Es perfecto. // China x Corea del Norte

[🌱]- ¿Despertará?

2019

Hace más de diez años que el chino no se atrevía a declarar los sentimientos de amor hacia el norcoreano que, apenas descubría que estaba enamorado completamente, China solo seguía con su cobardía, sin embargo, su tiempo consciente estaba terminando.

China era consciente y sabía que sucedería tarde o temprano, solo que perdió la noción del tiempo y esa frase que dijo hace cinco años: "Agh, falta mucho, todavía hay tiempo" sentía que el tiempo paso muy rápido, solo que no esperaba que fuera ese año el elegido para que pueda perder consciencia por unos meses, o años.

De un momento a otro, estaba tirado en el suelo de la gran casa, escupiendo ese líquido que conocía perfectamente, sabía la situación de su país pero, entre corrupción y nueva pandemia no era la mejor combinacion en estos momentos y alturas de su vida; sentía sus párpados pesar, perder el control de su cuerpo que solo hacia movimientos rápidos y constantes, ver por última vez la foto de Norcorea que estaba colgando en la pared de la sala, esa sería la última vez que lo vería en años.

— ¡Señor China! ¡Ya llegué!— Dijo felizmente mientras caminaba por la sala, buscando al mayor de edad y altura, cuando lo encontró vio que estaba con los ojos abiertos, de su boca escupía ese líquido negro, estaba totalmente quieto, dando la impresión de que estaba inconsciente.

— ¡Señor China! — Exclamó, agarrando su teléfono y llamando al primer contacto que se encontró, el cual era bielorusia.

—¿Добры дзень? — Dijo a través de la línea telefónica.

— ¡Hermana! ¡El señor China está muerto! ¡Está muerto! — Exclamo mientras movía el cuerpo inconsciente, aún no sabía si estaba muerto o no.

—¡¿Гэта?! ¡Я іду туды! — Exclamo extremadamente sorprendida, colgando el teléfono y dirigiéndose a la casa.

— ¡Señor China despierte! — Movía más el cuerpo del chino agitadamente, no obstante; no recibe respuesta alguna.

Siguió agitando el cuerpo hasta que escucho la puerta abrirse de golpe, entrando Bielorusia, Estonia, Turkmenistan y Tayikistan junto a OMS que traía consigo una camilla junto al ruso mayor.

— Lo levantamos en uno..dos..tres — Levantó el cuerpo del gigante asiático junto a Rusia, OMS no dudo en poner una máscara de oxígeno a el chino que, tenía el rostro pálido, pupilas dilatadas y la boca goteando el líquido negro.

— Esta en terribles condiciones.. ¡Tenemos que irnos ya! — Se llevó la camilla que llevaba al chino, subiendo a la ambulancia junto a Norcorea también.

— Estaremos en el hospital *********— Dijo OMS mientras conectaba a el chino al suero, probablemente podría morir si no llegaban pronto al hospital.

— Su pulso es débil.. ¿Que le pasó? — Dijo mirando a Norcorea que volteo la cabeza en su dirección.

— No lo se, solo llegué y lo vi tirado en el suelo — Dijo realmente asustado y nervioso.

— Uh.. Llegamos — La puerta del vehículo se abrió y bajaron la camilla, OMS corrió a una habitación de inmediato, seguido de Norcorea

— Quédate aquí, estará bien — Dijo regalándole una sonrisa nerviosa a Norcorea que, obedeció a las órdenes.

— ¡Por Stalin! ¡¿Que fue lo que pasó?! — Llegó Rusia corriendo como si fuera corrido 90 km por hora.

— No lo se, el señor China ya estaba tirado en el suelo inconsciente cuando llegue a casa — Miro hacía la habitación y la señaló, el ruso pego su cara al vidrio de la puerta, viendo lo que estaban haciendo.

— Uh.. se ve mal.. — Dijo despegando la cara del vidrio.

— Va a estar bien.. ¿Verdad? — Volteo su cabeza a la dirección de su hermano mayor.

— Eso espero.. — Dijo algo triste, lo que acababa de ver le dejaba con la duda si el tiempo de China se a acabado.

— El señor China es muy fuerte, seguro va a despertar— Hablo, dejando al ruso con el nudo en la garganta.

Norcorea se dirigió a los almuerzos que tenía aquel hospital, buscando comprar alguno mientras OMS atendía a su tutor, estaba seguro que duraría un buen tiempo.

Comió algo tenso, en su cabeza pasaban muchos pensamientos pero la mayoría eran negativos pues recordó lo que hace años paso "Ya China no puede cuidarte, necesita un reposo y no puede tener tanto estrés encima o probablemente muera por su edad" esas palabras lo hacen dudar si el mayor a el seguiría bien o no.

—Huh..— Compro el almuerzo que traía; puré de papa, carne asada, arroz y ensalada.

— ¡Norcorea! — Grito, llamando la atención del Coreano que se dirigió rápidamente hacía el que lo llamo.

— ¿Que pasa? ¿Paso algo malo? ¿Esta bien? — Dijo algo nervioso.

— Tengo unos informes algo.. sorprendentes — Dijo antes de suspirar pesadamente.

—¿Lo dices en buen sentido? o..— La puerta de la habitación donde estaba el Chino fue abierta, viendo al mayor conectada a una máquina y al suero, con una máscara de oxígeno.

— Pasa.. — Algo triste, invito al norcoreano a pasar.

— Supongo que está dormido, seguro le dio un ataque de corrupción como los que duele tener a menudo.. — Supuso, mirando al mayor.

— No Corea.. no es así, China está mal, está entre la vida y la muerte, sus pulmones están dañados y la situación de su país no es que mejore todo, un virus fue liberado por accidente y contagia a su población sorprendentemente rápido, China después de todo eso y su edad quedó en... Coma. — El norcoreano voltea a ver al Chino horrorizado, rápidamente abraza al chino que está inconsciente en la camilla, escondió su rostro en el pecho del contrario mientras estaba arrodillado en el suelo, desesperado.

— No es cierto, es una broma, no es cierto, seguro está dormido, eso es todo — Dijo sin mirar a OMS.

— Todos desearían que fuera una broma.. pero no lo es. — Algo triste, salio de la habitación, dejando a sus espaldas al norcoreano que por primera vez derramó algo de sus lágrimas por algo sentimental.

— Despierte señor China.. por favor despierte, se lo suplico, por favor.. — Dijo en un llanto ahogado, levantando la mano del gigante asiático, sacudiendola levemente como si fuera a despertar.

Los hermanos rusos se enteraron de la noticia, iban a entrar a la habitación pero cuando vieron a Norcorea en tal escena de arrepintieron, decidiendo dejarlo un momento solo.

Tranquilos, lo feo apenas comienza.