Capítulo 8.

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En medio de la noche, alrededor de las dos de la mañana, Yoongi se despertó abruptamente, alertando también al omega. Se levantó de la cama con algo de fuerza, lo cuál terminó de despertar a Jimin.

—¡Príncipe! ¿Se encuentra bien?

Cuestionó el omega mientras observaba angustiado al príncipe. Yoongi por otro lado estaba hiperventilando, moviéndose por toda la habitación con desesperación. Jimin no vió mas remedio que salir también de la cama y dirigirse al alfa, abrazándolo con fuerza y dejando salir algo de sus feromonas, Min antes que le había comentado que le gustaba su olorcito, así que pensó que aquello podría ayudar.

—Príncipe respire, tranquilo, todo estará bien.

Lentamente el alfa se fue calmando, abrazándose con fuerza al delgadito cuerpo de Jimin. Se escondió en su cuello e inspiró el delicioso olorcito de sus feromonas, cosa que logró que se relajara al cien por ciento.

—Carajo... Soñé algo horrible. Perdóname, te desperté.

—Descuide, príncipe. ¿Quiere contarme lo que soñó?

Jimin tomó el rostro ajeno entre sus manitos, Yoongi se movió entre estas para buscar un poco más de consuelo.

—Venga, mejor vamos a la cama y le hago piojito para que pueda dormir bien, ¿le parece?

Los ojitos de Yoongi se iluminaron de solo pensar eso, asintió de inmediato. Tomó a Jimin de la cintura y lo levantó con muchísima facilidad, llevandoselo a la camita rápidamente. Lo dejó recostado contra el espaldar de la cama y luego él se acurrucó en el cuerpito ajeno, mirándolo con un enorme puchero.

Jimin entendió el berrinchudo que Yoongi estaba haciendo y rió suavecito, apurandose a comenzar con el piojito y la sesión de mimos que le había prometido.

Yoongi ya siendo consentido comenzó a hablar, no sin antes robarle un pequeño beso al omega.

—Soñé con mis papás... Todo estaba bien, estaba con ellos en el barco que se hundió. Era un día bonito y soleado pero de repente todo se nubló y el barco de hundió, yo intenté nadar hacia mis papás pero v-ví... Que se ahogaban allí, frente a mí...

El omega se mantuvo acariciando y mimando con dulzura al precioso príncipe que temblaba entre sus brazos, lloriqueando, buscando consuelo a su corazón roto.

Yoongi se sentía solo, era inevitable.  Tenía muchos sirvientes que lo conocían desde pequeño y lo adoraban, tenía amigos fuera del reino con los que cada tanto se veían; y tenía a Jimin, aquel precioso Omega con el que dormía todas las noches y quién lo miraba con tanta dulzura. Pero aún con todo eso estaba solo, ninguna de esas personas eran sus padres y no paraba de lamentarse por su fallecimiento.

Jimin no sabía qué hacer realmente, solo dejaba pequeños besitos en su cabecita y lo mimaba con ternura, manteniéndolo fuerte entre sus bracitos, como si tuviera miedo de soltarlo.

—Intente dormir príncipe, me encargaré de cuidar su sueñito.

Agarró la barbilla de Min y plantó un suave beso en sus rosados labios. Yoongi lo miró encantado y se acurrucó de nuevo contra él, cerrando sus ojitos dispuesto a dormir.

Sin embargo el sueño se siguió repitiendo y durante la madrugada Yoongi se siguió despertando y Jimin con él.

Alrededor de las cinco de la mañana, cuando el sol estaba saliendo, Jimin estaba con Yoongi entre sus piernas, apoyando su cabecita en la pancita del omega. Jimin estaba que moría del sueño, pero Yoongi aún no se dormia, se mantenía trazando pequeñas formas irregulares sobre la tela de la pijama del más bajito.

Royal Omega [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora