Jungkook tiene un admirador secreto y cree saber quién es.
¿Alguna vez sentiste ese temor de no ser lo suficientemente bueno para una persona?
Así me siento yo.
Porque tú eres etéreo.
Eres oro.
Eres arte.
-Tu admirador secreto.
Jungkook suspiró.
"He...
Pensando, enredando sombras en la profunda soledad. Tú también estás lejos, ah, más lejos que nadie. Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes, enterrando lámparas. Rodaba, alegre, triste, interminable, mi alma. Pensando, enterrando lámparas en la profunda soledad. ¿Quién eres tú? ¿Quién eres?
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¿Lo mandará o no?
Taehyung tiene el dedo flotando sobre su pantalla, dudando si bajarlo para presionar el botón de enviado.
Era un mensaje para Jungkook porque desde el sábado no sabía nada de él y debía admitir que se sentía un poco desilusionado de que nunca lo hubiera llamado para asistirlo.
Entonces, ahora estaba debatiéndose entre molestarlo o dejarlo ser.
"Hey" Jimin lo sorprendió, tocando su hombro. Taehyung le dio una sonrisa y lo saludó. "¿Cómo estás?"
Comenzaron a caminar a la par, entrando al edificio del instituto.
"Bien, con sueño porque en mi mente, el fin de semana debería ser más largo"
"Pienso lo mismo" Jimin se guardó las manos en sus bolsillos. "¿Cómo está Jungkook...?"
Taehyung tardó en contestar aquello, todo por simple hecho de que no sabía la respuesta y le acomplejaba aquello porque significaba que Jungkook no se había comunicado con él y por consiguiente, que no quería ni verlo.
Suspiró, cosa que sorprendió a Jimin.
"Me supongo que bien, hoy va a faltar así que debe ser que sigue en celo. Debes estar jugando videojuegos o viendo alguna película de Spider Man" decidió responder, encogiéndose de hombro.
"Pero... después del sábado, ¿qué pasó?"
Ay, no.
El alfa aspiró y al hacerlo el recuerdo del aroma de Jungkook en celo palpó su memoria, su amígdala se aceleró y su corazón palpitó con fuerza.
"Lo acompañé a su casa y lo dejé con su madre" le respondió con simpleza.
Y Jimin se dio cuenta que estaba mintiendo porque Jungkook le había dicho que su madre estaba trabajando.
Confirmó sus sospechas.
Pero decidió no sacar a relucir este dato justo ahora porque necesitaba recolectar más datos para atar todos los cabos sueltos, mas estaba seguro de que algo había pasado entre el omega y el alfa.
Algo que poco tenía que ver con la amistad.
Presionó los labios como táctica para pretender que aquel ejercicio mental nunca existió en su cabeza.
