"¡Su Majestad! ¿¡Qué demonios está haciendo!?"
"¡Iniciando un nuevo viaje hacía la cima!"
Mei Shen... Así era el nombre del Demonio Celestial cuando era un simple humano antes de descubrir el camino de las artes marciales y así convertirse en la dei...
La miko estaba ansiosa. Era la primera vez que salía del pueblo y el poder ver la ciudad llenaba su corazón de júbilo, las personas se arrodillaban al ver su carroza pasar para rendirle homenaje y rezar por la prosperidad del templo y el reino. Kaguya se cubrió el rostro con un velo para ocultar su identidad, algo estúpido considerando los 15 guardias que la escoltaban... Pero bueno, ella tenía su capricho cumplido y ahora solo tenía que sentarse y disfrutar de la función. Un hombre portando ropas elegantes y una sonrisa extravagante se hizo presente en el palco general y alzó sus brazos emocionado.
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"¡Buenas tardes a todos!" -dijo el presentador- "En este glorioso día no solamente no hemos reunido para ver como la carne fresca intentara desesperadamente luchar por la supervivencia, con la esperanza de algún día convertirse en campeones y así conseguir sus alas de libertad... Sino que hemos sido bendecidos con una presencia divina" -señalo el palco VIP- "¡Hoy la gran sacerdotisa de Zed nos deleita con su presencia divina para ver de lo que este lugar es capaz de ofrecerle! ¡Y no la vamos a decepcionar... Qué pasen los combatientes!"
Kaguya observó sorprendida como estos peleadores ingresaban por los oscuros túneles, a simple viste se los veía algo maltratados y con escasas armas, hasta que vio a alguien que resaltaba del resto. Un joven de la misma edad que ella, de largo cabello negro, ojos carmesí como la sangre, con ropas algo maltratadas y con un báculo en sus hombros... A diferencia de los demás, el era el más joven del grupo... ¿Qué hizo para terminar en semejante situación...?
"Pobre alma" -musitó la miko- "Es muy joven y sin embargó está aquí..."
"No todos tienen las mismas bendiciones en la vida mi señora" -dijo una de sus guardias- "No lo aparenta a simple vista pero podría ser un sucio criminal o un santo desdichado... Pero su vida le pertenece a la Arena, esperemos que Dios le otorgue una muerte rápida y sin dolor..."
La miko mantuvo se expresión neutral natural mientras el hombre continuaba con su discurso y ella seguía observando al muchacho. Por alguna razón no podía dejar de mirarlo y al concentrarlo pudo sentirlo, ese joven peleador tenía algo, Kaguya pudo sentir la leve chispa de poder de Shen y al percatarse de ello el joven alzó la mirada al palco donde sus miradas se encontraron. Kaguya se mantuvo estática pero por dentro su corazón latía como loco... ¿Acaso ese hombre había podía sentirla...? ¿¡Como era eso posible!? Y la cosa se puso extraña cuando el joven le sonrió...
"Hombre asqueroso" -comentó una de las guardaespaldas de la miko- "Si no deja de mirar hacia aquí voy a..."
"Ya basta" -respondió la líder- "Como todos simplemente debe de estar curioso por nuestra señora, quizás tenemos suerte y es un creyente..."
"¡Y sin mas preámbulos... Qué empiece la carnicería de hoy!" -exclamó el presentador- "El día de hoy tenemos algo interesante para todos ustedes... Traídos directamente desde tan heladas tierras del norte... ¡Les presento...! ¡A los tigres de las montañas!"
