Parte 28 Todo va a estar bien

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Deuce había tratado de gritar, pero el miedo que escurría en cada poro de su piel se lo impidió, la garganta parecía haberse cerrado, dejándole esa sensación rasposa y seca. Marco se acercaba a ellos.

El comandante se agacho, a unos cuantos metros de la pierna de su padre -Perdónenme por asustarlos pequeños ~yoi- Los chicos se apresuraron a asentir o negar, todos en desorden.

-Nos diste un maldito susto- Izou se acerco quitándole las esposas, recibiendo una sonrisa ladina, cuanto había extrañado eso.

Mmmmh ~❤️ tendrás que remplazarlo pajarito- Esa voz, esa maldita mujer estaba aquí.

[...]

Al no encontrar al niño en la celda, simplemente destruyeron eso, Marco no se sentía con humor para bromear, si los iban a matar ahí mismo que así sea.

Si mataban a Ace, él se encargaría de todos y luego iría con él.

Se había sorprendido cuando, en medio de la pelea con esa asquerosa mujer, Mugiwara entro por el techo aplastándola, pero no podía importarle menos.

El chico grito por la cabeza de su padre, pero todos ahí estaban dispuestos a morir ¿Quería más fama? o simplemente se aprovecharía de la situación.

-No tengo tiempo para ti, necesito buscar a mi ratoncito- Con esto, el fénix lanzo de una patada sorpresa al chico, libero rápidamente a los spades de sus cadenas restantes, tratando de curarlos un poco.

Sintió la mirada pesada de alguien y simplemente pensó en negociar, su propia vida no importa ahora, incluso la de sus hermanos o su padre estaban de más, era un acuerdo no verbal, solo querían salvar a los chicos y al pequeño capitán.

-Podrás matarnos, pero no ahora- Su voz era de tono monótono y aburrido.

-Deja ir a los chicos, si buscas mi cabeza esta bien, mis hijos y yo nos quedaremos, solo deja que los spades se salven-

No esperaban que el asesino; de todas las personas; fuera el que se entrometiera ahora, ya no había miedo, todo era desesperación.

Su padre hizo una pequeña ruta de escape para los cuatro pequeños y maltratados spades que quedaban, con suerte, a un mejor lugar que ese.

Deuce suplicaba que no lastimaran al viejo capitán mientras era cargado y arrastrado por sus nakamas, su padre solo pudo mirarlo con tristeza, esa ya no era una opción.

Ninguno de los comandantes dejaría que alguno de esos locos fuera por ellos.

Increíblemente el acecino paro a Mugiwara y su tripulación.

-¿Porque los defiendes?- Su voz sonaba confundida, un asesino confundido, que cómico, en otro momento shirohige hubiera reído, pero en este, solo le importaba el bienestar de sus cinco pequeños.

-Ellos no han cometido ningún crimen-

-Pensé que el capitán era un traidor- esa voz burlesca

-Pues pensaste mal- Izo saco las pistolas que había hurtado de los muertos, dispuesto a morir ahí mismo, retando al mejor a matarlo.

-¿Y quien ira a buscarlo?- La realización los golpeo, era verdad, su tripulación estaba débil y cansada, no conocían el lugar, no como Marco.

Marco miro aterrado a su padre, recibiendo un asentimiento, lo daría todo por sacarlos de aquí.

La banda de Mugiwara también salió, uno contra nueve, shirohige trono los dientes ¿Que pasa si Marco no puede defender y curar a Ace al mismo tiempo?

Hatta pareció adivinar sus pensamientos, el sombrerero loco, ese maldito asesino, apareció en su hombro y dijo -Harre, vallamos a buscar a tus hijos, salvemos la vida de los inocentes-

¿Era sarcasmo? un asesino de sangre fría queriendo salvar vidas, valla chiste. No tenia tiempo para esto, cuando los salvaran podían pensar en algo, ahora debían correr

-Hatta, te advierto que la sangre inocente consumirá tú alma-

Podía responder con sarcasmo, algo característico de su personalidad como "yo ya no poseo una", pero no lo haría, no ahora.

Corrieron hasta encontrar un grito desgarrador de Luffy, el primer comandante se encontraba cubierto de sangre de pies a cabeza, seguía golpeando al cuerpo inerte.

-Hijo-

Marco miro a su padre, sus ojos eran un poema, uno que puso nudos en la garganta de todos -Papá, no se siente vivo- Sabo bajo de su hombro, colocándose al lado de Marco.

En una pequeña entrada se encontraba Ace, desnudo, mugroso, sangrando por cada trozo de piel, sosteniendo con fuerza un arma, el cañón bailaba de un lado a otro, sus ojos huecos y sin vida trataban de apuntar, de apuntarle a Deuce.

Marco los aventó a un lado, cubierto en sangre, pedazos de carne y hueso de quien sea que sea el muerto.

Parecía un muñeco de trapo, sus manos eran tan delgadas, su pequeño cuerpo parecía inerte, azul. Cuando respiro Marco se atrevió a acercarse ¿Como pudo pensar que estaba muerto?

-Ma-ma Marco, e-e-él, él dijo, él dijo que lo matara si me atrevía, y-y-y o-o-o-

Para Sabo, ver tan asustados a sus hermanos lo transporto a ese momento, ese donde debió asegurarse de que el imbécil que los tenia, estuviera muerto, solo podía bajar la cabeza y apretar los puños.

El primer comandante abrazo a su hermano mayor, mientras lloraba con las pocas fuerzas que le quedaban, tan roto.

Llamas azules con dorado iluminaron la habitación, los spades no sabían que hacer, los barbablanca tampoco, todo lo que podían escuchar era el lamento de Marco.

"Por favor no mueras aquí, no me dejes sin ti, prometo hacerlo mejor esta vez, prometo protegerte"


"Todo va a estar bien"


"Todo va a estar bien"


"Todo va a estar bien"


"Todo va a estar bien"


"Todo va a estar bien"


"Todo va a estar bien"

Ambos hermanos se acercaron a barbablanca, estaban asustados, hace solo unos momentos querían acabar con ellos y ahora, solo querían el mismo consuelo que sus hijos.

Razones para vivir ~ ASLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora