Mejor amigo [Jaewoo] +18

Capítulo 15

JAEHYUN

No podía creer lo que estaba sucediendo. Después de que Jungwoo me dijera las palabras mágicas "te deseo" mi mente quedó en shock, pero mi cuerpo rápidamente tomó el control. Le di un beso rápido, sin lengua, solo un pico y salí prácticamente corriendo de ahí.

Todo parecía un sueño, que Jungwoo me haya dicho que sí parecía una fantasía. Si estaba soñando me aseguraría de aprovecharlo hasta el final. Solo que esta vez no era un sueño, era completamente real. Por fin ese mocoso con rostro de cachorro sería mío, solo mío.

Llamé un taxi para que viniera por nosotros. No me importó dejar a Luna ahí porque en esos momentos en lo único que podía pensar era en Jungwoo. Jungwoo en mi cama, Jungwoo a mi total merced, Jungwoo gritando mi nombre...

—¿Por qué estabas con la señorita Clark? —La voz de Jungwoo me sacó de mi fantasía.

—¿Por qué? ¿Celoso?

Jungwoo bufó. Yo me reí porque ese chico era tan tierno.

—Claro que no, solo es curiosidad. Se veían muy cómodos juntos.

—Ella fue la que me ayudó a descubrir que tú aún seguías aquí.

—¿Por el registro del carné?

Yo solo asentí mientras le enviaba un mensaje a Luna, con el calentón un poco controlado, ahora sí me sentía mal por dejarla ahí sin darle ninguna explicación.

*Luna, discúlpame. Ocurrió una emergencia y tuvimos que irnos*

Listo, con eso ya no me sentiría culpable. El taxi llegó uno segundos después.

—Dime Jungwoo ¿Por qué no me diste el numero de la señorita Clark?

Jungwoo se puso pálido.

—No sé de qué hablas.

—¿Ah no? Porque ella me dijo que te había dado su numero para que me lo dieras a mí.

Evitó mi mirada, mirando en cambio por le ventana.

—Lo olvidé, ese día estaba tan feliz de que me hubieran aceptado que se me pasó.

—Jum —respondí no totalmente convencido—. ¿Por qué no te creo?

Volteó a mirarme, estaba fulminándome con la mirada.

—Cree lo que quieras entonces.

—Uy, alguien está de malas. Conozco la mejor medicina para la amargura, ¿sabes?

Pareció captar mi doble sentido porque se quedó callado. Ya no me retaba con la mirada, en cambio se veía asustado. Había cierto encanto en esa actitud de cachorro perdido que tenía en esos momentos.

Unos minutos después llegamos a mi casa. Le pagué al taxista. La noche ya había caído cuando llegamos a casa.

—¿A dónde vas? —pregunté al verlo subir las escaleras.

—A bañarme.

—No.

—¿No? —preguntó levantando una ceja en mi dirección.

—Te vas a tardar demasiado.

—¿Tan desesperado estás?

—No tienes idea...

Nos sostuvimos la mirada unos minutos hasta que Jungwoo bajó, quedando frente a mí. Su olor estaba impregnando mis fosas nasales.

—Tengo miedo...