ADRIEL.— Señor, la señorita Rebecca está aquí esperando ser atendida por usted — joder, maldigo para mis adentros, esa mujer no se cansa de estar acosándome a cada hora del día y por todos lados. — Rosi, se tan amable de decirle a esa mujer que deje de molestar a menos que sea algo relacionado con el trabajo y que tiene la entrada restringida a mi oficina, gracias.
Rebecca Walker una chica de piel trigueña, de cuerpo escultural pero operado, una niña mimada y caprichosa, cabello castaño y ojos chocolates, de estatura promedio, es hija de uno de mis socios más importantes y cometí el grave error de acostarme con ella.
Realmente no sé qué estaba pensando al meterme con ella, bueno sí sé que paso, estaba ebrio y claramente no pensaba y ella aprovecho esa situación. Pero la chica quedo obsesionada con ese acostón no es por ser egocéntrico, pero soy muy bueno en lo que hago y todas quedan locas con mis dotes, pero bueno, desde ese momento no ha dejado de molestar, y con lo caprichosa que es, sé que puede afectar los negocios que tengo con su padre.
Eso te pasa por embriagarte de más, imbécil.
mi subconsciente me regaña, pero decido ignorarlo porque sé que tiene toda la maldita razón.
Decido dejar de lado eso ya que me da un dolor de cabeza pensar en los grandes problemas que me puede generar esa chiquilla mimada que me atrasa con el trabajo que tengo acumulado.
Trato de continuar con el trabajo, pero me veo interrumpido cuando alguien toca la puerta y parece insistente, ruego a dios y a todos los santos que sea algo importante para que no estrangule a nadie hoy.
Le indico que pase, cuando veo que es nada más y nada menos que Eliot, mi mejor amigo y mano derecha. Así que no me ando con rodeos y le pregunto directamente que quiere.
— ¿Qué demonios quieres, Eliot? — él se me queda viendo y frunce el ceño.
— Uy, perdón su majestad por no ser una chica curvilínea y lo moleste con mi presencia. — yo solo ruedo los ojos, ya estoy acostumbrado a sus malos chistes, pero como es de esperarse no se queda callado y continúa. — ¿Que tienes amigo, ayer no tuviste un buen acostón y por eso estás de mal humor?
Dios, te ruego que me des paciencia para no matarlo ahora mismo, que sacar un cadáver conlleva mucho tiempo y trabajo.
— Eliot, no fastidies y mejor dime a qué vienes. — El muy imbécil, suelta una sonora carcajada y sé que ya dedujo el porqué de mi mal humor.
— Adriel, mi querido amigo, estás de mal humor porque Rebecca estuvo aquí, ¿No es así?
— Si, Rebecca estuvo aquí y me harta que no se cansé de molestar — tomo un gran suspiro y me recuesto en mi silla. — Pero dime Eliot, ¿A qué vienes?
Él toma asiento frente a mí y el muy imbécil tiene una cínica sonrisa, porque el me advirtió que era una loca obsesionada.
— No quiero decir te lo dije, pero te lo dije, pero bueno no me interesa los problemas que tengas con Rebecca por tu error. — él me entrega unos documentos que tomo, mientras el vuelve a hablar.
— En estos documentos están cinco de las mejores candidatas para que realicen sus prácticas en la empresa, debes elegir a las dos mejores— lo observó y veo que está sonriendo y ya me imagino el porqué.
— Como soy un buen amigo y tu mano derecha en la empresa, ya ví a dos lindas prospectos que pueden interesarte.
— Eliot, sabes que a mí no me interesa mucho que sean lindas, me interesa su eficiencia en el trabajo.
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MI ÚLTIMO PECADO
Fiksi RemajaLilith White una chica con una belleza hipnotizante, que consigue lo que quiere sin importar las consecuencias que esto le pueda traer, sabe manipular a las personas con su belleza, carisma e inteligencia; sin embargo tiene un pasado que la atorment...