ARTEMIS [DRACO MALFOY]

xii.

CAPÍTULO DOCE,
gryffindor vs slytherin

ARTEMIS NO ERA ENTROMETIDA, pero tampoco era sorda y con Brown y Patil como compañeros de cuarto, era obvio que ella pudo escuchar todos los chismes que sucedían en el colegio. Harry Potter estaba en la enfermería después de intentar salvar la Piedra Filosofal. Todo el castillo lo sabía, pero como los rumores siempre cambiaban a medida que pasaba, Artemis no estaba segura de qué versión era la real de todas las que había escuchado.
Podría haberle preguntado a Hermione (quien también había estado involucrada), pero no era una chismosa.

Aunque Artemisa no prestó atención a los chismes, Draco ciertamente sí. Pero a diferencia de todos los que llamaban héroe a Harry, Draco simplemente pensaba que era estúpido y seguía repitiéndolo una y otra vez.

—Está bien —interrumpió Artemis.— también creo que es estúpido. ¿Podemos hablar de otras cosas ahora?

La chica ya estaba harta de que todos hablaran de Harry. En su sala común, nadie parecía cansarse del tema, por lo que había pensado que al estar con Draco hablarían de otro tema.

El rubio la miró con curiosidad.

—Si crees que es estúpido, ¿eso significa que ya no es tu amigo?

—Él nunca fue mi amigo.

Draco murmuró algo como "¡Por supuesto!", pero Artemis lo ignoró.

—¿Estás decepcionada de que Slytherin haya ganado la copa de las casas? –le reguntó Draco sarcásticamente.— Siempre pueden intentarlo el año que viene.

Artemis puso los ojos en blanco.

—No me importa quién gane la copa de las casas.

—Dices eso porque no ganaron —dijo, sonriendo.

—¿Sabes qué más ganaste?

—¿Qué ?

—Que te golpee —le dijo Artemis— todavía no entiendo cómo tu cabeza puede soportar todo el peso de ese ego.

—Yo no soy...—comenzó el rubio, pero ella lo interrumpió.

—Seguro que si —ella le dijo de forma sarcástica.

Draco no dijo nada y ambos entraron al Gran Comedor. Lo habían decorado con los colores de Slytherin, verde y plateado, para celebrar el triunfo de la casa.
Artemis mo pudo evitar mirar atrás para ver a Draco sonriendo con orgullo mientras se dirigía a su mesa.

Sacudiendo la cabeza, Artemis caminó hacia la mesa de Gryffindor y se sentó junto a Neville Longbottom. No tenía intención de iniciar una conversación, así que sacó un libro, lo puso sobre la mesa y empezó a leer.

De repente el Gran Salón quedó en silencio. Artemis levantó la vista de su libro, pensando que tal vez Dumbledore había llegado, pero ese no era el caso. Era simplemente Harry Potter entrando al Gran Comedor.