"¡Su Majestad! ¿¡Qué demonios está haciendo!?"
"¡Iniciando un nuevo viaje hacía la cima!"
Mei Shen... Así era el nombre del Demonio Celestial cuando era un simple humano antes de descubrir el camino de las artes marciales y así convertirse en la dei...
A través del sendero del bosque el grupo de bandidos iban a todo galope mientras el secuestrado Shen estaba en silencio observando a sus captores, ninguno era una verdadera amenaza para el pero si quería que su plan saliera al pie de la letras debería guardar silencio y mantener las apariencias hasta el momento oportuno puesto que estaba por empezar un nuevo capitulo en su vida desde que reencarnó en Eostia.
"¿Nervioso muchacho?" -preguntó uno de los bandidos- "No te preocupes, la jefa se divertirá contigo antes de acabar con tu vida~"
"¿Al menos van a decirme el nombre de la persona que va a darme muerte...?" -preguntó el joven-.
"Lo lamento pero no queremos arruinar la sorpresa~" -respondió otro con una gran sonrisa- "Ni te imaginas en el lio que estás metido chico"
"No es nada personal chico" -dijo el conductor de su caballo- "Deberías de haberlo pensado antes de nacer en la pobreza..."
"Como si el nacer fuera una opción..." -pensó soltando un suspiro- "Debería de notificarle de mi situación a las demás al anochecer, solo espero que esto no interrumpa la misión de Maia..." -hizo una pausa- "Esto será un duro golpe para ella y para Setsuna pero también les dará la oportunidad de crecer mucho más fuertes que antes..." -alzó la mirada- "De una forma u otra voy a terminar en la Fortaleza Negra por lo que tal vez nos volvamos a ver ahí si el destino así lo desea..."
Y opacado en sus pensamientos el viaje del muchacho continuó mientras era sacudido por el caballo que lo transportaba... El viaje continuó hasta que el mundo fue recubierto por el manto anaranjado que anunciaba la llegada del atardecer y el inició de la noche hasta que finalmente se detuvieron en un claro donde el ónix pudo estirar las piernas.
"¡Jefe!" -exclamó un bandido- "¡Lo conseguimos!"
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"Excelente muchachos" -dijo el líder sonriendo- "Ella va a estar muy complacida cuando llegue~"
El grupo aulló eufórico mientras celebraban la victoria por haber cumplido con su misión mientras más de uno gritaba lo ansioso y/o emocionado que estaba por volver a ver a la mujer que buscaba al ónix, estos no perdieron el tiempo en armar sus tiendas de campaña mientras el muchacho fue atado a un árbol donde no puso resistencia alguna.
"¿Hasta cuando vas a seguir actuando como una victima indefensa?" -preguntó Seminaris en la mente de su señor-.
"Solo un poco más..." -miró a los bandidos- "Quiero dejarlos soñar un poco más antes de mandarlos al otro barrio..."
"Ara~" -dijo una femenina voz animada- "Veo que lograron cumplir con la misión que les di~"
Los hombres se levantaron y salieron rampantes de sus tiendas para alzar la mirada como una manada de animales hambrientos mientras su líder descendía del cielo mirándolos con una sonrisa animada.
