Dedicatoria

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Para mi hermana, quien es motivo y motor de cada una de mis historias.

Para todas las estrellas que desean tener una luna con quien compartir su brillo. Para todos los soles que apaciguan sus llamas para evitar herir a los demás. Para todas las lunas que dudan de sí su compañía es efecto suyo o el reflejo de los comentarios que lanzan.

Créanme, que para alguien que no ha apartado la mirada de una pared descolorida, para aquel que ha gastado la mayor parte de sus lágrimas en la mitad de la madrugada frente a un libro de matemáticas y quien se ha puesto de rodillas frente al Creador cada noche, no hay un paisaje más hermoso que el suyo.

Porque aunque seas leche, miel o café recuerda que la única taza que debes batir y rebatir es la tuya.

LECHE, MIEL Y CAFÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora