Capitulo 7

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El peor día de todos.

Layla.

La alarma me despierta a las siete de la mañana y quisiera lanzar el móvil por la ventana, la cabeza me martilla cuando abro los ojos y la claridad que entra por la ventana me alcanza.

Gruño por lo bajo cuando el móvil suena avisándome de un mensaje, lo tomo con un ojo abierto y es el mejor mensaje de mi vida, el torneo se cancela para mañana, la única parte mala es que mi auto está en la Academia y debo ir en taxi.

Quiero quedarme tirada en mi cama todo el día, durmiendo con las cortinas corridas y nada de ruido, solo yo sumida en la oscuridad, pero tristemente no puedo.

Me levanto perezosamente y una punzada de dolor va directo a mi entrepierna, me agarro por instinto el lugar punzado y me quedo extrañada al sentir pequeñas punzadas repetidas en el mismo sitio.

Lo paso por alto metiendome al baño, preparo mi cepillo y comienzo a cepillar mis dientes, mis ojos se entrecierran en el espejo tratando de evocar la noche de ayer, imágenes confusas vienen a mi mente pero entre ellas logro encajar a Daniel y a mí.

Me encuentro en lo más recondito de mis pensamientos sobre Daniel jadeando como perra en celo, a ambos en la cocina, las escaleras, el baño y por último mi cama.

Dejo caer el cepillo y la pasta dental me corre por la barbilla haciéndome poner una mueca de asco.

¿Que hice? ¿Cómo se supone que miraré su cara y lo llamaré coronel a partir de ahora sí me lo folle como ninfómana poseída?

Me desvisto lentamente y la sopresa es enorme cuando veo marcas de chupetones en la cara interna de mis muslos y abdomen.

¡Parezco puta!

Lleno la bañera y me hundo en ella dejando que el agua caliente relaje mis músculos, no debo pensar en lo que sucedió anoche, ni siquiera le debo dar importancia, solo fue un polvo de una noche.

¡Pero con Daniel Frost!

Me hundo en la tina ahogando un grito de frustración, eso me pasa por alcohólica.

Me visto con el típico uniforme de la Academia y bajo a prepararme una tila, el estómago se me ha cerrado por completo y estoy hecha un manojo de nervios.

Pido un taxi y afortunadamente llego a tiempo a la Academia, intento no encontrarme con Daniel y se que estoy siendo cobarde pero no estoy preparada para enfrentarlo y si, quizás exagere y solo fue un polvo insignificante pero es que no follaba hace mucho tiempo y ahora ni siquiera recuerdo cómo fue mi primera vez de hace tanto tiempo.

–Hola Caramelito. —Elena me abraza por detrás y volteo para corresponder su abrazo.

–Hola.

–¿Cómo estás? Te noto agotada.

–La verdad es que sí, no dormí bien. —confieso omitiendo detalles.

–¡Al campo! —la voz de Daniel truena detrás de nosotras y no mames, que él es quien nos dará entrenamiento hoy.

Volteo a saludarlo por educación pero pasa por nuestro lado dejando solo su aroma impregnado en el aire.

–Quisiera saber cómo folla ese semental. —suspira Elena y sonrío incómoda.

–Y yo que ni siquiera lo recuerdo. —murmuro.

–¿Que dijiste?

–Eh...

–¡Dije al campo!

Grita y no lo hacemos esperar y agradezco que intervino o tendría que explicar muchas cosas.

Placer y Obsesión (Amores Que Hieren) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora