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LOUIS.

Sentándome bajo uno de los arboles del patio del colegio, observé a mi alrededor distraídamente mientras tomaba algunos pastitos y los rompía con mis uñas. Era temprano, pero al ser temprano, todos los estudiantes estaban en alguna clase o durmiendo, lo que dejaba el lugar completamente vacío. Me gustaba, siempre me había agradado arrojarme en el césped y escuchar los sonidos de la naturaleza a mi alrededor. Era uno de los pocos hobbies que compartía con Zayn y realmente lo disfrutaba.

Sabia que el moreno tenía razón cuando dijo que estaba usando mis relaciones pasadas para excusarme pero era jodidamente difícil confiar en alguien cuando todo el mundo parecía dispuesto a lastimarme al menor indicio de debilidad. Era jodidamente cansador simular que era fuerte cuando solo seguía siendo el mismo niño miedoso que había vivido seis años en ese lugar. Seguía siendo el mismo que se escondía para pasar desapercibido, el de las gafas de pasta y feo peinado, aún era él aunque lo negara.

Mi teléfono sonó dentro de mi bolsillo y lo saque rápidamente, respondiendo y llevándolo a mi oído—. ¿Hola?

—Louis, tesoro —la voz de mamá flotó a través del auricular—. Te llamo para saber donde estas.

—Londres.

—¿Por que estas en Inglaterra? ¿Cuando viajaste?

—Hace unos días —evadí, ocupado en destrozar pasto—. Vine a ver a Zayn.

—Oh —susurró—. ¿Como esta él? Hace tiempo que no lo veo, dile que tiene que venir a cenar.

—Mamá, lo viste antes de irte a Irlanda —le recordé con suavidad—. Y no puedo solo llevármelo para que te visite, esta trabajando.

—Está bien, entonces tendré que ir a Londres e invitarlo a cenar —solucionó con rapidez—. Llevaré a Trixy para que vea su nuevo peinado.

Rodé los ojos pero no pude evitar que una sonrisa apareciera en mis labios, mamá era una mujer única—. ¿Que le hiciste al pobre perro ahora?

—No le hice nada malo —aseguró—. Solo teñí su pelo de verde. ¡Se confunde con el pasto, Lou!

—Oh por el amor de dios. —susurré—. Mamá, mantenlo con la correa por favor.

—No te preocupes, Lou, si se pierde correré por el jardín hasta que lo pise y chille.

Sep, y yo me seguía preguntando como había salido normal con una madre así—. Lo que digas —susurre, sonriendo—. ¿Como esta papá?

—Jugando al golf o esperando que le crezcan raíces, quien sabe, es parecido —susurró—. Debo irme, Trixy está masticando los cables del televisor. Te llamo luego, te amo, tesoro.

—Y yo a ti, mamá. —corté la llamada y devolví el aparato a mi bolsillo.

Okay, al menos sabía que si me quedaba solo, siempre podía comprarme un perro y teñirle el pelo de colores artificiales como mamá hacia. Tal vez luego hasta podíamos hacer una competencia del color más absurdo. Reí entre dientes, poniendo los ojos en blanco para mi mismo. Si, lo que todo hijo quiere, terminar igual de desequilibrado que su madre.

—¿Qué haces aquí? —una sombra cayó sobre mi—. ¿Como haces para entrar al colegio sin que te digan nada?

—Soy una ternura, ¿no te has dado cuenta? —parpadee hacia Harry—. Me permitirían pasar a cualquier lugar con solo sonreír.

El castaño me miró un instante antes de sentarse a mi lado—. He visto gente más bonita ser rechazada.

—Ouch, ¿estás diciendo que no soy la persona más bonita que has visto?

Me miró con una sonrisa—. ¿Estas en busca de halagos?

—Nunca están de más —me encogí de hombros.

—Tu eres una mezcla entre sexy y adorable —musitó luego de un momento, algo sonrojado—. ¿Ese halago te sirve?

—¿Lo dices enserio?

—Absolutamente, eres impresionante. —aseguró con una sonrisita.

Reí suavemente, asintiendo—. Gracias.

—De nada —susurró—. Aunque creo que no soy el primero que te lo dice, ¿eh? Estoy seguro de que muchas personas te lo han dicho antes.

Me encogí de hombros—. Es distinto, sus opiniones no me interesan.

—¿Mi opinión si te interesa?

Asentí—. Tu estas siendo sincero, no queriendo entrar en mis pantalones. —musité—. La mayoría de las personas en el rubro que trabajo intentan acostarse conmigo porque piensan que soy estúpido y que si me dicen cosas bonitas dejaré que me tengan.

—¿De que trabajas?

—Soy modelo —musité antes de hacer un gesto vago con la mano—. No es lo que me gusta pero se gana bien y mantengo felices a mis padres.

—¿Que es lo que quieres hacer realmente?

—Escribir. —confesé—. Me gustaría publicar un libro en algún momento.

—¿Que escribes?

Me mantuve callado por un segundo antes de suspirar y confesar—. Cuentos infantiles.

—Me gustaría leer uno alguna vez. —lo miré, esperando ver la burla o algo en su rostro pero él solo me sonreía con dulzura.

—¿Tu que quieres ser?

—¿La verdad? —asentí—. Me gustaría ser pediatra pero como mi padre, mi abuelo y mis hermanos, seré abogado, tradición.

—Eso es una mierda. —musité.

—Al menos puedo hacer lo que quiera de mi vida fuera —dijo como si no fuera nada—. Me permiten salir con quien quiera.

—¿Sales con alguien?

Negó, mirando hacia el patio—. ¿Quien querría a alguien como yo?

Lo miré un segundo, dándome cuenta de que en verdad creía sus palabras. Negando con la cabeza, me trepe sobre su regazo y aplaste mis labios sobre los suyos, en un beso brusco. Él pareció sorprendido por un momento y cuando pensé que iba a devolverme el beso, se separo.

—No. —susurró.

Lo miré sorprendido—. ¿No?

Negó, parpadee un tanto herido antes de comenzar a moverme de su regazo pero su brazo alrededor de mi cintura me detuvo. Volví a verlo, su mano se apoyó sobre mi mejilla cuando se acerco a mi—. Así. —colocó sus labios sobre los míos con suavidad, acariciando mis labios con tanta ternura—. Suave.

—Suave. —repetí.

Devolviéndole el beso. Harry fue cariñoso, su mano en mi mejilla acarició mi piel durante el beso, su lengua cuidadosa y amable, como si estuviese adorándome en vez de solo querer mi cuerpo. Él no estaba haciendo ningún avance, su brazo se mantuvo en mi cintura, en ningún momento intento tocarme más allá del beso y eso en si fue increíble. No estaba intentando llevarme a la cama, solo me estaba dando un beso dulce, nadie nunca lo había hecho antes.

—Eres adorable. —musitó cuando nos separamos por falta de aire, su pulgar acariciando mis labios hinchados.

Lo miré, sus ojos verdes brillando bajo la luz del sol y sus hermosos hoyuelos resaltando en sus mejillas—. Y tu eres perfecto. 

Intocable |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora