Capitulo 7.

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—Buenas noches, precioso pastelito de miel.

Yoongi depositó un pequeño besito en la frente ajena y se dirigió al baño, allí retiró su ropa interior y comenzó a masajear suavemente su polla, dolía demasiado al haberla tenido dura y sin atención por tanto tiempo, sentía que estaba a punto de estallarse.

Se asomó un poco para ver el lindo rostro de Jimin a lo lejos, tocándose y gruñendo por lo bien que se sentiría tomar al omega.

Bastaron un par de minutos para que Min se corriera sobre su mano, avergonzado fue a lavarse y ni siquiera fue capaz de verse en el espejo, estaba tímido ya que él no solía ser así de sexual, únicamente se tocaba cuando su celo ya era insoportable.

Volvió a la cama poco después, aprovechando que estaba acomodándose al lado del omega, quien dormía profundamente, para robar un par de besitos de sus labios y plantar otro par en su carita preciosa. No podía creer que hace unos minutos ese lindo omega estaba pidiéndole tomarlo con fuerza, rogando por un poco de atención en sus partes íntimas. Pensó en lo preciosa que era la carita roja de Jimin, esos ojitos llenos de lágrimas a costa del placer y como su ponían sus labios de rojitos por estarlos mordiendo para evitar gemir muy fuerte. Yoongi tuvo que dejar de pensar en eso sí no quería volver a ir al baño a tocarse.

Al final se acomodó mejor al lado de Jimin y se dedicó a dejar suaves besitos en su carita preciosa, buscando no despertarlo. Se abrazó con dulzura al cuerpecito de Jimin y cerró sus ojos dispuesto a dormir tan bien como venía haciéndolo desde que el omega estaba a su lado.

A la mañana siguiente Jimin despierta antes que Yoongi, igual que todas las mañanas, sin embargo, está era distinta. Jimin se levantó en dirección al baño, pero sentía que el aire chocaba con cada parte de su cuerpo, al bajar su mirada se encontró desnudo y con algo de su propio lubricante ya seco en su entrada. El omega se avergonzó en demasía y, cuando tuvo el impulso de correr hacia el baño, cayó al suelo. Giró rápidamente su cabecita para ver qué el alfa no hubiera despertado y, en efecto, no lo hizo. Volvió a levantarse y ahora se dirigió con algo más de calma hacia el baño, pero con necesidad de llegar.

Se miró al espejo e inevitablemente un par de lágrimas cayeron desde sus ojitos, estaba muerto de la vergüenza. Recién comenzaba a trabajar como el protector del príncipe Min y ya andaba cagándola.

Se dirigió a la ducha y se bañó mientras sus lágrimas se confundían con la tibia agua que recorría todo su suave cuerpecito. Se aseó rápidamente y salió con una gran toalla envolviendo todo su cuerpito. Tomó la su ropita de pijama y salió de la habitación de Min, no sin antes observarlo por última vez.

Jimin se encerró en su cuarto al momento de llegar, dirigiéndose a la cama donde se tumbó y comenzó a llorar. Su cuerpito temblaba y se contraía por la inmensa tristeza que habitaba su alma en esos momentos.

Pasó uno de sus celos solo y no le gustó la experiencia, así que es por eso que le había pedido a Tae que le enviara esos supresores especiales para inhibirlo por completo, todo iba de maravilla hasta que su cuerpo decidió rechazar el medicamento, pero no entendía por qué.

A los pocos segundos Jimin sintió unas patitas suavecitas que tocaban una de sus piernas, llamando su atención.

—Mi gordito lindo...

Susurró el omega mientras agarraba al gatito en brazos, acurrucándolo contra su pecho mientras el animalito ronroneaba y buscaba consolar a su dueño.

Yoongi, por otro lado, despertó una hora luego de que Jimin se fuera a su habitación, sintiéndose intranquilo al no verlo cerca, su olor se había desaparecido a pesar de que hace tan solo unas horas era lo que predominaba en la habitación.

Royal Omega [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora