Lo Que Parecía Imposible |Harco|

Capítulo 7

—¿Lo tienes? —preguntó Scorpius a su hermano.

—Los tengo. Ahora volvemos y revelamos las fotos.

—Por una vez tu estúpida afición sirve de algo —se burló James.

—¡Oye! —exclamó ofendido.

—James, Albus. Vámonos.

Los tres salieron de ahí rápidamente sin llamar la atención de ninguno de sus objetivos.

Mientras tanto el viento era cada vez más fuerte.

—¿Volvemos? —preguntó Draco a su hija al escuchar un estornudo suyo.

—Está bien —respondió la chica tiritando levemente.

Ambos se secaron la ropa con un hechizo simple, aunque podían coincidir que preferían darse un baño caliente y cambiarse a unas ropas más limpias.

—¿Qué tienes aquí? —escucharon a alguien preguntar cuando iban de camino a la sala común.

—Devuélveme la cámara —escucharon que respondía otra persona.

—¿Scorpius? —preguntó Lily, mirando hacia la dirección de donde provenían las voces, no podía ver nada al menos que pasase por la esquina.

Draco desvío el camino hacia esa dirección sin decir nada, dejando a la chica atrás quien no tardó en reaccionar y seguirlo, dejando una corta distancia entre ellos.

Vió a su padre desaparecer en la esquina, y antes de que ella pudiese asomarse a mirar, un hechizo pasó por delante suyo.

Lentamente y con la varita en la mano, Lily se asomó, viendo a un grupo de estudiantes que parecían ser de sexto o séptimo año.

James y Albus parecían haber sido petrificados y echados a un lado, Scorpius estaba sentado en el suelo con la mejilla roja.

Había un total de seis o siete personas, una de ellas tenía en sus manos las varitas de sus hermanos.

Draco estaba peleando con unas cuatro personas a la vez, dedicándose más a protegerse que a atacar.

—¿Qué pasa Malfoy? —dijo un chico tras desviar unos de los pocos hechizos que le lanzaba —. ¿Tu señor no te ha enseñado nada? ¿O tienes miedo de acabar en Azkaban como tú padre?

Si su objetivo era intentar enfadar a Draco, lo estaba consiguiendo, pero con la persona equivocada.

Se metió rápidamente en la pelea, lanzando rápidamente unos maleficios enseñados por sus tías.

—Mira que bonito —dijo el mismo chico con una sonrisa exagerada—. Una reunión familiar.

—No sé que quieres, pero deja a mi hermano y a sus amigos en paz.

—¿Dejarlos en paz? Tú y tu hermano sólo sois unos niños que no debieron existir. Vuestra familia debería de extinguirse, y todos los miembros de ella sólo merecen una condena eterna en Azkaban. Sólo sois una amenaza para el mundo.

—La verdadera amenaza aquí eres tú y tu falta de cerebro. —Draco rió al escucharla. —. Siento pena por tu madre —continuó Lily—. ¿Estás seguro de que no eres adoptado? Podrías ser perfectamente el hijo de un troll.

El chico bramó furioso, corrió rápidamente hacia la chica y la agarró del pelo, apretando fuertemente su muñeca para que soltara su varita.

—¿Sabes? Creo que te gustará el cambio que haremos a tu bonito rostro.

Draco intentó ayudarla y fue rápidamente rodeado junto a Scorpius por los demás atacantes.

Lily sintió la punta de la varita pincharle en la mejilla. No se iba a rendir tan fácil, así que rápidamente hecho la pierna hacia atrás y le dió una patada con todas sus fuerzas en la entrepierna.