♡╎The corpse of the groom [Frerard]

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Todos habían escapado entre el alboroto, todos menos Jamia quien se encontraba estupefacta entre el asombro y el miedo, junto a su esposo Robert, el cual aún con temor salía de su escondite.

–Bien, se acabó. Tomaremos todo el dinero y nos iremos.

–¿Dinero?– Preguntó Jamia desconcertada– ¿Qué dinero?

–El dinero que te pertenece, al que tengo derecho– Contestó el lord con cólera en sus palabras. 

–Mis padres no tienen dinero, mi matrimonio con usted es lo que los salvará de la ruina– Desvió la mirada, no deseaba ver el rostro ajeno colorado de enfado.

–¿Qué?, ¿en la ruina?– Levantó bruscamente a Jamia de los hombros, asustándole– ¡No es cierto!, es mentira, ¡dime que no es cierto!

–¿Las cosas no salieron de acuerdo a su plan lord McCracken?– Sonrió la muchacha mirando al hombre para luego empujarlo– Pues bien, tal vez nuestra decepción es lo único que tenemos en común– Finalizó la conversación para luego marcharse del salón, dejando a un disgustado lord Robert McCracken. Al salir, Jamia se sorprendió, vivos caminaban con muertos, todos hacia la misma dirección, la iglesia.

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–¡Largo de aquí, demonios del infierno!– Exclamó el viejo sacerdote impidiendo la entrada a la capilla mientras los huesos se acercaban– ¡Vuelvan al abismo de donde vinieron, no permitiré que entren aquí, ¡largo, largo!– Las personas del otro lado se miraron extrañadas

–No grite, es una iglesia– Y así comenzaron a entrar, dejando al religioso pasmado.

Todos tomaron asiento, el anciano Bob ya se encontraba en su lugar, al igual que el nervioso Frank.

La música comenzó y con ello la entrada del novio. 

Gee caminaba con delicadeza, cautivando a todos los presentes, haciendo latir el corazón de Frank. La sonrisa del chico azulado era amplia, mostraba lo dichoso que se sentía al casarse, finalmente, con su alma gemela.

Su prometido le dio la mano al avanzar hacia el altar, cuando finalmente estuvieron juntos se regalaron una cálida risita. Era el gran día, al fin su vida se unía con la de Frank para siempre.

–Queridos mortales y difuntos, estamos reunidos hoy para reunir a este hombre y este cadáver en matrimonio– Dijo el viejo Bob mirando a los novios, nadie notó la llegada de Jamia, quien emitió un sonido de sorpresa cuando observó a su Frank en el altar con aquel chico de aspecto fantasmal.

–¿Frank?– Preguntó en un tono algo fuerte, siendo callada por un esqueleto.

–Ahora los votos, el mortal primero– Continuó Bob ajeno a todo lo demás, al igual que los novios, Jamia entró rápidamente escondiéndose. Si no podía estar al lado de Frank, al menos le gustaría presenciar su día especial, el día de su boda, aunque ella no fuera la novia.

Frank, por su parte, se acomodó frente al novio y contemplando sus verdes luceros comenzó a recitar los votos.

–Con esta mano, yo sostendré tus anhelos, Tu copa nunca estará vacía porque yo seré tu vino– Procedió a tomar aquella copa, la que en minutos contendría veneno, una poción tan letal que haría detener su corazón. Esta noche Frank moriría por amor.

–Ahora tú– Gee se preparó para enunciar sus tan esperados votos, y mirando los ojos ajenos comenzó.

–Con esta mano yo sostendré tus anhelos– Mientras pronunciaba aquellas palabras se dispuso a tomar la botella y sacar el corcho– Tu copa nunca estará vacía porque yo seré...– Y mientras servía la sustancia, su vista vagó hacia los invitados, percatándose de la presencia ajena, Jamia Nestor.

Ambos se miraron, Gerard dejó todo lo que estaba haciendo, pues su sorpresa era mayor, allí estaba la mujer que su prometido amaba. Rápidamente retomó sus votos.

–Yo seré...– No podía continuar, Frank lo notó.

–¿Sí?– Susurró su prometido a la par del anciano Bob, quien le incitaba a continuar.

–Tu copa nunca estará vacía, porque yo seré...– Su mirada se dirigía hacia la ex prometida de su novio, para después volver a su novio.

–Yo seré tu vino– Completó Frank para luego llevar la copa a sus labios, estaba tan cerca, el chico vivo al fin sería suyo, Gerard tendría sus días y sus noches, sus abrazos, sus caricias, sus besos. Pero, después de todo, Jamia siempre tendría su corazón.

Ese pensamiento le llevó a arrebatar la copa ajena, dejando a Frank confundido.

–Ya lo está dudando– Le susurró Vic a su novio Kellin.

Jamia y Gerard volvieron a compartir miradas.

–No puedo.

–¿Qué sucede?– Preguntó Frank intentando observar que le había hecho cambiar de opinión, Gee tomó su mejilla mirándole detenidamente, intentando recordar el rostro de su amado vivo toda la eternidad.

–No es correcto, estuve comprometido, pero me robaron mi sueño y ahora, se los estoy robando a alguien más– Lágrimas descendieron por las mejillas de Gee sin que nadie las detuviera– Te amo Frank, pero, no eres mío.

Gerard soltó la mejilla ajena y miró a la chica, quien se ocultaba a un par de metros, Frank finalmente pudo observar, para su sorpresa era Jamia, viéndose hermosa vestida de blanco.

–¡Jamia!– La recién nombrada se acercó sorprendiendo a todos los presentes.

El novio azulado por su parte tomó la mano de Jamia y la juntó con la de su amado.

Un hermoso momento oscurecido por la llegada de un tercero.