[1] Culpas.

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LILITH

— Lilith, tenemos una conversación pendiente — me dice mi madre, pero decido ignorarla, pero ella habla de nuevo — Lilith, te estoy hablando préstame atención.

— Mamá ya te dije que por hoy me dejes en paz— tomo un respiro para no estallar contra ella.

— Sabes que estoy tratando de sobrellevar las cosas y tú te la vives reclamando cada cosa que hago mal o cada cosa que no hago para complacerte, como ahora de la necedad que tienes de que vaya a terapia — amo a mi madre con todo mi corazón, pero hay veces que me exaspera y hoy es un día de estos.

Brenda mi madre de ojos color azul claro, cabello castaño y ondulado, de estatura 1.55 cm, es la mujer más linda, comprensiva y que me da todo su amor, pero también es la persona más testaruda, sobreprotectora, estricta y exasperante que puede existir.

— Lilith hija, no te estoy reclamando nada, te lo estoy diciendo por tu bien— me dirijo a mi recámara y ella viene detrás de mí —sabes que debes ir a terapia para poder sanar y dejar ese dolor que te atormenta — ella tiene toda la razón del mundo, pero eso no se lo voy a decir.

— Por favor, mamá, demos por terminada está conversación solo por hoy, he tenido un día tan pesado y estresante, que lo último que quiero es pelear contigo — trato de dar por terminada la conversación, pero sé que ella no lo dejará ir tan fácil.

Llegamos a mi recámara, me acuesto en la cama y trato de tontear con el celular, cuando ella habla de nuevo — hija, sabes que no es culpa tuya no haber podido estar en esa última llamada que hizo tu padre — odio que hable de eso, me duele saber y recordar que yo no estuve para tomar esa última llamada y hablar con él y decirle lo mucho que lo amaba.

Solo de recordarlo hace que se me forme un nudo en la garganta y los ojos se me llenen de lágrimas que trato de contener.

Odio saber que yo estaba trabajando mientras él se estaba muriendo, todo lo que el deseaba era hablar conmigo y yo no estuve.

Odio saber que él se fue con ganas de escuchar a su pequeña decirle lo mucho que lo amaba y que era mi bebé grande y fuerte.

Odio saber que tuve que enterarme horas después, lo que le había sucedido.

Odio saber que después de esa llamada, él estuvo inconsciente y entubado por 5 días, y que después de eso el jamás despertó y yo no pude ver esos lindos ojos color miel por última vez.

Odio cada maldito segundo de mi día a día y saber que sin el nada es igual.

Siento los brazos de mamá rodearme y susurrarme que no es culpa mía lo sucedido, y es hasta ese momento que soy consciente de que me solté a llorar desconsoladamente — Ya mi pequeña, no te atormentes con esos recuerdos, ya pasó, papá está en un lugar mejor y tú mejor que nadie todo lo que el sufrió.

Mamá tiene razón, papá sufrió demasiado, pero eso no quita la falta que el me hace y cuánto lo extraño.

León White mi padre, el hombre que más he amado en este mundo fue un hombre imponente, con un carácter fuerte muy similar al mío, difícil de doblegar, con complexión robusta, de 1.85 cm de altura, ojos color miel y su cabello una combinación entre castaño y rubio.
Y sobre todo un hombre de gran corazón, el ser más caritativo que me enseñó a compartir lo poco o mucho que tengo.

La familia White era una de las más prestigiosas de la ciudad, no éramos tan millonarios, pero teníamos una de las empresas de construcción más importantes, que se nos fue arrebatada por un "amigo" de papá, un hombre que se aprovechó de la confianza que le teníamos y aprovecho la enfermedad de papá para hacer lo que quería con la empresa y dejarnos en la ruina.

Es por ello que cuando papá enfermo más, tuve que buscar un empleo que me permitiera seguir con los estudios, pero también ayudar en casa con los gastos, ya que todo lo que teníamos mi perdimos a excepción de la casa.

— Con todos esos recuerdos pasándome por la cabeza, decido decirle a mi madre y romperme un poco más con ella —Mamá, ¿Tú extrañas a papá? — mamá se queda en silencio, pero sigue abrazándome, sé que para ella también es difícil todo, pero aun así responde.

— Como no tienes una idea cariño, sé que es difícil todo lo que estamos pasando y sé que lo extrañas tanto como yo, pero debemos salir adelante como él lo hubiese querido — tomo un respiro y me separó un poco de ella para verla en los ojos y notar que está llorando.

— Mamá, siento que me sofoco y no sé a dónde dirigirme sin sus consejos, sé que te tengo a ti, pero.......— se me corta la voz y se me dificulta un poco seguir, pero respiro y vuelvo a hablar. — lo extraño mucho y quiero que él se sienta orgulloso de mi, no sé qué hacer con mi vida, no sé si estoy estudiando la carrera adecuada, y ¿Si él se decepciona de mí?.

— Cariño, papá jamás se va a decepcionar de ti, eras su mayor orgullo, además eres una de las mejores alumnas de la carrera. — ella vuelve abrazarme y se acomoda mejor en la cama y vuelve a hablar — deja de pensar en eso mi pequeña Lilith, ahora descansa un poco que mamá está aquí.

Con mamá abrazándome voy cerrando los ojos de poco a poco hasta que me quedo dormida, mientras duermo trato de pensar en papá para ver si puedo soñar con él.






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Bueno mis amores, he aquí el primer capítulo, conocimos un poco de uno de los traumas que atormentan a nuestra querida Lilith.

Recuerden que soy nueva en esto y estoy explorando este nuevo mundo, no olviden que las amo con todo mi corazón 💗.

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