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"¿Para qué quieres el número de mi habitación?"

Suspiré, jalando el cuello de la camiseta que Liam llevaba, intentando que la cosa quedara bien en su delgado cuerpo.— Porque iré a buscar un tapa-bocas para ti. ¿Tienes más, verdad?

"Claro que si" rodó los ojos "Seria asqueroso usar siempre el mismo"

Reí entre dientes, asintiendo.

—¿Me darás el numero?

"207" gesticuló "Mi compañero está en su práctica de futbol, así́ que no tendrás problemas para entrar" me cedió una pequeña llave.

—Está bien —me dirigí a la puerta—. Volveré en unos minutos.

—Z'Zyn —me volteé cuando escuché su pequeña voz.

—¿Si?

"¿Me traerías mi cámara? La olvide sobre mi cama"

Asentí en respuesta antes de deslizarme fuera de la habitación, cerrando la puerta a mi espalda. Me crucé con un par de profesores mientras salía del edificio y cruzaba rápidamente el jardín hacia la puerta de entrada a las habitaciones de los alumnos. La estructura no era muy distinta a la del lugar donde me habían ubicado, la única diferencia era que las paredes del lugar estaban teñidas de grafitis y colores llamativos por todos lados. El lugar me recordó a un jardín de niños, solo que en vez de patitos amarillos y ositos en las paredes, habían rostros abstractos y palabras imposibles de leer.

Subiendo rápidamente las escaleras principales, busque la flechas talladas en madera que indicaban donde estaban que habitaciones. Tuve que subir tres tramos de escalera hasta que logré encontrar el que decía 200-220. Tomando el pasillo, enteramente pintado de azul mis pasos se tambalearon luego de un par de puertas.

—¿Que está haciendo aquí, profesor? —la voz de Harry sonó clara a través del pasillo y por desgracia no encontré ningún lugar al que huir, aunque la idea de correr como si mis pantalones estuviesen en llamas se hizo bastante atractiva.

Era extraño ya que el que tendría que estar huyendo de mi era él, ya que yo era el malo y grosero profesor. Pero su mirada verde logró que me sintiera como si las posiciones estuviesen invertidas.

Espantando a los dos chicos que estaban hablando con él, el rizado se acerco a mi con una sonrisa confusa en el rostro. Su ceño fruncido se aclaró un poco cuando estuvo a un par de pasos de distancia.

—¿Que hace aquí, profesor Malik? —volvió a preguntar—. ¿Acaso se perdió? Si quiere puedo...

—Vine a este lugar por seis años, ¿enserio crees que me perdí? —levante una ceja.

El rizado se encogió de hombros, antes de inclinar la cabeza—. ¿Entonces que hace aquí?

Mirando disimuladamente a mi alrededor, busque cualquier excusa viable que pudiera explicar mi presencia pero no encontré ninguna. Mordiéndome el labio, sopese mis opciones. Podía decirle al chico que me había perdido y quedar como un imbécil o decirle la verdad, lo que podría meterme en problemas pero, si hacia lo segundo, Liam podría enfermarse.

Dándome una patada mental, miré el pálido rostro de Harry y decidí arriesgarme. El rizado parecía ser de ese tipo de personas que es simpática con todo el mundo, tal vez se lo diría al director de forma simpática.

—Si te digo la verdad, ¿prometes no ir de chismoso?

Eso hizo que sus cejas dejaran de estar fruncidas para arquearse, antes de volver a fruncirse, esta vez de forma enojada—. No soy un chismoso, profesor Malik.

Intocable |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora