El Rescate

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JUNGKOOK

Ay.

Tosí sobre una nube de polvo al estrellarme de cara contra el suelo.

El pollo oscurecía mi visión y el zumbido de mis oídos por el golpe ahogaba todo sonido.

Pero me levanté de un salto en un frenesí.

No podía quedarme tan indefenso.

Seguro que había un enjambre de enemigos a mi alrededor.

Lo último que recuerdo es a Anthony abalanzándose sobre mí. Un ataque sorpresa que me hizo caer al suelo.

Pero evalué mi entorno, me sorprendió que estuviera en compañía de amigos, no de enemigos. Theodore e Isabelle me miraban.

Y a mi lado, aún luchando por levantarse del suelo, estaba mi amor: Mariana.

Me arrodillé junto a ella y la apreté fuertemente contra mí.

No sabía dónde estábamos ni cómo habíamos llegado hasta aquí, pero no importaba.

Estaba en una ola de alivio.

Tomando su cara entre mis manos, la besé apasionadamente.

—Gracias a Dios —le dije—. No sabía si estabas viva.

—Yo tampoco sabía si lo estabas —dijo, devolviéndome el beso.

Pero la verdad es que ambos habríamos sabido muy bien si el otro hubiera muerto.

El dolor sería instantáneo y agonizante.

Ayude a Mari a ponerse de pie y me incliné hacia Theodore e Isabelle.

Ahora, con los pies en el suelo, quería respuestas.

¿Cómo diablos me desmayé en el combate con Anthony y me desperté en medio del bosque con mi compañera?

—Mari —dije, conectando los ojos con ella—. ¿Qué ha pasado?

Ella no dijo nada.

En su lugar, se metió la mano en el bolsillo y sacó una piedra brillante.

Era cegadora a la vista.

Pero incluso mientras desviaba la mirada, sabía exactamente lo que era.

Nunca la había visto, pero había oído hablar de ella una y otra vez en mi infancia.

"Cómete el brócoli —solía decir mi padre—, o la Diosa de la Luna te golpeará con su piedra".

"Creces demasiado rápido —me decía mi madre—, ojala tuviera la piedra lunar. Volvería atrás en el tiempo a cuando era un bebé para poder cargarte de nuevo".

Toda mi vida no había estado seguro de si la piedra lunar era real o sólo una leyenda transmitida de generación en generación.

Pero al mirar el objeto que Mari sostenía en su mano, parecía ser la piedra lunar como siempre la había oído describir: el objeto más precioso de toda la existencia.

Mordida Por El Alfa (Jeon Jungkook) (T3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora