[13] Fantasías.

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Advertencia: Escena +18, leer bajo su responsabilidad, disfrútenlo, besitos.

LILITH.

Nos encontramos en el auto en un completo silencio, estoy esperando su respuesta.
Si bien, pensé que esto era una locura, se volvió interesante para mí. Me encanta jugar y poner a arder un poco al mundo, pero esto se volvió algo prohibido; que me causa más curiosidad de dominar y conseguirlo sin importar las consecuencias que esto me consiga.

Soy consciente de que el no sabe que hacer, se que desea tanto esto como yo, pero tiene una serie de conflictos internos que le piden aceptar, es hasta unos segundos después que lo escucho hablar.

— Que se vaya todo a la mierda.

Dicho esto siento como desabrocha el cinturón de seguridad y tira de mi para sentarme a ahorcadas sobre el, para luego tomarme del cuello y estampar sus labios contra los míos.
Es un beso apasionado y demandante, dónde ambos luchamos y jugamos por ver quién toma el control.

Dios mío, solo puedo pensar en lo bien que besa, así que dejó que tome el control y me dejó guiar por esos expertos labios. Es un jodido sueño besarlo, me separó un poco para respirar y hablar.

— ¿Entonces aceptas?

Siento como sus manos van descendiendo en dirección a mi falda para subirla un poco, en el proceso acaricia un poco mis muslos y los aprieta, yo solo me siento en el paraíso. Definitivamente Scar tenía razón, es la jodida gloria.

Tiene una mano ahí en mis muslos, pero poco a poco va subiendo mas tentandome a caer en el deseo, cuando escucho que rasga mis bragas, y con la otra mano me pega más a él y siento como sus labios se posan en mi clavícula para dejar besos húmedos y pequeñas mordidas, yo solo puedo ronronear del placer que estoy sintiendo.

Estoy tan perdida en sus caricias que no siento en el momento que su respiración sube a mi lóbulo y habla.

— Aceptar es lo que más deseo, pero ¿Sabes que este juego te traerán muchos problemas? ¿Que la única que puede perder eres tú?

Yo solo puedo suspirar y rodar los ojos, el se da cuenta de ello y me da un pellizco en el trasero que en vez de molestarme hace que me moje más; se perfectamente a lo que me conlleva todo este juego y aún así no tengo miedo a quemarme en las llamas del infierno llamado deseo, además si voy al infierno mi amigo lucifer estará esperándome.

— Cariño, yo no estoy pidiéndote que me des consejos y me pongas a analizar— me pegó más y moviéndome sobre él, dejando un recorrido de besos por todo su cuello y cara, para continuar hablando.
— Entonces, ¿Aceptas?, no pienses en lo que me traerá este juego, se que deseas jugar y yo te daré la oportunidad.

Sigo moviéndome en círculos y logro ver lo perdido que se encuentra en la lujuria, como yo. Lo está consumiendo el deseo prohibido que soy y eso solo me da un éxtasis de placer.
Lo observó fijamente esperando una respuesta, veo que sus ojos grises que me hipnotizan se han vuelto más oscuros y eso hace que le dé un beso, tratando de transmitir todo lo que me provoca.

Posa sus manos en mi cintura y guía mis movimientos para volverlos más rápidos, su erección es más que notoria y yo solo puedo imaginarmelo dentro de mi. La fricción que provoca su pantalón contra mi intimidad es deliciosa, sin ocultar mucho lo que causa en mí suelto un pequeño gemido; mis pechos se sienten duros y sin atención alguna decido tocarmelos sobre la tela de mi top, ver esta acción hace que lo vuelva más loco, y haga que me quite la mirada de mis expresiones para ahora el darle la atención necesaria a mis pezones.

Baja el top y rápidamente quedan a la vista mis pezones duros, decorados por los piercings, el los observa sin descaro alguno por algunos segundos para acto seguido llevarse uno a la boca, juro que sentir que lame, succiona y muerde cada uno de los pezones es la gloria, sigo moviéndome al ritmo que el me marca, estoy apunto de correrme; cuando el muy maldito se detiene para hablar.

MI ÚLTIMO PECADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora