Capítulo 6

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💐MARION💐

Capítulo 6

En aquel Orfanato donde Marion creció, los niños rara vez eran adoptados, la mayoría terminaba abandonando la institución, por sus propios medios, al cumplir quince años. Los gobernantes apenas y les enviaban el dinero justo para los alimentos y mínimo salario de las cuidadoras, pero aún así no podían negarse a recibir a los niños que dejaban en su puerta, por lo que, para intentar sobrellevar la pesada situación, la directora decidió pedir la colaboración del Templo.

El Templo congregaba a todas las personas que quisieran profesar la religión, sin distinción de clases sociales y, a su vez, era un gran nexo entre quienes necesitaban ayuda y aquellos que estaban dispuestos a darla, Annet Firent era una de esas personas.

Luego de quedar viuda, y con sus hijas ya siendo adultas responsables, Annet se dedicó a viajar por todo el Reino, tratando de hallar una nueva meta en su vida, y la encontró haciendo caridad a través del Templo, fue así como llegó hasta el viejo Orfanato.

Debido a sus malas experiencias con los cuidadores anteriores, a excepción de Yasmina, algunos pequeños eran esquivos al contacto con los adultos, Marion era una de ellos, por ende, cada vez que Annet iba de visita al Orfanato, la niña se mantenía alejada de ella.

Oculta en los pasillos, observaba desde la distancia a la elegante mujer de cabello canoso, mientras esta cruzaba algunas palabras con la directora y ofrecía dulces a los niños.
A simple vista, Annet parecía generosa y agradable, aún así, Marion prefería mantener distancia, hasta que un día, al despertar, la pequeña descubrió a aquella mujer plantando un árbol en el jardín con sus propias manos.

Curiosa, la niña la observó desde la galería y, una vez que Annet terminó, dejó pasar un buen tiempo para luego acercarse al delgado árbol. Al aproximarse, Marion pudo sentir el agradable aroma que desprendían esas verdes hojas, e incluso apreció diminutas flores blancas entre ellas, por lo que no pudo evitar acercarse a un más para disfrutar de la fragancia.

En eso, una voz la sorprendió:

- Huele bien ¿verdad? - dijo Annet, quien apareció detrás de ella.

La pequeña asintió moviendo su cabeza y la mujer continuó:

- Es un árbol de naranjas, aún es joven, pero si lo cuidan bien, el próximo año estará dando sus primeros frutos y más aún. Crecerá tanto que cada temporada disfrutarán de una gran cosecha.

- Oh... - se emocionó ella al imaginarlo.

- Ahora debo viajar de regreso al sur, pero cuando vuelva, me aseguraré de traer un árbol de manzanas conmigo y así también plantarlo en este lugar. ¿Te agrada la idea?

Marion asintió con timidez y dejó ver una pequeña sonrisa.

- Bien, es una promesa, mi próximo regalo para ustedes será un árbol de manzanas, hasta entonces cuida muy bien de este ¿si?

- S-Sí, lo cuidaré mucho - aseguró con entusiasmo.

Aquello robó una sonrisa de Annet.

- Que linda - comentó, risueña - Nos vemos, pequeña, hasta pronto - terminó y se retiró lentamente.

Marion quedó un momento allí, admirando el paso de la distinguida mujer. Pronto Yasmina se acercó:

- La señora Annet es muy amable y generosa, parece el tipo de persona que siempre estará dispuesta a ayudarte si lo necesitas...

"Alguien dispuesta a ayudarte" aquella frase resonaba ahora en la cabeza de la niña, quien volvía a tener frente a ella a Annet en esa particular situación. Casi dos años habían pasado de ese encuentro y, aunque Marion sólo se dejó ver por ella una vez, la mujer parecía reconocer su pequeño rostro.

MarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora