Capítulo 7༄

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"¿Dijiste 'nosotros'?" Snape fulminó a Kingsley con la mirada. "¿A quién más debería hechizar?".

Hermione luchó por prestar atención. Esto era importante, pero lo único que rondaba por su mente era Snape y el sexo. ¿Se suponía que debía negárselo? O -y su corazón latía con fuerza- ¿satisfacerlo? Cualquier idea de romper su vínculo se le había ido de la cabeza. Toda la magia estaba ligada a su unión. Anular su matrimonio lo borraba todo.

"¿Por qué no nos lo pediste?" La pregunta salió en voz baja, casi rota. Ella levantó la vista, la fuerza encontrando su columna vertebral. "No es como si no hubiéramos luchado por nuestro mundo". Su mirada se dirigió a Snape. "Sacrificado casi todo".

"Se sentía-"

"No confiabas en mí". Snape volvió a sentarse en su silla y una mueca de desprecio se fijó en su rostro. "No creías que yo accediera a ella".

Kingsley bajó la vista hacia la superficie de la mesa. "Tus preferencias eran conocidas por nosotros".

"Minerva." La voz de Snape se cortó en torno al nombre de la mujer, aguda y furiosa. "Ella te informó en mi primera semana fuera del hospital. Y estaba desesperada por salvar a su pequeño cachorro".

Kingsley se frotó la mandíbula con una mano. "Queríamos ofrecer a Hermione la posibilidad de elegir. Cuando inesperadamente te eligió a ti, arregló la atadura. Con tu toque, quedó completa".

"Ustedes le ofrecieron a ella la posibilidad de elegir. Pero a mí no."

La furia que emanaba de Snape era casi palpable. Y entendía perfectamente por qué. Lo habían metido en otra situación imposible sin tener en cuenta sus sentimientos, ni que fuera su propia decisión.

Hermione tomó aire. "Dijiste que nos había pillado la ley. ¿Qué significa eso? ¿Por qué no puedo ver el texto exacto?".

"Algunas de las cláusulas no se aplicarán. Nos pareció que causaría una angustia indebida". Snape resopló ante eso. La tranquila entrega de Kingsley continuó. Hermione lo estaba odiando felizmente. "Su unión no será supervisada como las oficiales-".

"¿Supervisada?" La palabra saltó de ella. El fin último era producir bebés... Hermione maldijo en voz baja. Ella no podía luchar por estas mujeres, ya que expondría su propio matrimonio. Tenía que fingir que seguía la corriente. "¿El ministerio sabrá cuándo, dónde y con qué frecuencia?". Su cara estaba caliente, pero ella lo ignoró. "¡Eso es una vergüenza!"

Otra pieza encajó en su sitio y a ella se le revolvió el estómago. "¿Se espera -se espera- que tengamos un hijo?".

Snape se puso rígido a su lado y ella no pudo mirarlo. Una cosa era una atadura y sexo, pero ¿un niño atrapado con ellos? ¿Atrapado en un matrimonio sin amor, sin ningún tipo de afecto o entendimiento entre sus padres? Estaba mal. Completamente equivocado. Un desastre.

Hermione no pudo combatir el repentino dolor en el pecho cuando Kingsley se negó a sostenerle la mirada. "¿Supongo que hay algún tipo de horario?".

"Hay una cláusula de exención relativa a la educación".

"Quiero una copia de la ley, completa, Kingsley". Hermione mordió la petición. "Estoy segura de que ahora me las arreglaré". Su cabello se sentía ligero y el rápido aroma a metal llenaba el aire. Estaba que echaba chispas. Sus manos se cerraron en puños sin sangre contra sus muslos. "Estoy segura de que ahora no me angustiaré demasiado".

"¿Qué más se supone que debemos saber? ¿Qué le hace... ser lo que soy, a mi núcleo mágico?". Snape se enderezó en su silla. Quería marcharse. Escapar. Se le notaba en la tensión de la mandíbula, en la vena que le latía en la sien. Quería huir... y destruir algo. Demonios, ella estaba justo detrás de él.

𝚂𝚘𝚖𝚋𝚛𝚊𝚜 𝙸𝚗𝚘𝚌𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 (𝚂𝚎𝚟𝚖𝚒𝚘𝚗𝚎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora