❈•«02. Bien. Perfecto. De puta madre»•❈.

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Hao suspiró tan pronto sintió el auto que le transportaba, detenerse

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Hao suspiró tan pronto sintió el auto que le transportaba, detenerse. Movió sus claros orbes y miró a través de la polarizada ventana a su derecha. Fuera y sobre su diminuta y real persona se alzaba la Casa Real, luciendo como siempre, imponente y colosal.

Su chofer le abrió la puerta y tras volver a suspirar, más hondo que la primera vez, salió del vehículo con una practicada y casi natural gracia. Le asintió como agradeció, y en respuesta, el hombre mayor realizó una profunda reverencia.

«Bien. No estés nervioso, andando».

Sin más demoras, se dirigió hacia la descomunal mansión y tras llamar y su nombre pronunciar, las puertas se abrieron con inmediatez, un criado que no conocía le miraba impasible y tras una profunda reverencia, se apartó. Dándole acceso.

Escasamente observó el interior o su alrededor, ya lo conocía. No era su primera vez en tan abrumante recinto. Casi todo allí era antiguo y valioso: los jarrones, los muebles y algún que otro artículo decorativo Ciertos cuadros también. Todo, literalmente todo gritaba elegancia, exquisitez económica y peculiar pero atractiva visualidad.

Hao no dejaba de asombrarse ante ello, su familia era poderosa también y claramente tenían dinero y adquisiciones valiosas pero, los reyes de Seúl y su mansión exudaban poder y riqueza. Era ciertamente agobiante algunas veces.

Meneó su cabeza con ligereza y cuando llegó a la amplia sala principal. el sirviente más antiguo de los reyes, le recibió como le sonrió tras realizar una venia ligeramente profunda.

—Principe, es agradable verle. — pronunció con suave cortesía ladeando su rostro—. ¿Está aquí por la princesa MinHee?

Hao negó—. Vengo a ver a su alteza, HanBin.

Y el hombre, probablemente entrado en sus cuarentas, abrió sus ojos con sutileza. Asombrado
Zhang rió para sus adentros, divertido. El comprendía el reaccionar del hombre. Vamos, hacía tiempo que sus visitas a la Casa Real habían dejado de ser para ver al futuro monarca y pasaron a ser para visitar a su hermana menor.

Ya sea por su iniciativa propia o porque la contraria lo invitaba a conversar y perder el rato cuando ninguno estaba llevando a cabo sus respectivas obligaciones. El trato entre ambos era bueno y podría decirse. aseverarse con total confianza que cran buenos amigos.

La joven princesa era amable y risueña. Además, siempre que habia ido para ver e intentar crear algún lazo ameno o cordial con su hermano mayor, fallando miserablemente en ello, MinHee iba hacia él y le daba un verdadero y relajada charla. Distrayendo su mente como
animandolo

Si aún volvía a tan abrumadora residencia, era por ella.

—Su alteza se encuentra en su estudio, trabajando. —— informó cuando su estupor pasó.

Real Engagement  « HaoBin » Donde viven las historias. Descúbrelo ahora