[7] Unos bombones.

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SCARLETT.

Salimos de la sala de juntas a hacer el recorrido con el bombón de Eliot.
Es un hombre muy atractivo que impone con su porte y altura de 1.86, su cabello negro, ojos verdes, es musculoso por lo que se ve, ufff me lo imagino sin ropa, realmente un bombón, y esos brazos para que me carguen y ahorquen.

Scarlett Michelle controla esas hormonas, deja de fantasear con el que sera tu jefe.

Mi conciencia me regaña, pero es imposible no imaginarmelo desnudo, dios hizo un gran trabajo con este hombre y ni hablar de Adriel. Estatura de 1.90, rubio, ojos grises y sombríos como la noche, un egocéntrico y con carácter de mierda por lo poco que ví, pero es que, maldita sea, está como quiere, está buenísimo, ese traje se le acomodaba perfecto al cuerpo, esa sonrisa de superioridad que le dió a Lilith para avergonzarla; me dejó loca, y que decir de su voz ronca.

Es otro bombón, no sé ni con quién desearía más tener algo de una noche.
Es que son irresistibles, ya se porque son los solteros más codiciados de Londres y de ser los empresarios más jóvenes.

Eliot sigue con el recorrido y explicando algo a lo que no presto mucha atención, ya que solo puedo verle las nalgas, hasta eso tiene bien hecho este hombre.
El hecho que lo este inspeccionando no se me olvida el desplante y lo mala educada que fue Lilith con el jefe, de eso hablaremos más tarde y lo sabe porque solo se limita a sonreírme porque sabe el regaño que le daré.

Eliot nos deja en una sola oficina, si bien cada una tendrá la suya propia, por el momento lo vamos a compartir porque la oficina de Lilith la están remodelando y agregando el equipo que va a usar.

Lilith se aclara la garganta para hablar, veo duda en sus ojos y no sabe cómo empezar a disculparse por el comportamiento que tuvo, sabe lo mucho qué me molesta que sea tan impulsiva; así que decido hablar.

— Lilith, ¿Por qué ese comportamiento tan impulsivo?

La observó fijamente y ella solo me observa, no sabe ni que responder; se que se comportó así solo porque no soporta a qué alguien tenga aire de superioridad hacia todos.

— Scar, sabes muy bien el porque de mi comportamiento. Es un grandísimo imbécil.— voltea los ojos y da vueltas por toda lo oficina curioseando lo que hay en ella, cuando vuelve hablar.
— Sabes muy bien que el fue el mal educado por no tocar la puerta antes de entrar, por muy jefe que sea debe tener educación y no creerse superior.

Yo solo puedo sonreír, es demasiado impulsiva y eso no la ha llevado a nada bueno, por eso mi molestia. Doy un gran suspiro y hablo.

— Puedes decir lo que sea, pero no debiste comportarte así, es nuestro primer día en el trabajo y la primera impresión que causamos fue una mierda; además tuviste el enfrentamiento con el jefe de todos.

Ella me mira con furia contenida y respira antes de hablar.

— Ya se que lo que hice puede manchar nuestro historial, sabes lo impulsiva que soy; pero es un reverendo imbécil, no creo soportarlo como jefe.— Mira al techo y alza las manos dramáticamente, antes de continuar. — Dios, universo y todos los astros, ¿A caso este es un castigo divino que voy a pagar?

Yo solo la observó y suelto una estruendosa carcajada, está mujer y sus ocurrencias.

— No porque me hiciste reír, te vas a librar de pedirle una disculpa a el señor Kingstown.

— Ya no me respondan, claramente es un castigo divino.— voltea los ojos de nuevo y se acerca a darme un abrazo. — Solo por ti, ñaña, le pediré una disculpa.

Ella se separa del abrazo y va a su escritorio, a acomodar unos papeles y revisarlos; pero decido molestarla un poco.

— Lilith, ¿A qué no, que los jefes son muy atractivos?

MI ÚLTIMO PECADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora