Capítulo 1. La llamada

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Becky Armstrong llegó a su casa con las palpitaciones cardíacas a mil por hora. Cerró fuertemente la puerta, poniéndole todos los seguros que tenía y se giró quedando de espaldas de esta. Respirando agitadamente, camino más tranquila hacia la cocina y se sirvió un milk tea. 

Otra vez había escuchado esos pasos a sus espaldas, siguiéndola, pero sobre todo vigilándola. Y la terrible sensación de sentirse observada cada segundo. Su hogar era el único lugar en el que se sentía segura, y si es posible, el único lugar en donde podía tener privacidad. Escuchó el teléfono de la casa sonar, dejo el vaso a un lado de la encimera y fue hacia él.

- ¿Diga?

- Hola princesa...

Becky se sintió morir. Dios, era ella. Incapaz de casi poder hablar, sus manos comenzaron a temblar y su corazón latió rápidamente.

- ¿Qui-quién eres?

- Sabes perfectamente quien soy mi amor. Soy Freen Sarocha, tu peor pesadilla.- se río, tan profundamente, que a ella se le erizo la piel.

- ¿Qué es lo que quieres?

- A ti.

Becky comenzó a tartamudear.

- Llamare a la policía.- le amenazó, aunque sabía de que no serviría de nada tenia que intentarlo

El comentario de ella pareció darle gracia, porque comenzó a reír. La voz de Freen era ronca y pareciera que su risa fuese la réplica idéntica de la película de terror Saw el juego del miedo.

- Llama a la policía si quieres, pero lo único que vas a logar es perder tu tiempo. Esos imbéciles no lograran encontrarme jamás.

- Déjame en paz

- Lo lamento, pero no puedo hacer eso.

Becky se relamió los labios, nerviosa.

- Mmmm... ya quiero imaginar por donde pasara esa lengua más adelante.- gruño ella.

Becky se sorprendió. ¿Acaso la estaba observando? discretamente miro para ambos lados, primero a la izquierda y luego a la derecha, cerciorándose de que estuviese sola.

- Te estoy mirando, Nong Becky, pero tranquila, que no estoy en tu casa.- hizo una pausa, y Becky pudo asegurar de que en ese momento estaba sonriendo.- aun...

- Por favor, déjame en paz. Dime de una vez por todas que mierda quieres de mí.- dijo desesperada.

- Quiero violarte...

Becky abrió los ojos asustada y se pasó una mano temblorosa por la cara, aterrorizada.

- No puedes hacerme esto.- dijo al borde del llanto.

- Claro que sí. Y tenlo por seguro que lo haré, así que cuídate, porque muy pronto serás mía, mi amor.

- ¡No! ¡Jamás seré tuya entiéndelo de una puta vez!- grito, incapaz de soportarlo más y colgó.

Y ya no la aguantó. Empezó a llorar, fuerte, con dolor. ¿Por qué le pasaba esto a ella? ¿Por qué? ¿Qué es lo que había hecho para que se mereciera todo ese sufrimiento? Siempre había sido una chica buena, y a sus 20 años de edad se consideraba a sí misma una mujer independiente. Podría ser la esposa perfecta. Su vida había sido maravillosa hasta que llego ella.

Tomo el teléfono y tecleó el número telefónico del detective encargado de su caso. Freen no se había pasado más allá de cartas o llamadas eróticas confesándole las miles de veces que había fantaseado con ella teniendo un sexo fantástico, pero ahora llego a su límite. Había amenazado con violarla y no podía permitir que lo hiciera porque es un delito de agresión sexual

- Detective Arthit, soy Becky Armstrong.

- Hola Becky. ¿Ocurre algo?

- Si.- suspiro.- es Freen, volvió a llamarme y esta vez amenazo con violarme.- dijo con un hilo de voz.

- Oh, no puede ser... Becky, voy a rastrear el origen y destino de una llamada, tal vez así podremos localizarla.

- Si, por favor, haga algo.- sollozó.- ya no soporto este hostigamiento.

- Tranquila, pero por ahora te aconsejo que te mudes de la ciudad. Es lo mejor Becky, es muy riesgoso de que sigas aquí. Freen ya sabe dónde vives. Es mejor no correr el riesgo.

Ella se quedó boquiabierta. ¿Mudarse ella de ciudad?

- Lo pensaré

- Esta bien, iré ahora mismo con la policía a tu casa para asegurarnos de que Freen no esté allí, así logremos tal vez obtener alguna pista, pero es mejor que te vayas a dormir en casa de algún amigo o familiar, es muy peligroso de que estés sola en tu casa.

- Lo haré, gracias detective, lo estaré esperando.- y colgó.

"Una nueva vida", pensó. Tal vez era lo mejor mudarse de ciudad y poder vivir en paz, y así una vez por todas lograba huir de esa maldita psicópata.

Te estaré vigilando | Freenbecky (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora