♡╎The corpse of the groom [Frerard]

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Santo cielo!, ¿qué haremos?– Dijo la señora Nestor más que enojada.

–¡Mi mosquete!– Exclamó el mayor de los Park a uno de sus empleados.

–¡Haz algo!– Habló con desesperación la madre del novio fugitivo dirigiéndose a su esposo.

–Tal vez fue solo una de esas noticias de la prensa escandalosa, ya sabe cómo les gusta distorsionar la información.

–Sea como sea, nos quedamos sin un novio para la boda de mañana, y no quiero pensar en las repercusiones económicas– Dijo susurrando esto último.

–¡Esta es una terrible ofensa para nosotros!

–Permítanos buscarlo, por favor, solo hasta el amanecer– Suplicó Linda recibiendo un "bien, hasta entonces"

Jamia miraba pensativa, ¿Frank le había mentido al decir que si deseaba casarse con ella?, por supuesto que le mintió, después de todo huyó con otro hombre, aunque aún mantenía la esperanza de que aquello fuera un malentendido.

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–Frank cariño, ¿dónde estás?– El chico buscó con la mirada sin tener éxito, su esposo había escapado luego de terminar la canción y ahora no podía encontrarlo.

–A mí me parece que tu novio se ocultó porque está nervioso– Dijo Mikey dentro de su ojo.

–No es mi novio es mi esposo, Frank, ¿dónde estás?

–Le echaré un ojito por ti– Volvió a hablar el gusano asomándose por su ojo– ¡Ahí está!, se nos escapa, rápido síguelo, síguelo– El chico de cabellos azules acomodó su ojo para luego salir por su esposo, ¿dónde había ido?, unas manos le indicaron el camino haciéndolo sonreír– Gracias.

Frank, por otro lado, corría como si su vida dependiera de ello, "Frank, ¿dónde estás?", escuchó a lo lejos, debía esconderse y lo hizo dentro de un ataúd.

–Frank, ¿dónde te metiste?– El novio fantasmal pasó por su lado sin notarlo, hubiera seguido así si una araña entrometida no hubiera bajado asustándole.

–¿De quién te escondes?– Habló la araña Kristin interesada en el asunto, Frank lleno de terror empujó al arácnido para después volver a escapar– Pero que grosero, ¡se fue por allá!– Comunicó al chico que le buscaba.

Frank siguió en su huida escuchando a la lejanía aquella voz que le llamaba, debía alguien ayudarlo.

–Por favor, hay un error, ¡no estoy muerto!– Le dijo a un señor, aunque volvió a correr asustado cuando la cabeza del hombre cayó, así continuó su huida.

–Estoy muerto– Susurró agitado al llegar a una enorme pared de piedra, debía escalar y así lo hizo, cuando estaba llegando a la parte más alta una mano le tomó el brazo levantándolo hasta dejarlo nuevamente en piso firme.

–Debiste usar la escalera, tonto– Frank suspiró cansado.

–¿No tiene una vista hermosa?, me mata tanta belleza– Habló el chico de traje blanco– Bueno, solo fue un decir– Soltó una risa por sus cómicas palabras para luego sentarse en un escaño de madera dejando un espacio para el muchacho vivo.

–Escucha, yo lamento mucho lo que te pasó y quisiera ayudarte, pero tengo que volver a mi casa– Dijo Frank sentándose a un costado.

–Ahora esta es tu casa.

–Pero ni siquiera sé tu nombre– El chico le miró sorprendido, ¿no se había presentado?

–Vaya valiente forma de empezar un matrimonio– Dijo el gusano dentro de su ojo.

–Shh, tú no te metas– Le contestó para después mirar a Frank– Soy Gerard.

El de cabellos oscuros asintió, Gerard, que bello nombre.

–¡Oh!, casi lo olvido, tengo algo para ti– Habló el de piel azulina entregándole una caja decorada con un lindo listón– Es un obsequio de bodas– Le susurró.

Frank agitó la caja, ¿qué podrá ser?, al abrirla se encontró con ¿huesos?

–Gracias– Dijo extrañado, sin embargo, la caja comenzó a moverse saliendo de esta un perro.

Esperen, lo conocía.

–¡Scraps!– Exclamó sorprendido, era su mascota, había pasado toda su infancia junto a él– Mi perro Scraps.

El canino comenzó a ladrar y mover su colita haciendo reír a Gerard.

–Sabía que te alegraría verlo– Frank le sonrió ampliamente al contrario, ¿alegrarlo?, más que eso.

–¿Quién es mi lindo perrito?, siéntate Scraps, siéntate– Dijo y Scraps se sentó con obediencia– Bien hecho, ahora da vueltas– y así lo hizo– ¡Muy bien Scraps!, hazte el muerto– Su mascota le miró confundido– Lo siento.

Gerard soltó una risa cuando la mascota subió hasta donde se encontraban ellos y comenzó a lamerle el rostro.

–Owww, ¡qué hermosura!

–Y eso que no lo viste con pelo– Gerard rio aún más ante los dichos ajenos– Mi madre no aceptaba que se le subiera, pero bueno, ella nunca acepta nada– Dijo mientras seguía acariciando al perrito.

–¿Crees que ella me aceptaría?– Preguntó Gerard esperanzado.

–Tienes suerte de no conocerla– Frank pensó, que Gerard conociera a su madre, podría beneficiarlo, le regresaría al mundo de los vivos, donde pertenecía– Y ahora que lo mencionas, tienes que conocerla, de hecho, ya que estamos uhm, casados es necesario que la conozcas, también a mi padre, ¡vayamos ahora mismo!

Ver la amplia sonrisa de Gerard ante la idea le hizo arrepentirse un poco, sin embargo, necesitaba regresar y contraer matrimonio con Jamia, era lo correcto.