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Al día siguiente desperté tarde y con los brazos vacíos. Con un suspiro frustrado, me levante de la cama y me di un baño, evitando pensar en el tema de Liam antes de apresurarme a vestirme y salir de mi habitación para poder llegar a mis clases. Choque de frente con Harry cuando salí por la puerta de mi habitación.

—¡Mierda, deja de hacer eso! —gruñí.

—¿Yo que culpa tengo de que siempre este apurado? —se defendió el rizado—. Venia para verificar si se encontraba bien y comunicarle que sus alumnos lo están esperando en el aula.

Fruncí el ceño, mirando mi reloj—. ¿Ya? —jadee—. Aun faltan diez minutos para que toque el primer timbre.

—Felicidades —me dio una falsa sonrisa—. Parece que los cautivo, profesor Malik.

—No seas sarcástico conmigo, duende renegado. —comencé a caminar por el pasillo, escuchando sus pasos apresurados detrás de mi—. ¿Por que mis alumnos ya están en el aula?

—No lo sé —aceptó—. Según lo que pude averiguar, ninguno de ellos quiere que lo repruebe y como les ha demostrado que es un hueso duro de roer, están esforzándose.

—No confió en eso. —lo miré sobre mi hombro—. ¿Qué más has escuchado?

—Nada —salimos del edificio de habitaciones en ese momento y me apresure por el pasillo que conectaba ambas edificaciones. Harry se puso a mi lado—. ¿Por que desconfía?

—¿Desde cuando un adolescente de diecisiete años se esfuerza en algo? —eleve una ceja.

—Tengo diecisiete y me he esforzado en todas mis materias, por eso mis notas son excelentes.

—Tu no cuentas.

—¿Por que? —chilló.

—Porque tu eres raro. —reí mientras doblaba un pasillo, deteniéndome en seco ante la imagen—. Joder, dime que no es verdad.

—¿Que sucede? —preguntó el castaño a mi lado.

En vez de contestarle, me dirigí directamente a la persona que estaba en el foco de mi visión. Tomando la parte trasera de la camiseta negra, de rebelde barato del chico, lo aleje del castaño pegado en la pared dándole una mirada fulminante cuando abrió la boca en mi dirección para quejarse—. Vuelve a tus clases ahora —gruñí, asegurándome que el chico se alejara antes de girarme hacia Louis—. ¿Que jodidos crees que estas haciendo?

El chico se lamio los labios y me sonrió—. ¡Zaynie!

—Ni te creas —puse una mano sobre su cabeza para mantenerlo en el suelo y evitar que saltara sobre mí, fulminándolo con la mirada al mismo tiempo—. ¿Qué haces aquí?

—No me llamaste —apunto—. Te pedí que me llamaras y no lo hiciste.

—¿Quién es él? —preguntó el rizado entrometido, mirando a Louis con curiosidad—. ¿Amigo suyo?

—Louis Tomlinson —mi castaño amigo le sonrió́ dulcemente, extendiendo la mano hacia el ojiverde que la estrechó con desconfianza. Louis lo miró de arriba abajo, examinándolo—. ¿Eres de Holmes Chapel?

—Mi nombre es Harry Styles y sí, soy de Holmes Chapel, ¿cómo lo supo?

—Viví en Holmes Chapel por dos años —sonrió—. Detecte el acento.

—Si, que bonito —ironice, girando la cabeza de mi amigo hacia mi—. Ahora que ya se conocen, dime que haces aquí.

—Ya te lo dije —rodó los ojos—. Te pedí que me llamaras y no lo hiciste, por eso vine a verte.

Intocable |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora