Ciudad de Inazuma

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En el rechazo hallamos sombras grises, 

Dolor profundo, sin dulces matices. 

El alma sangra, el corazón se quiebra, 

En este abismo oscuro, la esperanza se aleja.


Para cuando abrió los ojos de nuevo, ya era noche cerrada. Estaba recostado en su cama en la casa, rodeado por la tenue luz de la hoguera que emitía un cálido resplandor en la habitación.

Parpadeo varias veces, tratando de volver a sus sentidos al mismo tiempo que su mente recordaba todo lo sucedido apenas horas atrás.

Se incorporó lentamente, sintiendo su cuerpo aun adolorido y aquejado. Las imágenes de la lucha, las palabras pronunciadas y las emociones se entrelazan en su mente, creando un torbellino de confusión y pesar. La habitación estaba en silencio, excepto por el crepitar de la hoguera que iluminaba su entorno.

Kazuha se encontraba sentado en un rincón de la habitación, su mirada fija en la danza de las llamas. Aparentemente, también estaba absorto en sus propios pensamientos. Tsuki no pudo evitar sentir una mezcla de alivio y tensión al verlo allí.

El albino se volvió hacia él cuando notó que estaba despierto. Sus ojos se encontraron por un instante, y aunque había tanto que querían decirse, ninguno de los dos parecía encontrar las palabras adecuadas en ese momento.

Finalmente, Kazuha rompió el silencio. —¿Cómo te sientes?— fue la simple pregunta que dejó escapar de sus labios.

Sus ojos dudaron por un momento antes de responder. —Mejor, supongo. —Su voz era suave pero cargada de una mezcla de emociones difíciles de expresar.

Kazuha se acercó un poco más a él, arrodillándose cerca de su cama. Su pecho estaba descubierto, por suerte, sus heridas habían comenzado por fin su proceso de sanación y ya no sangraban.

—Tus heridas están mejor— pronunció el albino con una tenue sonrisa. —También... me alegro de que hayas despertado tan pronto esta vez.

Él asintió ligeramente, sus ojos oscuros estaban perpetuamente fijos en el suelo. De nuevo se sumieron en un silencio, ninguno de los dos sabía qué más decir o hacer.

Después de un momento, Kazuha rompió el silencio nuevamente, su voz tranquila y suave. —¿Quieres... tomar un buen té caliente? Tal vez... te haga sentir mejor— sugirió.

De nuevo el solo asintió. Necesitaria mas que un simple té para reponer toda la sangre que había perdido los últimos días.

Kazuha se levantó con una expresión serena. Comenzó a calentar agua y seleccionar cuidadosamente las hojas de té, todo con una gracia y calma que parecían ser parte integral de su naturaleza. 

Tsuki simplemente lo observaba, perdido en sus propios pensamientos. Todavía no procesaba la mitad de lo sucedido en esos últimos días.

Después de unos minutos, Kazuha volvió con una taza humeante de té en sus manos. La fragancia reconfortante del té llenó el aire, inhaló profundamente, permitiendo que la calidez y el aroma envolvieran sus sentidos. El albino le ofreció la taza con una sonrisa suave.

Sopló suavemente el té antes de dar un sorbo, sintiendo cómo el líquido reconfortante fluía por su garganta y parecía extender su calidez a cada rincón de su cuerpo.

Tsuki sostuvo la taza de té entre sus manos, sintiendo su calor reconfortante. Sin embargo, cuando intentó dar un segundo sorbo, un fuerte nudo se formó en su garganta y las lágrimas comenzaron a encharcar sus ojos.

Bajo la luna (Kazuha x Scaramouche)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora