hacía, estaba bien. Pero Ron no se tomaba bien que lo menospreciaran. Nunca lo había hecho.

𝚂𝚘𝚖𝚋𝚛𝚊𝚜 𝙸𝚗𝚘𝚌𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 (𝚂𝚎𝚟𝚖𝚒𝚘𝚗𝚎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora