Ascensión

28 5 0
                                    

MARIANA

-¿Qué le ha pasado? -pregunté mientras peinaba con mis dedos su pelaje anudado-. Está... Está...

No podía soportar decir la palabra.

Harper negó con la cabeza.

-Está vivo. Sólo sometido. Tuve que golpearlo para traerlo aquí.

-¿Golpearlo? -pregunté.

-Sí. Estuve rastreando, en vano. No sabia que el también me había estado rastreando. Saltó de la nada. Trató de matarme. Se ha vuelto completamente salvaje.

-Salvaje... -dije sin aliento.

-Hice lo que pude para capturarlo sin herirlo. No fue fácil. Se resistió bastante.

Me quedé mirando la cara lupina de Kook.

Estaba contorsionado por el dolor y la ira.

No era una expresión que hubiera visto grabada en su rostro.

-¿Qué podemos hacer por él? Seguro que hay algún tipo de hechizo... Algún tipo de magia que pueda conjurar para que esté bien.

Los gemelos negaron con la cabeza.

-Si esas habilidades existen, están más allá de nuestro conocimiento -dijo Theodore.

-Lo mejor que puedes hacer por él, es derrotar a Matheius y restaurar Matedom -dijo Isabelle-. Cuanto antes restablezca nuestro orden natural, antes podremos empezar a curarnos todos.

Miré una vez más a mi compañero.

Cayeron lágrimas decididas.

Yo no perdería a Kook.

Pase lo que pase, no dejaré que sufra ese destino.

Sentí un tirón en mi corazón que me decía que llevara a Kook conmigo a Astria, para ascender con su forma inconsciente.

¿Pero para qué?

¿De qué me serviría en este estado?

Necesitaba un consejo. Si no podía obtenerlo de Selena, entonces sabia con quién tenía que hablar.

-Denme un momento -dije al grupo antes de salir por la puerta de la Casa de la Manada.

Tomé asiento en un tronco hueco y cerré los ojos.

Por un breve momento, fui capaz de abandonar todos los miedos que atormentaban mi realidad y centrarme en un único pensamiento.

Empecé a recitar un antiguo encantamiento que me había enseñado Jodie.

Una suave ráfaga de viento me revolvió el pelo mientras repetía la frase en voz baja.

Cuando abrí los ojos, vi a mi padre sentado a mi lado en el tronco.

Había convocado su espíritus.

-Te estás volviendo muy buena en esto, Mari -se rió.

-Papá -dije-, ¿qué voy a hacer?

Me miró con un rastro de confusión.

-¡Sobre Matheius! Sobre Kook. Sobre todo. ¡Una vez que ascienda a Astria, es muy probable que no vuelva a bajar! ¿Qué pasará si les fallo a todos?

Mi padre se sentó en silencio un minero y después habló.

-No hay posibilidades de que falles, Mari. Eres mucho más fuerte de lo que Matheius será jamás.

Mordida Por El Alfa (Jeon Jungkook) (T3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora