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—Así que esto es Corea del Sur… — Dije paseando mi vista por el gran y por lo visto, lujoso aeropuerto. —No te despegues tanto si no quieres estar perdida en Seúl— Indicó mi serio escolta.

—Relajate un poco Heechul, no es como que hoy día no pueda usar el mapa de mi celular o traductor— Me puse a la par de él. — ¿Tienes todo tú? — Pregunté, ya que de no ser así, estábamos en un grave problema. Asintió, quitándome unos cuantos kilos de encima.

— ¿Ese hospital queda muy lejos? — Pregunté con total curiosidad. —Está en todo el centro de la ciudad— Respondió, sacando algo y viéndolo, estando en Corea e imposibilitandome leerlo. —Aunque donde vivirás si que queda lejos— Aclaró.

—Además de que vivirás con dos chicas más— Aquello hizo que me detuviera. — ¿En serio? — Cuestioné, una vez se paró a verme. —No es decisión mía, aunque tampoco hubiera tenido poder ni decisión allí— Explicó.

—Ya era muy caro traerte y mantenerte aquí por unos cuantos meses, al menos lo único que pude decidir es que es una residencia con dos japonesas— Me alegró el día.

—Estarás más agradecida de estar con dos japonesas que dos japoneses— Insinuó, acertando.

Más pronto que tarde salimos del aeropuerto, entrando en los estacionamientos, subiendo a su auto.

Un par de horas entre unos cuantos embotellamientos y camino en si, estábamos delante de sus supondría mi futura vivienda por los próximos meses.

—Es algo lejos, pero no es feo— Dije al ver la fachada, cargando un par de bolsos medianamente ligeros, siendo Heechul el que cargaría los más pesados.

Luego de subir un piso y confundirme de llaves, dejamos todo en el piso cerca del pasillo.

— ¿Y las otras? — Cuestioné, al ver que con tanto ruido todo seguía igual. —Trabajando— Dijo una vez recto, viendo cuál era mi habitación.

—Deberías revisar los cuartos por si acaso tú— Dijo viéndome. —No somos tan distintos— Respondí con una ceja alzada, en vista de que me quería tratar diferente.

Aunque se igual manera abrí yo las puertas, viendo un cuarto completamente desordenado, y el otro ordenado, para finalizar con el último del pasillo completamente vacío.

Dejamos mis cosas allí, saliendo nuevamente, con lo último del presupuesto que quedaba comprando un par de cosas para acomodar mis objetos y ropa, volviendo, subiendo todo como podíamos, empezando a traducirme él las instrucciones y yo armando todo.

Una vez finalizado solo el montaje, nos dimos cuenta de la falta de claridad, encendiendo la luz, viendo que era la supuesta hora de llegada de ambas.

— ¿Cómo está tu japonés? — Cuestionó, sentandonos en el sofá del salón principal. —Siete de diez— Estimé. — ¿El tuyo no era muy básico? — Pregunté a él. —Cuatro y medio de diez— Me siguió el juego. —Estoy aprendiendo últimamente— Añadió, sonando los característicos pitidos de las teclas de la cerradura, abriendo nosotros con llave por falta de saber aquél código.

—Te dije que no se dónde lo dejé— Una le dijo a la otra, siendo la primera en entrar y no dándose cuenta de nuestra presencia allí.

Luego de ver cómo la otra se quedó estática en la puerta, miró hacia nosotros. —Oh, eres la nueva— Dijo recién vernos. — ¡Hola! — Se acercó rápidamente a mi. —Me llamo Minatozaki Sana— Se presentó en coreano, siendo lo único que entendía de aquel idioma.

—Se hablar japonés, no coreano— Indiqué, volteando un poco su cabeza haber procesado de primeras aquello.

—Yo soy Myoui Mina— Se presentó la otra en japonés, dando unos pasos discretamente sin darnos cuenta por la más animada de las dos.

—Me llamo TA TN— Me presenté yo. Heechul empezó a hablarles en coreano, dejándome en el aire sobre aquello, solo podía verles hablar, mirando quién tenía el turno y hacía quién iba la respuesta.

—Les dije un poco de tu situación, aunque tú les explicarás mucho mejor todo, solo les dije sobre el pago y algunas cosas del dinero— Indicó, dejándome claro cuánto sabían.

— ¿Vendrás a qué hora mañana? — Pregunté con desconocimiento. —Ocho de la mañana— Se levantó, despidiéndose y cerrando la puerta detrás de él.

Ambas japonesas empezaron a ponerse más cómodas, yendo a sus habitaciones a cambiarse por algo más ligero.

Yendo yo a la mía a acomodar mi ropa.

Quimera - Mina & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora