Vegas regresa y va directamente a casa de Pete.
Pete abre la puerta y ambos se ven.
—Estas bien?— Vegas toca la frente de Pete.
Pete lo aparta y le da una cachetada.
—No se que haces aquí, pero largate— Pete le gruñe.
Vegas se toca la mejilla mientras lo mira.
—Esta bien— Vegas responde y se va.
Pete cierra la puerta de su casa.
Definitivamente no va a quedarse con los brazos cruzados no sabe que pasó, pero sin duda sabe que es acausa de Arm.
Así que sube a su auto y va a casa de Khun.
.....
Khun mueve su cuchara en su taza de te.
—Asi que te lo dijo— Vegas habla mientras juega con la taza entre sus manos.
—Si, el pobre de sentía fatal, tu no debiste hacer algo como eso— Khun responde serio.
—No hice nada que el no quisiera, Khun Pete es un adulto debe tomar sus propias descisiones, acaso te dijo que yo lo amenace o lo obligue?— Vegas se defiende.
—No, se que no hiciste nada de eso— responde Khun.
—Entonces no veo porque buscar a un culpable, si estuvo mal lo que los dos hicimos, lo acepto pero aquí el que perdió fue Arm— Vegas mira a Khun.
—No lo entiendes Vegas?, Pete ya eligió quedarse con Arm, por culpa o lo que quieras ellos dos seguirán juntos, será mejor que ya no interfieras— Khun mira a Vegas.
—Si el no me lo dice en la cara, yo seguiré pensando que tengo oportunidad con él— Vegas se levanta de su lugar.
—Lo violo— Khun hace que Vegas se detenga.
—Lo golpeó y lo violo, a menos que quieras que lo mate te sugiero que lo dejes en paz, yo voy a ayudar a que deje a Arm, tu mantente alejado de todo esto— Khun es totalmente claro no quiere que nadie más se involucre.
—Que ese bastardo hizo que?— Vegas siente el corazón acelerado y la rabia hervir en sus venas.
—Vegas, hablo enserio no te estoy diciendo esto para que actúes estúpidamente, te lo estoy diciendo para evitar más tragedias, Pete no se merece esto— Khun insiste.
—Yo no voy a dejar que ese bastardo le haga lo mismo otra vez— Vegas se va de la casa de Khun.
......
Arm sujeta con fuerza el cabello de Pete mientras se hunde dentro de el.
—Duele— Pete se queja con dificultad, Arm no le está dando tregua.
—No creo que te duela aquí estás muy mojado— Arm le da otra embestida.
—Arm, ya te dije que puedes hacer lo que quieras, pero no me hagas daño— Pete trata de calmar a Arm.
—No Pete no tienes derecho a poner las reglas, es mi casa y tú mi esposo, así que callate— Arm lo hunde con fuerza en el colchón mientras le da un par de embestidas más.
Cuando ve el semen salir de la entrada se excita aún más.
Pete trata de contener las ganas de llorar pero es inútil se siente débil y avergonzado.
