❈•≪07. Parque Sungdo≫•❈

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Hao continuó andando a lo largo del parque central de Sungdo, recorriendo sus festivos y vivaces alrededores con entusiasmo ligero y curiosidad nula

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Hao continuó andando a lo largo del parque central de Sungdo, recorriendo sus festivos y vivaces alrededores con entusiasmo ligero y curiosidad nula. Sonriendo suavemente a las personas que le daban una rápida mirada y correspondiendo las reverencias de aquellos que se atrevían a detener su andar para saludarle cortamente.

Ya conocía Sungdo. Este distrito era uno de los atractivos más grandes que Incheon poseía. Era moderno y realmente colorido, sus espacios verdes eran bonitos y el arte en sus calles solía ser bastante llamativo para los turistas y algunos nativos.

Aunque no muchas personas lo eligieran como el personaje principal de sus viajes vacacionales, una vez lo visitaban, se iban encantados. Era la magia de todo el distrito. Pero sin dudas, el parque central en él, era una da las piezas más atractivas allí. Por no decir que era la más atractiva y la que solía fascinar a sus visitantes.
Era amplio y tan natural, que caminar por él era relajante para el alma. Estaba inspirado en Central Park, de allí su nombre. Y si bien Hao nunca había estado en Nueva York, de estarlo, el parque de   Sungdo le seguiría pareciendo el más hermoso entre ambos.

Por el día era bello, aunque pocas veces lo había visitado en dichos horarios tempranos. Por la tarde y cuando el ocaso hacía acto de presencia, manchando el cielo de colores alucinantes y combinaciones impensadas, el escenario se tornaba irreal y deslumbrante. Pero en la noche, cuando la luz natural desaparecía completamente, las vistas que el lugar ofrecía, seguían siendo admirables. Las farolas y las luces de los edificios iluminándolo todo, eran un espectáculo magnífico. Ignorando la contaminación lumínica, claro. Esos brillantes destellos reflejándose sobre el ancho canal de agua, era simplemente ideal y fantástico.
Y aunque los escenarios fueran los mismos, las escenas que ofrecían seguían siendo distintas la una de la otra.

  Sungdo le enorgullecía enormemente, era su pequeño tesoro. A pesar de no ser precisamente pequeño. Pero sin dudas, el festival de primavera le enorgullecía mucho más.

A pesar de haber asistido con anterioridad, y para ser más específicos; por tres años consecutivos. Seguía siendo un evento que le hacía inflar su pecho.

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