Mejor amigo [Jaewoo] +18

Capítulo 13

JAEHYUN

—No estaba, Taeyong, no estaba y yo me desperté a las 6:30 de la mañana.

Me asustaba en algún momento aburrir a Taeyong porque desde el día de su fiesta, de lo único que podía hablar era sobre Jungwoo.

—De seguro ya te tengo harto con este cuentico de Jungwoo.

Casi se atora con el ramen que estaba comiendo. Tose muy fuerte y se limpia la boca antes responderme.

—¿Estás de joda? Me encanta escucharte. Me siento como si estuviera viendo un bl, ya quiero llegar a la parte en la que se comen.

—¡Taeyong!

—¿Qué? Te aseguro que todos los espectadores de esta historia están esperando eso. —Me guiñó un ojo y yo no pude evitar reír, sus bobadas me quitaban un poco el peso que sentía en mis hombros.

—Dijiste que no huyera, pero él lo hizo hoy.

—Bueno, ya era hora que sintieras lo asqueroso que es. Porque me imagino que te sientes de la mierda en estos momentos.

—Claro que sí, gracias por recordarlo.

—No hay de qué, para eso están los amigos. —Destapó una Coca Cola, era la cuarta en lo que iba del día—. ¿Qué te dijo? ¿Por qué se fue?

—Me dijo que estaba con Doyoung. —Traté de llevarme un bocado de comida a la boca, pero comer era lo que menos me apetecía en ese momento—. ¿Haciendo qué y por qué tan temprano? No tengo idea porque son las dos de la tarde y aún no me ha contestado los mensajes, incluso lo llamé y no responde. ¿Sabes? Creo que me está evitando...

—Oh no. —Taeyong dejo la cuchara a medio camino, sorprendido—. ¿Crees... crees que recuerda todo lo que pasó anoche?

Guardé silencio y aparté la mirada de Taeyong. Fue lo primero que pensé cuando no lo vi a mi lado. De seguro recordó todo y decidió huir.

—¿Y si te contactas con Doyoung y le preguntas si sabe algo de él? A lo mejor le pasó algo y tú aquí pensando que está huyendo de ti.

El corazón se me paró ¿Podría ser posible que le haya pasado algo?

Abrí el chat de Jungwoo. La última conexión fue a las siete de la mañana, la hora en la que yo le escribí. Ahora sí empezaba a preocuparme. Jungwoo ¿Dónde mierdas estás?

—No tengo el contacto de Doyoung, o sea sí lo tenía, pero creo que lo boté.

—¿Cómo que lo botaste?

—Me lo dio en una servilleta y creo... que la boté. O no sé, no sé dónde la deje.

Nos quedamos callados. Mi almuerzo seguía casi intacto sobre la mesa. Ese día la universidad estaba a reventar y por lo general no me molestaban las multitudes, pero ese día sí sentía que toda esa gente me agobiaba, que no me dejaba pensar. Los gritos, las risas y la música que algunos ponían a todo volumen en la plazoleta de comidas me estaba llevando al desespero. Quería callar a todo mundo.

—Tienes una cara de amargado que no puedes con ella —me dijo Taeyong. Él ya había terminado de almorzar.

—Es que estoy amargado. Hoy es uno de esos días en los que me molesta hasta que una mosca pase enfrente de mí.

Taeyong se retiró de la mesa, asustado.

—Tú no, idiota. A ti ya me acostumbré.

—Qué bien porque no tengo nada qué hacer lo que resta del día, entonces ¿Cuál es el plan para encontrar a Jungwoo? —De repente se emocionó mucho.