Capítulo 5

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- ¿Estás bien?

Tignari asintió y le sonrió. Iban andando sin decir mucho.

- Si tranquilo, ya sabes que siempre doy muchas vueltas a todo.

- Sabes que conmigo puedes hablar de todo... hasta de sexo.

- ¡¡CYNO!! – gritó Tignari y se puso rojo como un tomate.

Cyno lo rodeó con el brazo y le dio un beso en la mejilla.

- Bien que te gusta todo lo que te hago – le susurró al oído. Y Tignari se sonrojó más mientras notaba como todo su cuerpo se estremecía. Cyno empezó a reír y lo abrazó más. – me encanta como te pones.

- Eres un tonto...

- Pero te gusta o no te gusta?

- Ya sabes que si...

- Entonces eso es lo importante – Dijo Cyno sonriendo y siguieron andando, pero Cyno ya había conseguido que Tignari dejara de pensar en la misión, el cual era el objetivo.

Tignari lo miró de reojo, se lo veía tan fuerte y seguro, su cuerpo era...

- Ya sé que me deseas, pero ahora no podemos hacer nada...

Tignari le dio un golpe al estómago y siguió andando todo ruborizado, Cyno no paraba de reír, le encantaba cuando se ponía así.

Al cabo de un rato finalmente llegaron al destino. Todos estaban nerviosos especialmente Tignari. Nahida se acercó a ellos.

- Bueno chicos ha llegado la hora, no os preocupéis, todo irá bien.

Tignari le apretó la mano a Cyno y lo cogió de la ropa, no lo quería soltar. Cyno notaba su nerviosismo.

- De acuerdo, ahora vamos.

Cyno se giró hacia Tignari y le sujeto la cara con las dos manos.

- Tignari, mírame, no tengas miedo piensa que yo estoy aquí y no dejaré que te pase nada... - le dijo mientras lo miraba fijamente.

- Pe-pero...

Cyno lo abrazó con fuerza.

- Todo irá bien... te quiero Nari – le susurró al oído. Tignari lo abrazó más fuerte.

- Yo también.

Y se besaron hasta que se tuvieron que separar, Cyno le acarició la mejilla, le dolía el alma verlo así y no poder protegerlo.

Así que Tignari empezó a hablar con Nahida mientras la seguía y ella le explicaba todo.

Tignari miró a Cyno de lejos y luego se giró y empezó a andar, Nahida también se quedó detrás. Llegó a la plaza que les había dicho el jefe que tenían prisionero, des de donde lo verían todos los eremitas, aunque nosotros a ellos no, el resto del grupo se escondió alrededor por si tenían que intervenir.

Tignari fue andando poco a poco, y una vez llegó al centro se sacó su arco y flechas y las dejo al suelo, como acto de paz. Pero no pasaba nada, sorprendido se giró hacia Nahida para ver que hacía cuando de pronto una flecha le atravesó el pecho haciendo que se desplomara al suelo. Todo se empezó a llenar de sangre. Todos empezaron a correr hacia él, especialmente Cyno que estaba horrorizado cuando de pronto alguien tiró algo y se llenó todo de humo gris.

Cyno corrió a través del humo, pero no conseguía encontrar a Tignari... poco a poco el humo fue despareciendo, pero solo había la mancha de sangre en el suelo, Tignari ya no estaba, se lo habían llevado.

¿Amigos con derecho a roce? CynonariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora