Freen colgó el teléfono. Hablar con Becky la había calmado un poco, el escuchar su voz siempre la tranquilizaba. Se giró y el guardia la guio hasta la habitación donde se encontraría su padre.
- Ya puede entrar a ver a su amigo, señorita Sam. Tiene media hora para hablar con él.- dijo y abrió la puerta.
Freen asintió y entró. Había conseguido una identificación falsa gracias a Peter con el nombre de Sam diciendo que era una amiga de la familia de Chankimha. Afortunadamente, ninguna persona la había descubierto y logró entrar sin problemas. Daw estaba sentado en el centro de la habitación, con los brazos apoyados en la mesa y la cabeza agachada. Solo entonces cuando escuchó la puerta cerrarse Daw alzó la mirada. La expresión de su rostro se transformó en una de sorpresa cuando lo vio.
- ¿Hija?
- Hola papá.- dijo Freen, mientras corría la silla y se sentaba al frente de él.- ¿Cómo has estado?
- Bien, supongo.- dijo, frunciendo el ceño.- cuando me dijeron que una tal Sam vendría a visitarme, no me lo creí. Debí suponer que eras tú. ¿Cuántos años han pasado desde que no te veo? ¿Cuatro, cinco?
- Seis.- le corrigió.- dejé de verte cuando cumplí diecinueve.
- Bueno.- susurró y se recargó en la silla.- sabes que todos te están buscando en este momento, ¿Verdad? ¿Qué le hiciste a esa pobre chica?
- Yo no le hice nada.- gruñó.- ella está bien conmigo.
- Debes entregarla.
Freen la miró enfadado.
- No lo haré. Luché mucho por tenerla. Becky me pertenece.
- Becky...- repitió.- recuerdo que una vez la vi. Pero si ella tiene apenas doce años...
- Ella creció, papá. Tiene veinte años ahora.
- Oh....- suspiró.- recuerdo que cuando me visitó, ella hablaba mucho de ti. Es una buena chica, me agrada. Pero debes entregarla a la policía, por favor.- sus ojos le imploraron que le hiciera caso, con un destello de padre protector, que Freen no veía desde hace tiempo.- no quiero que tengas problemas después y te pudras en la cárcel. Por Dios Freen, tan solo mírame. Cometí errores y ahora estoy pagando por ellos. Cuando Becky me visitó, es cierto que le pedí que te hiciera creer que estaba muerto. Pero lo hice para protegerte. No quería que terminaras como yo.
- Eso ya pasó.- dijo Freen, clavando su mirada en la suya, perfectamente iguales. Los rasgos en el rostro de Daw eran duras, definidas, mientras que las de Freen eran más suaves, y en el cabello de Daw ya estaban apareciendo las primeras canas. Pero había algo en ellas dos que nadie se los quitaba. Su sonrisa.- si por algo vine aquí, fue para arreglar las cosas. Pero no me digas que entregue a Becky, porque no lo haré.
Para la sorpresa de Freen, Daw sonrió. Cuando la miró, sus ojos demostraban admiración.
- La amas.
Era una afirmación y Freen lo sabía. En cuanto lo vio a los ojos, su mirada era tierna al pensar en Becky.
- Si, papá. La amo muchísimo.
Era la primera vez que Freen no se avergonzaba al expresar sus sentimientos. Siempre se demostraba a sí misma como una mujer fría, pero en parte Becky la había ayudado a ablandarla.
- Me alegra oír eso.- sonrió Daw.- me gusta que luches por lo que quieres. Pero por favor, ten mucho cuidado. No quiero verte el día de mañana por aquí en la cárcel.
- No te preocupes, sé lo que hago.
De repente, la puerta se abrió. El guardia entró.
- Lo lamento señorita Sam, pero ya se tiene que ir. El tiempo de visitas ya terminó- dijo, mientras se acercaba donde Daw.
Por costumbre, Daw alzó los brazos y dejó que el guardia lo esposara. Freen asintió y se volteó a ver a su padre antes de irse.
- ¿Vendrás a verme mañana?- preguntó Daw.
- Claro que sí. Te lo prometo.
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Te estaré vigilando | Freenbecky (G!P)
FanfictionBecky Armstrong no puede olvidar el sonido de la voz de las últimas palabras de Freen Sarocha, la mujer que alguna vez consideró introvertida con una personalidad naturalmente tímida ahora la describe como una malvada acosadora psicópata. Asustada y...