Capítulo 3

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💐 MARION 💐

Capítulo 3

《¿Ella... es la Reina?...》 se preguntó la niña, escapando un poco de su conmoción.

La mujer se puso de pie y abrió uno de los armarios.

- Escogeré uno para ti - dijo, revisando el armario de vestidos - ¡Ah! Este... Este azul combina tan bien con tus ojos... - comentó, tomando la prenda en sus manos - ¡Oh!, también debo peinarte - se entusiasmó, tomando un cepillo de la cajonera.

Marion sólo la observaba en silencio, mientras la reina dejaba aquellos objetos sobre la cama. Luego, hizo sonar fuertemente una campanilla que, al parecer, había traído consigo, causando que una criada abriese la puerta.
La pequeña enseguida la reconoció: era una de las sirvientas que la había bañado anteriormente.

- Alteza, dígame ¿en qué puedo sevirle? - preguntó, casi sin levantar la cabeza.

La mujer se sentó en la cama, tomó a Marion en brazos y la sentó sobre su regazo.

- Trae té y galletas para nosotras - ordenó, mientras acariciaba el cabello de la niña y se percató de algo que la perturbó - Este aroma... ¿Por qué el cabello de Elisa huele a hierbas cítricas?...

- ¿D-Disculpe?... - se sorprendió la sirvienta.

- Es jazmín, saben que el aroma favorito de Elisa es el jazmín ¿Quién se atrevió a lavar su cabello con otras hierbas? ¿Fuiste tú acaso?- continuó, ya comenzando a alterarse.

- L-Lo lamento, Alteza, fue un descuido - se preocupó la joven - Permitame corregir el error, volveré a lavar el cabello de la princesa - se excusó e intentó tomar a la niña, pero la reina la alejó golpeando su mano.

- No, a partir de ahora nadie que no sea yo puede tocar a Elisa. Tráeme agua caliente y las lociones de jazmín, yo me ocuparé de bañarla - exigió, fríamente.

Marion, impresionada por su reacción, observó a la sirvienta y esta demostraba un claro gesto de temor hacia la reina, lo que la llevaba a pensar que esta mujer podía ser alguien tan amenazante como el rey que vio horas antes.

- Como usted ordene, reina Ofelia... - acató la criada.

En cuestión de minutos prepararon la tina del baño de aquella habitación, esta vez, siguiendo las indicaciones de la reina y dejando que esta se ocupase de bañar a la niña.

Por segunda vez en ese día, y sin tener idea de la hora que podía ser, Marion se vio nuevamente dentro de una tina. Aunque la mujer lavaba con suavidad su cabello, aún así la pequeña no podía evitar sentir incomodidad ante su trato, tenía una mirada extraña.

Luego de ello, Ofelia también se ocupó de secarla y vestirla, colocándole así el vestido azul que había elegido previamente y, mientras la mantenía en su regazo, peinó con cuidado los rizos de su cabello.

- Ah... - suspiró - Ahora sí... tu hermoso cabello siempre debe de oler a jazmín... - comentó.

La sirvienta que permanecía en la habitación, visiblemente incomoda con la situación, término de servir el té y preguntó:

- ¿S-Se le ofrece algo más, Alteza?...

- Sí, deshazte de las muñecas de aquel armario - respondió, aun concentrada en seguir peinando a Marion.

La criada se sorprendió:
- ¿Eh?... Disculpe, ¿Quiere... que tire las muñecas a la basura?...

- ¿No he sido lo suficientemente clara?

- S-Sí, pero... ¿Todas ellas?... - insistió con su duda, señalando con la mirada aquel armario.

- Sí, ya no las necesito más... Después de todo, Elisa regresó... - aseguró, mientras miraba a la pequeña a los ojos y esbozaba una sonrisa escalofriante.

MarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora