Capítulo 14

63 4 2
                                    

14.
"Abstinencia"

El señor Collins se levantó a las 9 de la mañana como de costumbre, siendo su primer movimiento el revisar a su hija menor, llevándose la amarga sorpresa de una cama vacía y un gran silencio en el departamento.

Suspiró al notar la pequeña trampilla en el marco de la ventana de su habitación, por lo que sintiendo una gran decepción, tomo su celular para verificar si estaba con su madre o alguien conocido.

¿Aló? —Se escuchó desde la línea contraria al ser contestada.

—¿Michelle está contigo? —preguntó sin rodeos y algo cansado de la situación —. No está en casa, otra vez. —tocó el puente de su nariz con el dedo índice y pulgar.

Oh, no, no está aquí. —dijo preocupándose ante la idea de que su hija haya desaparecido sin aviso.

El mayor suspiró y antes de colgar la llamada, escucho la voz de su ex pareja.

—Roger, ¿no crees que deberías tomar medidas antes de que se salga más de control?

—¿Y qué quieres que haga? No me obedece nunca. —dijo frustrado.

Establece tu autoridad, ella ha de estar acostumbrada a estar sola y cree que de cierta forma no tienes mando sobre su vida. —murmuró en la línea.

—Te aviso si hay algún cambio. —Su voz era fría y cortante, presionando el botón rojo que colgaba la llamada.

El mayor se sentó en el gran sillón, llevando las manos a su nuca y pensando en alguna forma de ingeniárselas en esta situación.

Seguramente si su actitud seguía siendo demandante y algo grosera, ella no le obedecería, después de todo es una versión diminuta de su madre, por lo que tal vez si su actitud era más comprensiva, podría haber cierto avance en la relación con su hija menor. Las horas pasaban y el desespero era mayor, pero no podía gritarla en el momento en que apareciera, tenía que comprobar si de esa manera lograba persuadirla, en medio de su debate mental, la puerta de entrada se abrió, dejando ver a su hija en un estado vulnerable y desanimado.

21 de Julio, 2015
2 semanas después...

Las gotas de agua bajaban por su frente hacia los lados, el dolor de cabeza era insoportable y la baja temperatura acompañada de sudoración era simplemente una mierda para Harper; Sus pupilas se encontraban ligeramente dilatadas, sus músculos estaban tensos al nivel de doler, sin contar los molestos espasmos acompañados de una respiración agitada.

Como era de esperarse, la actitud repentina de su padre había sido temporal, pues no tardo en volver a controlar cada movimiento y de cierta forma estar ausente en su vida.

Estaba acostumbrada a aquello.

Aunque por primera vez, tuvo la ilusión de que uno de sus padres estuviera a su lado en la etapa que vivía en ese preciso momento, siendo únicamente atendida por extraños en una enfermería del lugar.

Sus pensamientos acelerados pasaban como ráfagas por sus ojos perdidos, mientras sus manos y pies eran fuertemente sostenidos ante los espasmos de su estúpido cuerpo.

Al despertar, Harper pudo ver a su padre enfrente de la ventana, siendo bastante ruidoso en el proceso.

—¿Papá? —susurró sentándose en el mismo lugar, quedándose inmóvil al ver como una gran reja metálica estaba siendo instalada en la ventana de su habitación —. ¿Qué estás...?

NISSHOKU © 《Original Version》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora