Parte 25 Ese día

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-Eres tan hermoso- La mano que acariciaba su muslo era áspera y asquerosa.

-¿Sabes...? Cuando Teach no me dejó tocarte, me puse tan triste-

Ace estaba atado, la silla de metal que lo tenía preso era especial.

Después del "Incidente" como lo llamo Teach, todo se había calmado un poco, no podían tocarlo si no era para experimentar.

Primero fue su capacidad de curación, dedicándose a partir y torcer cada hueso de su mano, decepcionados con eso, pasaron a las heridas abiertas.

Luego siguió la prueba de fuego y piedra de mar, le inyectaron drogas y venenos para experimentar si podía eliminarlos.

Hoy experimentarian su habilidad para respirar bajo el agua, era el sueño de una vida, tener a un usuario real a sus pies, para romperlo y destruirlo a su gusto.

-Bien Ace, ¡hagamos algo grande por la ciencia!-

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Teach había alcanzado un nuevo nivel, siempre torturaba a los spades para mantener a raya a los barbablanca.

Todos podían ver los castigos a los que eran sometidos; lo hacía en el centro, aquella prisión circular mostraba el espectáculo a todos.

Ese día, el día que Ace fue dado a ese monstruo, el día que desplazaron al fénix como doctor.

Ese maldito día donde a Teach se le ocurrió poner cámaras en los lugares donde Ace estaría y estaba, el día que coloco las pantallas para que todos lo vieran.

La intención era castigar a su padre, el viejo había intentado detener uno de los castigos al vice-capitán de los spades, rompiendo las cadenas que lo ataban y abriendo sin esfuerzo los barrotes de piedra marina de esa asquerosa celda que los retenía.

Todos tuvieron esperanza, saldrían de este maldito lugar y acabarían con esto, rescatarán a Ace y lo mimarian como si su vida dependiera de ello.

Pero no contó con la velocidad de la rata escurridiza de Teach, tomando a dos de los compañeros de Ace, Aggie 68 y Cornelia.

Deuce, Finanmore, Leonero y Docky Bree se agitaban, gritando por la vida de sus nakamas.

Deuce fue el primero en rogarle a Shirohige que regresara, que no enojara a Teach, no quería perder a su familia, ya no más.

"Hazle caso al niño, no quedarás que me los cargue aquí y ahora, como el gato y la chica que quisieron defenderte, ¿tendrás más sangre en tus manos?"

Lo amarraron y esposaron, tal vez perdiendo la única oportunidad real de escape, todo con tal de que Teach no matará a sus hijos más pequeños.

Pero él era un traidor maldito, alguien sin ningún tipo de ley ni decencia, el bastardo arrojó a los retenes al suelo y les disparó, matando a ambos al momento.

"Guardenlos para después, mascaritas y yo aún tenemos asuntos pendientes"

La tristeza e impotencia que rodeaba a todos era insostenible, pero para los sobrantes de los piratas spades, lo fue todo.

Esa misma tarde los otros tres y apagados pequeños, se fueron, era como ver un reloj de arena, cada minuto aquí era una vida.

Dos días después llegó Teach con sus malditas pantallas, riendo y sonriendo como si de una función estelar se tratara.

-El día que él maldito de Roger se fue con Oden, CUANDO YO SE LO ROGUE POR DÍAS, ESE MALDITO DÍA ME LO PROPUSE...

Destruire hasta el último átomo de su precioso hijo y ustedes me varan a hacerlo, es hermoso ¿no, fénix? Zhehahaha-

Horas más tarde la función inicio, se veía un cuarto repleto de objetos médicos, experimentales y sádicos.

Entraron primero un hombre y una mujer, Marco los reconocía, el padrastro de Ace y su amante.

Después entro el chiquillo, maltratado y lleno de lágrimas, seguido por un hombre extraño.

Ese fue el peor día de sus vidas, ver cómo ese asqueroso sujeto tocaba y torturaba a su niñito, el día donde vieron al chiquillo alegre ser abusado por un extraño, él día que conocieron la causa del terror a los padres y padrastros que el pequeño poseía.

"Marco, Marco, mira, me encontre este dulce en la cubierta ¡¿Sabes lo costosos que son?!...." La mirada de Ace paso a ser un reconocimiento triste "Alguien debe estar triste y desesperado buscandolo", Marco tomo sus manos, conocía esos ojos, recuerdos crudos de su pasado atormentandolo.

Ace solo sonrio, sonrio de forma que se le enchinarón los ojos, tan calido como su mismo fuego "Lo voy a cuidar, lo anunciare en la comida" Marco se había jurado comprarle una caja enorme y bien repleta de paletas, justo como la que sostenia.

Ese pequeño y bobo niño de pequitas infantiles, ahora solo tenia desesperación en cada una de sus facciones.

Su mirada perdida, parecía buscarlos, todo el tiempo que lo maltrataron, ellos rezaron, pidiendo a cualquier dios que lo salvara.

Razones para vivir ~ ASLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora