♡╎The corpse of the groom [Frerard]

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Fuertes truenos hacían retumbar la mansión de los Nestor mientras Jamia intentaba ser escuchada.

-Es cierto, madre, Frank está casado con un hombre muerto, ¡yo lo vi es un cadáver!, estuvo justo aquí con mi prometido.

-¿Él estuvo en tu habitación?- Preguntó furiosa su madre.

-Tenía que ayudarlo madre- Apeló Jamia.

-¡Qué escándalo!

-Ven a sentarte cariño- La mujer que trabajaba para su familia tomó sus manos temblorosas y la ayudó a tomar asiento, aún no podía creer lo que sus ojos habían visto, Frank y un hombre, no cualquier varón, un chico muerto- te traeré una manta.

-Tráele una camisa de fuerza, ¡se ha vuelto loca!- Exclamó su madre cerrando la puerta con llave, impidiendo que lograra salir o alguien pudiera entrar. Jamia por su parte, sentía tanto miedo, tantas ganas de salvar a Frank.

Con algo de dificultad abrió su gigantesco ventanal, la tempestad no parecía cesar, sin embargo, nada la detendría. Fue así como realizó un nudo utilizando su costosa manta y comenzó a descender suavemente por el balcón, ignorando su pánico a las alturas, además la angustiante adrenalina de ser descubierta por sus estrictos padres. A penas sus pies tocaron el suelo, se echó a correr hasta la parroquia más cercana, donde habitaba el único sacerdote del pueblo.

-Señorita Nestor, ¿qué está haciendo aquí?, debería estar en casa como alma en pena por su fallido compromiso- Una vela era lo único que iluminaba el anciano rostro del religioso.

-¡Debo preguntarle algo!- Habló agitada, después de todo tener una carrera bajo un aguacero es agotador.

-No es un buen momento.

-Por favor, se lo suplico, usted es el único en la ciudad que sabe lo que hay más allá de la muerte.

-Un escandaloso tema para una futura novia-Dijo el sacerdote dentro de la iglesia, Jamia en su desespero le había empujado hasta entrar.

-Es un novio a quien temo, por eso debo saberlo, ¿los vivos se casan con los muertos?

-¡Pero qué tonterías está usted hablando!- Definitivamente ser dejada en el altar había dañado el pensamiento racional de la muchacha, no cabía duda.

-Hablo de Frank, se casó con un cadáver, ¡su novio es un cadáver!, debe haber una forma de deshacer lo que ha hecho- Miró esperanzada al mayor, encontrándose con la juzgona mirada ajena.

-Me parece que sé lo que hay que hacer, venga conmigo...

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En un abrir y cerrar de ojos fue trasladada hasta su hogar entre tirones, intentó zafarse pero el sacerdote era más fuerte.

-¡Jamia!- Gritó su madre- ¿Qué haces afuera?

-Está hablando incongruencias, sobre uniones profanas, temo que ha perdido la razón.

-¡No es verdad!, suélteme, aléjese- La chica corrió hasta los brazos de su progenitora, quien la hizo a un lado para cerrar la puerta, despidiéndose del religioso.

-¡Llévenla a su habitación!- Exclamó la mayor de los Nestor, Jamia protestó mientras era arrastrada escaleras arriba, sin embargo, fue en vano- Aseguren las puertas y cubran las ventanas, que no tenga oportunidad de escapar otra vez.

-¿Acaso esta mortificación nunca terminará?, pasarán años para volver a presentarnos en la sociedad, ¿qué haremos?

-Seguiremos con el plan, con o sin Francis.

-¡Frank!- Fue corregido el padre Nestor.

-Como se llame.

-Que ese muchacho haya rechazado a una jovencita como Jamia, es algo inconcebible- Una masculina voz se hizo presente sobresaltando a los Nestor- Porque si yo tuviera una mujer como su hija a mi lado, la colmaría con las riquezas que merece una reina- Se trataba de aquel extraño y desconocido duque que se había presentado como invitado hace algunas noches atrás.

-Su esposa, es una mujer muy afortunada- Contestó la señora Nestor.

-No, señora, no estoy casado, estuve comprometido hace años pero...- Hizo una pausa para respirar, el dolor de su pérdida aún podía verse en su mirada, o eso pensaban los Nestor- La tragedia me quitó a mi prometida, y cuando se está solo la riqueza no interesa- La cómplice mirada de los mayores se hizo presente.

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-Tenemos fantásticas noticias, habrá boda mañana- El progenitor de Jamia entró a su habitación acompañado de su esposa, tomando por sorpresa a la chica quien, minutos antes, había golpeado la puerta sin césar con el objetivo de escapar y ayudar a su ser amado.

-¿Lo encontraron?- Preguntó esperanzada, permitiéndose soñar.

-Date prisa querida, los invitados llegarán en cualquier momento y debes estar presentable para lord McCracken.

-¿Lord McCracken?- Preguntó la muchacha perpleja, ¿cómo podría casarse con un lord cualquiera si su corazón le pertenecía a Frank?, era tan injusto.

-¡Él será buen marido!- Vociferó su madre de manera fría, sin considerar los sentimientos que abrumaban a su hija, aunque nunca la importaban.

-Sí, tuvimos una propuesta muy atractiva.

-Y esta vez de un mejor prospecto.

-Pero yo no lo amo, ¡no pueden obligarme a hacerlo!- Exclamó Jamia desesperada, intentar querer a otro hombre es inútil, pues su mente, cuerpo y alma le pertenecían a Frank Iero.

-Claro que sí- Contestó su padre.

-Por favor, se lo suplico, debe haber otra solución.

-Si no te casas con lord McCracken, nos quedaremos en la calle y sin un centavo, no hay otra opción- La voz ruda del hombre le hizo temblar, odiaba ser tan frágil ante su familia.

-Pero... Frank.

-¡Frank Iero se fue, hija!- Habló imponente su madre.

-Te casarás con lord McCracken mañana, de acuerdo al plan- Ambos salieron dejando a la chica con el corazón destrozado, finalmente había encontrado a alguien que era la mitad de su alma, alguien que le completaba, sin embargo, ahora debía renunciar a ello. Estaba segura de que nadie entendería su sentir, aunque un chico de rostro fino y piel azulada ya lo había experimentado más una vez.