[12] Interrogatorio.

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LILITH.

Tengo el alma en un hilo y siento que todo me empezó a dar vueltas, joder, me siento como una adolescente que la han encontrado haciendo algo malo y espera a recibir el regaño de su vida, pero no, soy una mujer de 22 años que le tiene pavor a la reacción de su mejor amiga.
Por estar pensando en que mentira inventar no me he dado cuenta que siguen insistiendo en abrir la puerta y como yo no pienso abrirla, Adriel se encamina a hacerlo y eso solo logra ponerme aun más ansiosa, se que al maldito de mi jefe le divierte mucho, ya que me da una sonrisa maliciosa antes de abrir la puerta y darle paso a Scarlett.

Observó qué mi amiga trae el ceño fruncido, y se que esta molesta por hacerla esperar. Ella aún no se ha percatado de quien le ha abierto la puerta, ya que viene buscando algo en su bolso y yo supongo que es su celular. Yo estoy muda, no se como emitir palabra y mi jefe esta en silencio, se que esta esperando las excusas que le daré a la pelinegra.

— ¿Por qué diablos no abrías, Monserrat?

Scarlett habla de la nada y me hace dar un brinco en mi lugar, por el tono de voz amenazante con el que me esta hablando, y yo solo intento decirle con la mirada que no hable de más porque hay alguien más pero ella continua sin hacerme caso.

— Te hice una pregunta, sabes que odio esperar y me tuviste ahí como idiota durante  10 minutos— camina directamente hacia mi, mientras veo que trae la comida y yo solo puedo rogar a dios, que el rubio salga de la oficina ante lo despistada de mi amiga, pero no lo hace. — Joder, habla mujer. ¿Qué hacías encerrada?

— Nada, Scar. La puerta se atoro, nada más.

Ella enarca una ceja y nota mi nerviosismo, hasta que para de inspeccionarme y habla.

— Ajá, Maldita ¿Con quién estabas? ¿O estás?— dice esto último dando una revisada rápida a la oficina sin saber que están detrás de ella.

Veo al rubio que se está aguantando la risa, no se cómo Scarlett no lo ha visto al entrar, si es un simio de casi 2 metros.

— Con nadie, ya te dije se atoro la puerta.— Intento actuar natural, así que le resto importancia con una mano, para cambiarle el tema. —¿Qué trajiste de comida?

— No intentes cambiar de tema, no me digas que con el bombón gruñón de nuestro jefe.

Yo suelto una risita nerviosa, deseando que esta bocona no hable de más, estando Adriel aquí. Estoy apunto de responder cuando él habla.

— Claro señorita Jonson, su amiga estaba encerrada conmigo, ¿Con quién más lo estaría? ¿Algún problema con eso?

Mientras él dice eso, me observa con malicia pura, sabe que no quería decirle nada a mi amiga y ahora tendré que hacerlo. Por otro lado Scar esta sorprendida por esa respuesta y por realmente encontrarlo aquí, mi amiga tiene la mente tan retorcida que se va a imaginar mil escenarios en la cabeza, que le tendre que aclarar que no pasaron.

Ajá, no pasaron porqué don antipático se puso de posesivo y gruñón. Porqué créeme querida, hubieran pasado muchas cosas.

Yo ignoro a mi conciencia porqué tiene la razón, mientras observó el comportamiento de Scar.
Ella aún sorprendida por la presencia de nuestro jefe, se voltea para verlo de frente pero no sin antes dedicarme una mirada fulminante porque otra vez la han cachado de bocona.

— Buenas tardes, señor Kingstown, ningún problema, solo me sorprendió que la puerta estuviera con seguro.

Él le da un asentimiento cabeza, respondiendo a su saludo mientras se limita a darle una sonrisa de boca cerrada a mi amiga por la respuesta que le dio, antes de continuar.

MI ÚLTIMO PECADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora