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CAPÍTULO OCHO,
un secreto

CAPÍTULO OCHO,un secreto

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ARTEMIS ESTABA FELIZ DE HABER IDO A CASA EN LUGAR DE QUEDARSE EN HOGWARTS. Aquiles había salido temprano a trabajar esa mañana a pesar de que era Navidad.
La Navidad es una mierda, el decía siempre y Artemis estaba de acuerdo con él. Fue bueno solamente si lo celebraban con las personas adecuadas.

Levantándose de su lugar, Artemisa fue a cerrar la ventana para ir a su habitación. Si se iba a morir de aburrimiento, lo haría acostado en su comoda cama no mirando hacia afuera por la ventana de la cocina.

Hubo un golpe en la puerta, pero Artemis continuó caminando hacia su habitación; Aquiles no estaba allí para obligarla a atender a los vecinos. Pero los golpes se intensificaron y la chica gimió antes de darse la vuelta y lanzar una mirada asesina a la puerta, esperando que quien estuviera al otro lado se fuera antes de que ella llegara a abrir la puerta.

Obviamente eso no sucedió, porque cuando Artemis abrió la puerta, vio a una mujer que le dedicó una gran sonrisa a la que ella no respondió.

—Hola preciosa. Vivo arriba —dijo, señalando el techo— pensé en hacer galletas de Navidad, pero me di cuenta de que se me había acabado el azúcar. ¿Podrías darme un poco, por favor?

—No —respondió Artemis antes de cerrar la puerta.

Aquiles nunca le había dicho que fuera amable con los vecinos. Él simplemente le dijo que les abriera la puerta.

—Galletas de Navidad —repitió Artemis burlonamente— unas galletas con cianuro suenan mejor.

La joven se arrojó sobre su cama, antes de tomar el regalo que Draco le había enviado esa mañana.

Artemis ahora entendió lo que había querido decir con "collar de la amistad",  definitivamente no era algo que ella usaría pero cuando volviera a Hogwarts lo engancharía en su cuello y escondió el collar debajo de su camisa para mostrárselo a Draco si él se lo pedía en algún momento.

—¡Arty, ya estoy en casa, ven a ver lo que te traje! —Aquiles gritó desde la cocina.

Artemis escondió el collar debajo de la almohada y se dirigió a la cocina.

—¿Qué es? —preguntó, sentándose frente a su hermano viendo el regalo que estaba apoyado en la mesa

—Averiguarlo tú misma  —le dijo guiñandole un ojo, empujando el regalo en su dirección.

Artemis se arrepintió de haber abierto el regalo en el mismo momento en el que vio lo que había adentro.
Sus mejillas se sonrojaron y trató en vano de cubrir la ropa interior con el papel de regalo.

Aquiles solo se  rio.

—Te gusta, ¿no? —le preguntó, inclinándose para agarrar un sostén.

Artemis hizo ademán para levantarse e irse, pero su hermano continuó hablando.

—Pronto tu cuerpo comenzará a cambiar. Debes estar lista,—comentó casualmente.— También creo que el negro es un buen color para ti, te resalta porque eres muy palida, Arty

Artemis se sonrojó hasta las orejas y Aquiles rápidamente lo notó.

—¿Qué, no te gusto mi regalo? —el le preguntó con el ceño fruncido.

—No, no es eso. Tu regalo es... bueno.

—Oh eso es genial... ¿Y te lo probaras?

—¿A.. ahora?

Aquiles abrió la boca para hablar, pero alguien llamó a la puerta. El chico rápidamente guardó todo en la caja y se la entregó a su hermana.

—Ponlo en tu habitación. Pero no le cuentes a nadie sobre este regalo, ¿si? Ni siquiera a nuestro tío. Es un secreto de hermanos.

Artemis no protestó y corrió a su habitación. Cuando cerró la puerta, pudo escuchar la voz de la vecina que había vuelto a pedir azúcar.

Oh, cuando dijera que Artemis no le daba azúcar antes las cosas se podrían feas...

Y no se equivocó, porque cuando escuchó que la puerta se cerro, luego pudo escuchar a su hermano gritar:

—¡Artemis, ven aquí ahora!

. . .

REGRESAR A HOGWARTS  LE AYUDÓ A ARTEMIS A SENTIRSE MEJOR. No era como si odiara a su hermano. A decir verdad, ella lo queria mucho y probablemente era la persona que ella más apreciaba en la vida, pero desde que la vio con Draco en la plataforma, había estado actuando extremadamente extraño.

—Hola Arty —la saludó Harry, sentándose a su lado en el sofá de la Sala Común— ¿Tuviste una buena Navidad?

—Sí.

Harry permaneció en silencio por unos minutos, probablemente esperando que ella le preguntara sobre su Navidad, pero Artemis ni siquiera le dedicó una mirada.

—Me di cuenta de que realmente te gusta leer, así que tengo una pregunta para ti —dijo finalmente Harry.

—No soy una enciclopedia.

—Es sólo una pregunta y luego me voy.

—Vete ahora.

—¿Sabes algo sobre Nicolás Flamel? —el chico preguntó de todos modos.

—¿Por qué me estás preguntando esto? —Artemis le preguntó con el ceño fruncido.

—Se me vino a la mente su nombre hace unos días, y no recuerdo en dónde lo leí. Tal vez si me dices quién es, podría...

—Nicolas Flamel es un alquimista, conocido por haber creado la Piedra Filosofal —lo interrumpió Artemis antes de volver a su libro— Probablemente lo leíste en una de esas tarjetas que vienen con las ranas de chocolate porque dudo que alguna vez hayas abierto un libro sobre Alquimia.

Harry sonrió antes de levantarse.

—¡Eres una genio! ¡gracias Arty!

Artemis puso los ojos en blanco y trató de concentrarse en su lectura. Pero eso fue imposible cuando los gemelos Weasley entraron a la Sala Común.

—Mira, Fred.

—¿Qué cosa, George?

—Creo que mini Snape está de mal humor hoy.

—Ah.. ya veo.

Ambos se sentaron junto a ella en el sofá, uno a cada lado, y le arrebataron el libro de las manos.

—¿Qué quieren, idiotas? —Artemisa se quejó.

—Ríete un poco o te saldrán arrugas —le dijo uno de los gemelos antes de tocar su frente— con arrugas no serás tan bonita.

—No me interesa tu opinión sobre la belleza. Devuélveme mi libro.

—Oh bueno Fred, no creo que este chico que la sigue constantemente como un perrito la encuentre fea, el dirá que es la más hermosa incluso si su rostro estuviera cubierto de granos.

—Ese chico tiene nombre y apellido. Devuélveme mi libro ahora —se quejó antes de levantarse y extender el brazo.

Fred le entregó el libro pero cuando ella estaba a punto de tomarlo, se lo pasó a su hermano. Artemis pateó a George y tomó su libro antes de que él pudiera reaccionar.

—Si continúas molestándome, te arrepentirás.

Fred miró a su hermano mientras Artemis subía las escaleras hacia su habitación.

—¿Nos acaba de amenazar?

—Creo que sí.

ARTEMIS [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora