Capítulo 10.

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Yoongi tenía mucho más en mente y la noche aún era joven.

Jimin no sabía lo que le esperaba, pensaba que él tendría el control al ver al alfa tan contenido, pero estaba muy equivocado.

Yoongi se abalanzó con fuerza hacia Jimin, quedando arriba de él y devorando sus labios con una inmensa necesidad, iniciando una danza erótica entre ambos pares de labios.

Jimin, si bien se sorprendió por las actitudes tan dominantes, no se retiró y, al contrario, se dedicó a disfrutar lo rudo que era el alfa, gimiendo y jadeando sobre los labios ajenos.

—Mira cómo me tienes... Carajo.

Susurró Yoongi con una voz muy gruesa sobre una de las orejitas del omega, aprovechando la cercanía entre ambos para tomar una de sus manitos y dirigirla hacia su miembro nuevamente erecto. Jimin gimió de solo pensar lo rico que sería tenerlo dentro, a pesar de que ya lo había tenido en su boquita no había sido suficiente.

—Qué mal, príncipe, debería ayudarlo, ¿no cree?

El omega masturbó el grueso falo mientras mantenía sus ojitos posados sobre los ajenos, sonriendo encantado al ver una expresión de puro placer en esa dulce carita del alfa.

—Eres el colmo... Maldita sea.

Los músculos del mayor estaban tensos por la fuerza que estaba haciendo para contenerse, quería cogérselo ahí mismo pero su lobito era quien le mantenía aún cuerdo.

—¿Por qué, príncipe Min?

Cuestionó Jimin con una fingida inocencia, observándolo con unos ojitos grandes y brillantes por la lujuria que le generaba aquel momento.

Yoongi estaba a punto de perder la cabeza, no podía creer lo jodidamente erótico que era ese dulce pastelito que tenía bajo su cuerpo. Pero aún le quedaba un poco de cordura para acariciar con dulzura el bello y sonrojado rostro del omega, inclinándose para besarlo con ternura.

Jimin correspondió encantado al besito, disfrutando de la danza de ambos pares de belfos un par de segundos. El tierno omega aprovechó la posición para abrazar el cuello ajeno con sus bracitos, dejando ambos rostros muy cerca.

—Usted es muy dulce, príncipe...

Yoongi sonrió para comenzar a repartir besos por toda la bella carita ajena, comenzando a descender por su cuellito y centrándose en su nivel pecho.

Con una de sus manos estimuló uno de los rosaditos pezones ajenos. Con su mano libre comenzó a acariciar el bulto de la entrepierna contraria. Y con sus labios se concentró en estimular el otro pezón del dulce omega.

—Es lindo que seas así de suave... Se siente bien.

Susurró el omega mientras acariciaba el cabellito ajeno, observando atento sus acciones que tanto le gustaban.

—Jimin, ¿estás seguro de esto?

Cuestionó el alfa mientras bajaba un poco más, descendiendo en un camino de besos que pasó sin vergüenza alguna sobre la pancita contraria.

El omega suspiró y llevó sus manos a la nívea carita ajena, comenzando a atraerlo hacia la suya. Yoongi se dejó llevar por Jimin y volvieron a estar frente a frente. Fue el menor quien está vez comenzó un beso chiquito, suave, lento, ignorando por un segundo las dolorosas erecciones que ambos tenían.

—Príncipe, ¿por qué duda tanto? ¿de qué tiene miedo?

Cuestionó con calma, comenzando a repartir besos pequeñitos por todo su bonito rostro, cosa que hizo a Yoongi reír.

Royal Omega [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora